martes, 10 de diciembre de 2013


10 de diciembre de 2013. Martes.


EL PUDOR, O ABEJAS ASESINAS
 
Libando, en el jardín. F: FotVi
 
-El Génesis, que es un relato popular y religioso de algo que en el mundo de la ciencia aún es objeto de asombro y de duda, de preguntas con alguna respuesta y de muy pocas certezas, anteayer definía el pecado (o traspié humano) como desnudez. Ante la llamada de Dios, Adán responde: «Te oí andar por el jardín y tuve miedo, porque estoy desnudo» (Gn 3, 10). Desnudez, la de Adán, sobre todo interior, la monacal del espíritu, la que alienta de adentro hacia afuera y, en el afuera, hace que acuda la vergüenza como velo u hoja de parra que tapa el sonrojo o lo denuncia por lo pudendo o afrentoso.
            Adán, pues, sonrojado por la desnudez de su alma, que se había saltado la alianza de criatura que había hecho con su creador. No comerás del fruto de este árbol, le habían dicho, y comió; que es lo mismo que decir: que haya un orden, una ley, un modo de entendernos entre tú y yo, entre su Señor y Adán, y éste falló. Y hubo ruptura. Luego de la ruptura vino todo lo demás de huidas del hombre y silencios de Dios; silencios que aún perduran. Pero, aunque persisten estos silencios, al menos sabemos (revelación incluida) que Dios escucha, y que alguna vez responde.
            Por lo visto, andar desnudo es feo, pero no así desnudarse en un escenario adecuado y pagado. Adán se avergonzó porque le pillaron desnudo, y se escondió; ahora los (las) hay que se desvisten y exhiben su desnudez, y no sienten el más mínimo pudor. El pudor ya sólo existe como palabra, pero sin significado: pervive aún como virtud quizá en los ojos huidizos de una novicia o en el porte de un aristócrata venido a menos que mendiga. El pudor se manifiesta en los ojos y en las manos, ambos caídos o a la deriva; y no se percibe tal actitud en la sociedad suicida en que nos ha tocado malvivir.
            El pudor, ese impulso natural de Adán ante la desnudez sobrevenida por su pecado de no acatar la ley, es virtud que ya no se estila. Es más: suele ser objeto de burla y chiste, y hasta de desprecio. Pudor por la pobreza del llamado tercer mundo, ya no existe; o por la justicia que es injusta; o por el poder político o sindical que roban; o por los curas que olvidan que el evangelio no son ellos; o los médicos que no dan vida sino muerte (aborto, eutanasia). El pudor, esa entelequia hoy, nos lleva a pensar, que la discreción se ha extinguido, y, con el buen gusto, la honradez, y donde no hay honradez, Diario, anidan las abejas asesinas o los Drácula bebedores de sangre, con IVA incluido (18:20:25).

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