jueves, 5 de diciembre de 2013


5 de diciembre de 2013. Jueves.

            SIN ASPAVIENTOS

Sencillez de estar, en el jardín. F: FotVi
 
-El hijo de Dios, por lo de la crisis, se ha puesto y ha dicho: este año volveré a celebrar que nací hombre de María (Navidad), pero sin el atrezo o utilería de los ángeles y los cánticos de éstos (gloria a Dios en las alturas, o a Belén pastores, etc.) y los Magos y la estrella. Apagaré la tradición del derroche y me limitaré a festejar que nací y que, incluso hasta en el suceso de la cruz, me fue bien.
Me conformaré con recordar que nací, que me miró madre y sonrió y que, al tomarme en sus brazos, a José se le cayó una lágrima, que rodó hasta mi gorjeo, que ya entonces era lenguaje, evangelio. 
  Es decir, celebrar la Navidad sin aspavientos, sin despilfarro de luces y viandas y con la humildad del pesebre, donde sólo María con José y el Niño eran la luz y la alegría que llenaban la noche. Luz y alegría, interiores, Diario, y un ángel cantor único, el Niño y su llanto, y que, al cabo de los siglos, siguen siendo, en el mundo, el niño y las lágrimas que aún malviven en la pobreza (18:30:03).

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