jueves, 30 de octubre de 2014


30 de octubre de 2014. Jueves.
INSTANTES
 
Puente sobre el río Neretva, en Mostar. Bosnia. F: FotVi
 
-Vuelvo de viaje y me reconozco nuevo; o, en todo caso, con algo en mí por estrenar. Es la novedad de la visión de cosas que antes no sospechaba. Ver cosas y enamorarte del instante de verlas, porque te asombran, es un acontecimiento espiritual, que anda detrás de los ojos y se instala en el alma. Un paisaje, una catedral, una hoja con una gota de lluvia a punto de caer, y sientes a Dios pasar por ese instante. Y entonces pienso: el Dios, grande e inmenso, tan pequeño en este instante, y me conmuevo. Viajar es tu interior llenándose de exteriores; ves, tocas, gustas, hueles, rozas, y tu interior se llena de mensajes que te hablan y te dicen cosas renovadas, líricas unas, solemnes otras, tristes a veces. Pero lo que queda como poso, como huella, es lo bello: la Eslovenia verde con ondulaciones como de cuerpo recostado, la Croacia marítima e insular, con sirenas que llenan de músicas el viento, músicas, sin embargo, dulcemente amenazantes, en ocasiones, o la Bosnia de la pobreza y con heridas de guerra aún sin cicatrizar. El mal de las guerras siempre es mal rencoroso, y nunca deja de herir. Y más si es guerra civil, guerra separada sólo por un puente en Mostar sobre el río Neretva. Ha sido un viaje con lluvia y sol; lluvia, sin embargo, habladora, sobre todo en los Lagos de Plitvice; hablaban las cascadas y, para unirse en el concierto de lo nunca oído, porque era un instante de alucinación y de belleza, único, la lluvia respondía en la palma de la mano de las hojas y en los ojos, si la mirabas. Nunca había oído sinfonía igual en mi interior, Diario; sinfonía de bosques y agua, y mis latidos (20:09:27).

miércoles, 29 de octubre de 2014


29 de octubre de 2014. Miércoles.
Y HE VUELTO
 
Virgen de las apariciones, en Medjugorje. Bosnia. F: FotVi
-Vuelta de Medjugorje. Llegada a Balsicas a las 17:10. Felizmente. Me dispongo a organizar fotografías. Son vitales para el recuerdo y la nostalgia. Mañana, Diario, volveré a estar contigo y los lectores. Sin que te cause celos, por ellos escribo, y como ejercicio saludable para la mente y el espíritu; así alejo la vejez de mí, o eso creo (19:58:57).

domingo, 19 de octubre de 2014


19 de octubre de 2014. Domingo.
REVIVIR LA ALEGRÍA
 
Revive la alegría, en el jardín. F: FotVi
 
-Hoy es el día del DOMUND, o el día de la fiesta del acercamiento del samaritano al que está herido a la vera del camino. No habría DOMUND si no hubiera personas confiadas, libres, que se ponen en las manos de Dios y se dejan ir como el río en su corriente. 13.000 misioneros y misioneras, españoles, por el mundo, hacen del evangelio realidad que intenta salvar. Hablan palabra de Dios y dan a Dios lo que es de Dios: el amor al prójimo. No ponen trabas: ante el ser humano sufriente se arrodillan y adoran a Dios, sirviendo en él al ser humano. Curan llagas, y, en la llaga, vislumbran a Dios, que sufre en la desgarradura de la pústula, en su pus. Besan al pobre y, en el beso, dan a Dios, que besa así la pobreza sin limpiarse luego el belfo por el beso dado. Comulgan a Dios y luego lo dan en sus manos, partiendo y repartiendo (la eucaristía del compartir) lo poco o lo asequible que tienen. Andan caminos que pueden ser selvas o ríos, o desiertos o cumbres, y su caminar lo hacen vía crucis, con la cruz, que salva, a cuestas. Y de este modo, se revive la alegría, la alegría de la resurrección del amor a pesar del sufrimiento por las injusticias. En mi niñez, el DOMUND era una fiesta, y yo, como protagonista de esa fiesta, Diario, un niño feliz; como lo he sido hoy (20:26:06).

viernes, 17 de octubre de 2014


17 de octubre de 2014. Viernes.
LA GALAXIA DE LAS VERGÜENZAS
 
La resurrección de Habibi. Desnutrido y alimentado. Dos meses después. F: UNICEF
 
-Día de la alimentación (y del hambre, aunque no se diga), ayer. El hambre tiene rostro de niño con ojos grandes, y moscas, y, en vez de vientre, un globo de vientos. Si pones a volar a un niño del hambre, vuela, y en él y con él asciende todo el orbe de la miseria. Y el de la hipocresía. Es decir, una esfera asciende, hasta perderse en la galaxia de las vergüenzas. Día de la alimentación, ¿en qué restaurante? Anda, niño de ojos grandes, ven tú y tus moscas a comer al restaurante de las sobras de epulón (en el Primer Mundo, en Europa, en América del Norte…), sobras que se recuecen en los contenedores y regocijan luego a los animales de la noche. Ven, come con el felino y el perro, y la rata, que parece sabia porque camina cabizbaja y precavida, y tan meditabunda va que casi se adivina con gafas. Y siempre le sigue su cola de novia de las cloacas. Día de la alimentación, sí; pero de los siempre alimentados. Niño de ojos grandes, enormes, ojos mirones, soles, dos aberturas de Dios, o Dios mismo allí instalado en los dos aros de tu asombro, en tus ojos, ven al hambre en el día de la alimentación, día en el que, sin embargo, tú quizá no hayas comido. La causa directa o indirecta de una de cada tres muertes infantiles es «la carencia de alimentos». Unicef. Ven, niño de los ojos grandes y vientre globo de vientos, ven y come mi comida, ven, mete tu mano donde yo y llévate a la boca lo que yo, es pan, es pescado (de los que multiplicaba el Señor), es carne, es mi justicia que te la doy, con mi amor. Digo: «Hoy ayunaré para que tú comas». Y pienso: cuánto habrá que equilibrar la balanza, de mí para ti, del mundo para ti, niño, hasta que se restablezca la justicia. Toma mi pan, y sonríeme con tus ojos grandes, enormes, con Dios dentro, y que yo vea que tu vientre deja de ser un globo de vientos y se hace vientre de niño que juega. Era mi rezo de ayer, Diario, día de la alimentación (19:50:43).

jueves, 16 de octubre de 2014


16 de octubre de 2014. Jueves.
AMBAS DOS
 
El lado oscuro, en Cabo Nobis. La Torre. F: FotVi
 
-Y también la fealdad, Diario; ambas dos. O el lado oscuro de las cosas (19:46:53).

miércoles, 15 de octubre de 2014


15 de octubre de 2014. Miércoles.
IRISACIÓN
 
Y fue la luz, en el jardín. FotVi
 
-El sabio recordaba que Dios habló («Hágase la luz», dijo) y fue el poema, o la irisación de la luz en la cosas, Diario; fue la belleza (19:52:59).

martes, 14 de octubre de 2014


14 de octubre de 2014. Martes.
PERROS
 
Kyra pensativa, en el jardín. F: FotVi
 
-Yo respeto a los perros, y los acaricio, si son pequeñitos; de los grandes (también por respeto), huyo. Una vez, de niño, se me lanzó un perro y me alcanzó el pantalón, que desgarró, dejándome los panderos al aire. Panderos que, lográndolo apenas, yo intentaba tapar con las dos manos. Del perro, sólo recuerdo su boca ardiente, y sus ojos de aguacero. Y su lomo encrespado, como una ola de púas. Desde entonces, temo (o me hace ponerme en guardia) a todo perro que mida más de un palmo desde el suelo al dorso. Ya sé: un  croquis o esquema de perro; pero así están las cosas.  (En vez de croquis o esquema, iba a poner una caca de perro, pero tengo mucho respeto a los perros y no me parece bien el término, por ofensivo). Hace unos días han sacrificado a Excalibur (decisión de prevención por lo de la epidemia de ébola), y ha habido un revuelo sentimental y mediático casi histérico. Teresa Romero, su dueña, se debatía entre la vida y la muerte, y el histerismo lo provocaba el perro. «¡No estás solo!», gritaban, y se exhibían pancartas. Yo me dije: «Señor de los perros -que también-, ¿es ésta la locura de la aberración y la estulticia?» ¿Por qué por un perro -que también- y no por los miles de personas que están muriendo en África, junto con muchos de los héroes divinos (un modo de dar a conocer el rostro de Dios) que las atienden? Mis lágrimas yo las pongo primero al servicio del llanto por las personas, lágrimas con llamas de indignación dentro, y luego, si aún me quedan lágrimas e indignación, por el hermano perro, y por la hermana hormiga, y hasta por el fastidioso y atigrado hermano mosquito. Si se sacan las cosas de quicio, todas las puertas que dan a la verdad se nos caen, y nos dejan indefensos, a la intemperie, con sólo la mentira como perspectiva de horrores en el horizonte. Lo dicho, Diario, yo respeto a los perros, y hasta los acaricio, si son pequeñitos (19:52:14).

lunes, 13 de octubre de 2014


13 de octubre de 2014. Lunes.
CIFRAS
 
Camposanto en Densus, Transilvania. Rumanía. F: FotVi
 
-Se trata de cifras. Yo, en el cómputo global, soy una cifra. Y tú. Y el pájaro que, otoñal y con plumaje apagado, y con el oro de su canto en el pico, vuela ahora mismo, celebrando el día. Todos estamos inmersos, ubicados, en un número, que se llama estadística. Y no hay poder que nos saque de la estadística. ¿Qué número haré yo entre los seres vivientes del planeta? Y sin embargo consuela saber que, si no otra cosa, siempre seré, en la vida o en la muerte, una cifra en la estadística. Pero compruebo, tratándose de cifras, que el 1, según los casos, y como ejemplo, vale más que el 1.000. Un caso de ébola, cerca de ti, vale más que mil muertes a causa de la misma enfermedad en regiones más lejanas. ¡La tiranía de lo cercano y el consuelo de lo alejado! O, si tú robas mil millones y eres Pujol o dirigente de Caja Madrid, o perteneces a la Nomenclatura de los ERE, en Andalucía, no es lo mismo que si eres un paria y robas un pollo a lo Lute en un supermercado de barrio. Como se ve, y tratándose de cifras, no todas las cifras son iguales, ni tienen el mismo valor. Según sea el «según» que cobijan, así es su valor. (El «según» quién). Al decir ciertas cifras, si son cifras de injusticia, se me hacen hielo en la boca. Y las palabras que las dicen son como ojos de lobo hechos cuajo, coágulo. Lo dicho, Diario: se trata de cifras; desde que naces hasta que mueres te persiguen las cifras; aun en la muerte: tumba número tanto en la calle vigésimo quinta, donde más se oye el silencio, indica el sepulturero. Un silencio sepulcral, desde luego (19:57:13).

domingo, 12 de octubre de 2014


12 de octubre de 2014. Domingo.
BULEVAR ABAJO
 
Ángel de Dios, en Santa Sofía, Estambul. Turquía. F: FotVi
 
-Contaba aquel anciano sabio: «Me ha venido Dios a casa y lo he despedido, cerrándole la puerta. Pero, habiendo vuelto de nuevo, esta vez lo entré en casa, le brindé mi mesa y, acompañados de manjares suculentos, le ofrecí mis mejores vinos. Dios, sin embargo, declinó mi hospitalidad y, antes de darme la espalda, me miró largamente, y me dijo: “Otra vez será”. Se fue bulevar abajo. Recuerdo que anochecía. Pero un día que oraba, Dios volvió una vez más a visitarme y esta vez como Dios, con todo su atuendo de Dios; no traída truenos en las manos ni rayos en los ojos, pero sí venía vestido de luz y acompañado por acordes de ángeles que tocaban el arpa de diez cuerdas. Caí de rodillas y adoré. Y fue en ese momento cuando se me esclareció la mente y comprendí: Dios había estado en casa tres veces: una, como mendigo, y le cerré la puerta; otra, como gran señor, y lo senté a mi mesa; y ésta, la tercera, como Dios, y había caído de rodillas, en adoración. Sólo que, al levantar los ojos, vi a un mendigo que, tras despedirlo, salía de casa; entonces supe que era Dios». Esto contaba aquel sabio anciano, día y noche, Diario, a todo el que lo quisiera oír, entre risas de algunos (20:08:25).

sábado, 11 de octubre de 2014


11 de octubre de 2014. Sábado.
GESTOS
 
Gesto (de belleza), en el jardín. F: FotVi
 
-Me gusta mirar los gestos. A veces son la piel que viste el alma, su carnet de identidad. El gesto describe lo que es y hay en el alma. El alma es espíritu, y el gesto es su expresión y dimensión. Mis gestos, pues, me dicen. Con la particularidad de que los gestos las más de las veces se escapan, no se programan. Son espontáneos, como volverte con asombro si oyes tu nombre en un lugar extraño, donde estás de casualidad. Los gestos andan por el rostro, andan por las manos, andan por todos los caminos del cuerpo. Un gesto es un tic sonoro donde se oye el alma. «Tic» (en los ojos, en la boca, en las manos), y suena el alma, se estremece de sonidos. Como campana o como llama de vela que arde. La cruz hace tiempo que dejó de ser un madero, solo; ahora la cruz es un gesto despojado, cruel, con sangre viva siempre, borbotón siempre, soledad infinita siempre, pero también amor perenne siempre. Es, Diario, el «tic», por excelencia, del Amor de la Historia (20:53:14).

viernes, 10 de octubre de 2014


 
10 de octubre de 2014. Viernes.
CUMPLIR CARENCIAS
 
Juventud y vejez, en el jardín. F: FotVi
 
-Las grandes enfermedades del hombre no son las que le llegan de fuera, que también, sino las que él mismo se procura o lleva dentro. Me digo: moriré, no cabe duda; pero de mí mismo, en mí mismo. La mayor enfermedad son los años, y los años, como fardo pesado y corrosivo, los llevo yo, dentro, conmigo. Me digo: «Cargado de años», y me veo hundido, con espalda ojival, pirámide de mí mismo, y manos y cabeza colgantes. Hecho de despojos, pues. En la juventud es la cabeza la que rige la altura; en la vejez, es la espalda, que renuncia al empaque y en vez de torre se hace puente, para que cruce por ella la senectud.  O columna sin capitel, tendida. Vivir la vejez es vivir de carencias. No se cumplen años, se cumplen carencias. Feliz cumpleaños…, de carencias, nos falta añadir. La vida te da años (y experiencias, quizá, sabiduría), pero te quita cosas, como el modo de llenar los silencios que quedaron detrás del tiempo y que nunca se llegaron a oír, ni se oirán. El ébola, por ejemplo (ese virus que, fuera de África, ha empezado a jugar también con nuestras vidas, amenazándolas. ¡Ah, la confiada Europa!), crea pánico. Un pánico inevitable, lógico, pero morboso, quizá; pánico, que, sin embargo, no crean ni la vejez (el otro ébola de cara amable, pero mortal como ningún otro virus), ni la guerra ni la pobreza. Y tal vez sea porque creemos tenerlos controlados, o asumidos. La vejez es enfermedad vírica asumida, y, controladas, la guerra y la pobreza; o así lo creemos, hasta que se nos van de las manos. Las guerras se hacen, y la pobreza se impone, es la razón por la que ambas se estiman asuntos controlados. Son el lado oscuro de la estupidez y la injusticia humanas. O como diría Rilke (siempre el poeta), «…¡qué angostas son las calles de la Ciudad del Dolor!» El ébola me asusta. Nos debe asustar el ébola; será un modo de hallar un ungüento, una medicina que lo cure. Como el hambre, como la guerra. Todo lo que nos asusta, Diario, nos conduce a lograr una solución, una aventura nueva que nos libere del susto, de la zozobra (19:40:33).
 

martes, 7 de octubre de 2014


7 de octubre de 2014. Martes.
EL QUE DICE COSAS
 
Cosa, en el jardín. F: FotVi
 
-El poeta es el que dice cosas. También el agua dice sus cosas, como el pájaro o el árbol. Pero son sus cosas; sólo las suyas. El poeta, sin embargo, las dice todas, y, en decirlas, les da vida. Otra vida. Una cosa dicha, alcanza dos vidas, la suya y la que está en la palabra. Las cosas son y están, si las dice el poeta. Las cosas son lo que son, pero están allá donde las ha dicho el poeta. Así lo expresa Rilke en su Novena Elegía de Duino: «Estamos quizás aquí para decir: casa, /puente, cisterna, puerta, vaso, árbol frutal, ventana, / a lo sumo: columna, torre…» Estamos aquí sólo para eso: para poner en su sitio cada cosa, diciéndola. Dios, poeta él, dijo las cosas y las puso donde están. Dijo: «Luz» y fue la luz, donde se miran y se sienten cosa todas las cosas. Sin palabra que diga las cosas (sin poesía) no habría nada, sólo caos. No decir, Diario, es matar la luz de las cosas, su belleza, aun de lo feo. La Biblia es palabra que dice a Dios. Dios, que es infinidad, cabe, sin embargo, en la palabra; tanto que, fuera de la palabra, trasciende a todo, yendo más allá de todo, sin dejarse asir (19:42:37).

lunes, 6 de octubre de 2014


6 de octubre de 2014. Lunes.
YO FUI DESAHUCIADO
 
¿Mi niñez, quizá?, en Pärnu, Bahía de Riga. Estonia. F: FotVi
 
-Yo también fui desahuciado. Con mi familia. Sería por los años 40 ó 41 del siglo pasado. Fue una de las fotografías en negro que quedaron para siempre en mi mente de niño. Una mente de niño, entonces, con aventuras y sueños, y el asombro de las primeras letras, y los juegos interminables, además de este recuerdo en negro, tenebroso. Llegó la Guardia Civil con un papel mugroso del juez y nos puso en la calle. A mis padres, una hermana enferma y a mí. Y los muebles, como un montón de restos de un derrumbe, enseñando sólo sus esquinas, angulosas, indefensas. Las camas, las mesas, las sillas, un cuadro del Corazón de Jesús, todo patas arriba. Mis padres pagaban el recibo del alquiler cada mes; pero la dueña de la casa, que quería vender, se empecinó en no cobrar, y denunció. Acusó: no pagan, y con testigos falsos. Y la injusticia de la Justicia condenó a mis padres y dio la razón a la perjura (en el juicio juró que decía verdad). Como ocurre ahora, salieron los vecinos y se opusieron («¡No es justo!», recuerdo que gritaban; hasta un Guardia Civil se limpió unas lágrimas), pero se cumplió la expoliación. Desahuciar es robar, porque se despoja a personas, además de la casa, también de su dignidad. Vi a mi padre asustado, a mi madre llorar, y, en una cuna tosca de madera, con sus gorjeos, a mi hermana enferma. Yo miraba sin entender. La Justicia esta vez fue ciega e injusta. Porque creo que de los dos ojos sólo se tapó uno, pues se dijo luego que la dueña de la casa había agradecido al juez los servicios prestados; pero esto yo no lo sé. Todo esto ocurrió en Molina de Segura, en una calle, que, por ser estrecha y sombría (sólo en verano podía el sol penetrar en su hendidura) recibía el nombre de Honda, y que, partiendo de la Plaza de la Iglesia, daba entrada a la Plaza Vieja y seguía hasta la fábrica de conservas de Maximino Moreno, camino del río. ¿Y por qué este recuerdo ahora? ABC ha concedido el Premio Mingote a Olmo Calvo por una fotografía sobre los desahucios; conmovedora fotografía. En la fotografía de ahora (en blanco y negro, como eran nuestras vidas entonces), me ha parecido ver a mi madre con las manos en los ojos tapándose las lágrimas. Fue en la posguerra; cuando el hambre y los desmanes políticos. Yo, Diario, era un niño que crecía en edad, en asombros (era mi sabiduría) y en juegos de guerra en la Plaza Vieja, donde siempre tenían que perder los rojos; era lo que oíamos que había ocurrido y lo imitábamos (20:20:47).

domingo, 5 de octubre de 2014


5 de octubre de 2014. Domingo.
PERO SIN RETRATO
 
Belleza interior del árbol, en el jardín. F: FotVi
 
-Si el alma no crece, mengua el cuerpo. Alma y cuerpo son un todo que se complementan. Tal es así, que, muerto el cuerpo, el alma vuela, sola, a regiones celestes e ignotas que sólo en la fe trascienden. A un alma rota, corresponde un cuerpo arruinado; el cuerpo es el espejo visible del alma invisible. Ejemplo: un cuerpo alcanzado por el vicio -la bebida, la droga, el afán de riqueza caiga quien caiga, la insaciabilidad del sexo, etcétera- es el reflejo de un alma enferma, acabada. Pero no al contrario; en un cuerpo enfermo, con harapos de indigencia, débil (Teresa de Calcuta, santa de la pobreza, Miguel y Manuel, santos del ébola, el cooperante Alan Henning, santo por decapitación, tantos), puede haber un alma grande y viva, alma con la lozanía de lo que nace, sea brote, pájaro o la primera palabra que un niño balbucea. El alma parpadea en el rostro como la luz del faro en la noche oscura. Y es parpadeo que indica muerte o bonanza. En el alma está la raíz de una vida heroica o fracasada. El reflejo del alma es en el cuerpo, a veces, Diario, como El retrato de Dorian Gray, pero sin retrato. Por lo que, si se quiere dar bien en la fotografía de la consideración de uno mismo y la de los demás, hay que vigilar el alma, su grado de virtud, su belleza íntima  (19:38:46).

viernes, 3 de octubre de 2014


3 de octubre de 2014. Viernes.
TEMIBLE FRAGILIDAD
 
Galaxia, en el jardín. F: FotVi
 
-Ahí está la galaxia o castillo de una araña, al otro lado de la reja de mi ventana, donde ella siempre habita, salvo cuando sale de caza. En este momento (12:03 horas), ha salido de caza. Aquí, la araña es el centro de un mundo de hilos inteligentes y geométricos, concéntricos, mundo al que todo converge; también la muerte. Todo este tinglado, de temible fragilidad, pende, sin embargo, de un solo hilo mayor, oblicuo, chorrillo de luz en este momento, y que va, con milagro incluido, desde la soga de tender la ropa a una pequeña rama del seto. Es la viga de carga de todo. Cargar es un verbo que pesa, hasta en la boca. Pesa decirlo, y más si soy yo o eres tú el hilo mayor que sostiene todo este tinglado de la farsa de una sociedad que se dice avanzada y próspera y está abocada al mordisco cruel de la araña, sin apenas libertad. La araña de los Poderes Públicos. Ahí está, en el centro de todo, dominando la galaxia, sorbiendo al pobre para parranda del rico. La araña es Hacienda, son los Partidos Políticos, son los Sindicatos, es el Deporte, alguna vez la Iglesia, la Banca, son los Ayuntamientos, es el Empresariado, todos en complicidad con el Poder, la Araña. Para que nada cambie, para que todo siga igual. Ah, la temible fragilidad de la araña, Diario, vigilante y espesa, siempre con rúbrica de muerte en sus ojos, a la espera (19:38:53).

jueves, 2 de octubre de 2014


2 de octubre de 2014. Jueves.
OMBLIGO
 
Pasando página, en la biblioteca. F: FotVi
 
-La página se está pasando; dos dedos, el de un tal Mas y el de un tal Junqueras, están pasando, lenta, pero inexorablemente, una página de la Historia. Pasada la página (antes o después, más antes que después), España no será la misma, y Cataluña, otra cosa. Otra cosa configurada con sólo lírica sentimental y un romanticismo viejo y reumático, y desde luego anquilosado. En un breve pero deleitoso ensayo de 1981 (Travesía de Barcelona) escribía Francisco Umbral: «Hay persona y personalidad catalana porque hay dialéctica de contrarios». Eso era y fue entonces. Pero la dialéctica, en Cataluña, ha estallado por los aires. Ya no hay dialéctica, sino ombligo. (Cuando falta la dialéctica, sudan los ombligos de tanto saberse contemplados; y sudan hedonismo, autocomplacencia, mezquindad). El nacionalismo mira y habla con su ombligo. A parte «de los gritos del mar entrando por las Ramblas» (sigue Umbral), ya no se oyen más gritos que los del nacionalismo, en las calles, en el idioma catalán único y cerrado, en sus rabias contra nadie, pero asustados de orfandad, con banderas de contraste y odio, formando una V que puede significar «victoria», o «víctima», o (¡qué triste!), «vencidos»; es decir, sin contrarios, solos y perdidos en la infinitud de su torpeza y de su orfandad, vencidos. Huérfanos de otra voz que les hable, y puedan oír. He leído que la soledad grita tanto que su fragor, a veces, lleva al suicidio. La página se está pasando, dos dedos bastan, pero el vértigo de la soledad acecha en el escondite oscuro de la siguiente página, la que todavía no se ha escrito, pero que se escribirá con llanto. El mar, Diario, entrará por las Ramblas, gritando: « ¡Vencidos!», y abundarán las lágrimas (19:58:29.

miércoles, 1 de octubre de 2014


1 de octubre de 2014. Miércoles.
PAISAJE CON PARAGUAS GRISES
 
Agasajo de la flor a la lluvia, en el jardín. F: FotVi
 
-Cielos cubiertos, como un paisaje con paraguas grises. En todo caso, paisaje de película en blanco y negro. Me ha sucedido: si canto bajo la lluvia, oigo música de Arthur Freed. Como aquella vez con Gene Kelly calándose. Me emociona el paisaje, y más si es paisaje con lluvia. Los paisajes los suelo meter en mi alma, para que en ella crezcan y me los devuelva luego tras de los ojos, para mirarlos cuando los necesite, allí en el interior, donde está ella. Mirarlos de fuera a dentro. Como se miran los enigmas del espejo. De algún modo cuando llueve toco el misterio de Dios, es como si se derramara Dios en la algarada de los hilos de la lluvia; o sea, bendición y lenguaje de Dios. La lluvia es la Natividad de Dios en las cosas. En cada gota, cuando llueve, cae un poco de Dios, su fecundidad. Y andar. Ando para sentir la tierra en mis pies, y lo hago casi todos los días, así hablamos ella y yo, ella con su lenguaje, sus ruidos, de tierra amada en mi pisada y yo con mi marcha de hombre, cordial y cuidadoso, en el caminar. Yo ando, la tierra me habla y yo le contesto. La tierra, como el corazón de la bondad, nunca se queja, pero sabe distinguir quién la ama y quién no. Decir, Diario, que, a partir de mediodía, el sol ha roto el ejército de las nubes, y se ha puesto a caminar, hidalgo y brillante, y sin paraguas, bóveda del cielo adelante, según hace, para dejar paso a la noche, cada día (19:46:06).