viernes, 17 de enero de 2014


17 de enero de 2014. Viernes.

EL BIG BANG DE LA LOCURA
 
No es espejismo, en el Pardo. F: ABC
 
-Abrir los periódicos digitales (o los otros) es entrar en el Big Bang de la locura. Es tal el asombro que produce su lectura, que amenaza con salirse de los ojos; ojos desojados, estallados, por el asombro. El asombro no cabe en los ojos, como un tsunami no cabe en el mar, y los desborda. Leer los periódicos es ponerse a llorar; todos hablan de aquello que les duele a ellos (su ideología, sus intereses, sus manías, su relativo modo de ver las cosas, su estar o no estar en este o aquel bando…), y no de lo que de verdad interesa al personal, huérfano de foros donde poder oírse y ser oído, en libertad.
En general, en ellos no habla la verdad sin adjetivos, sino una verdad sujeta a apegos y querencias, a éticas relativas, a éticas del «según convenga o no», la ética, en todo caso, del buchaca; es decir, del bolsillo. Según sea el tema, lo que aquí es bueno (ABC), allí es malo (El País), y, en el más allá aún (El mundo), pésimo: o a la viceversa; y si de nacionalismos se trata, ahí están otros (La Vanguardia), que por el plato de lentejas, las subvenciones, dejó de ser española para convertirse en sólo «dame pan y dime tonto», o catalanista «con derecho a decidir», o lo que le echen, digo. Ah, aquel españolísimo conde de Godó, deambulando, ahora, por los vericuetos de la cuerda floja (funambulismo) de la secesión, o sedición. El periodismo, que debiera ser aséptico, aunque sin decapitar el sentimiento, nunca, se convierte así en patio de Monipodio, donde cabe todo lo que a él le convenga: brujas, líricos de la mendicidad y el robo, estudiantes de no dar golpe, ciegos de alma y viejos de bayeta y «rosarios de sonoras cuentas en las manos», viejas haldudas de lengua perversa y portes de mole, todo.
De lo anterior, se deduce que en el mundo del periodismo, en general, no hay verdad total, sino puntos de vista, casi siempre interesados, análisis mal intencionados, a veces, y, aun en las gracietas más divertidas, hasta fanatismo. Lo que para determinada prensa es bueno y nítido, para la de enfrente es perverso y oscuro; no hay término medio: el bien, aquí, en este mi coto cerrado de la verdad, y el mal, allí, donde se dan cita todos los infiernos de Dante. Diario, el Big Bang de la locura (20:07:28).

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