lunes, 31 de agosto de 2015

31 de agosto de 2015. Lunes.
TRONAR

Unas gotas de vida, en el jardín. F: FotVi

-Si Dios no lo remedia -que no-, esta mañana de agosto, que ya atisba el invierno, desayunaré con sol y acción de gracias; es decir, haré eucaristía. Salvo las sombras de uno mismo, en la fe todo es sol. Escribía el domingo, mientras me rasuraba la barba, y me disponía a salir para celebrar misa. Hizo sol y hubo eucaristía, y el gozo de compartirlos. La alabanza a Dios, compartida, alegra los labios, y el corazón de donde parte, y es liberación. En este momento (las 20:04:55), Diario, truena y amenaza lluvia. Que así sea (20:08:18).

domingo, 30 de agosto de 2015

29 de agosto de 2015. Sábado.
EL BIBLIOTECARIO

Biblioteca, y no la de Alejandría. F: FotVi

-Se me ocurrió plantar libros, a ver si florecían. En la biblioteca. Como viñas en un huerto cerrado. ¡Qué huerto de luces, de caminos, de dramas y amaneceres, de arrebatos místicos y guerreros, de quijotes y sanchos, de hadas encendidas, de rimas y odiseas, de amor! En mi huerto cerrado, Cervantes -ejemplo- asombró a Homero, y éste a aquél, de por medio andaban Shakespeare, y un tal Proust, con otros, como Borges o Lorca, o Claudio Rodríguez, o Adonis. (Dios también estaba, se le intuía en la Biblia, como un silencio con rumores). Ordené los libros, los pulí, los miré con cariño, los adulé, los liberé del polvo y de la polilla, les di el calor dulce de mi mano, la caricia de mis ojos, me aprendí sus pastas, rocé sus lomos, hasta lloré sobre ellos, y los amé. Percibí que había libros malos que tal vez debiera eliminar, pero no lo hice, pues me dije: “¿Y si con mis cuidados dieran fruto?”. El fruto de una página ave, voladora, por lo menos. Nunca lo supe, dijo el Bibliotecario: jamás abrí un libro, sólo los contemplé absorto, maravillándome de que existieran, sin pasar a su interior, a su monte santo, donde la palabra -silencio ardiente- se despereza en la lectura, se ríe, llora, se muestra cómplice, se abre, se da, habla. Eso, Diario, dijo el Bibliotecario, perdida la vista en aquel gran bosque inexplorado, profundo, terrible y bello (12:15:28).

jueves, 27 de agosto de 2015

27 de agosto de 2015. Jueves.
DE ACERO Y FRÍO

Mirar descarado, desde el jardín. Año 2012. F: FotVi

-Hay un pájaro supercalifragilisticoexpialidoso de un vecino, que pía con golpes de acero y frío, que diría el poeta. Es el suyo un piar agudo y desabrido, que hiere sin sangrar. Perfora, pero sólo la sensibilidad musical del oído, y el sueño. No sé (sin querer ofender) qué clase de pajarraco es; pero te aseguro que no es ni un político, ni un predicador sin sermón, ni un mal poeta de facebook, ni…; es, Diario…, ¡la consternación! (20:46:26).

miércoles, 26 de agosto de 2015

26 de agosto de 2015. Miércoles.
ADVERSIDAD

Árboles y su espejo, junto a la cueva Gütmana. Letonia. Año 2014. F: FotVi

-Se aviva el odio, como un fuego de verano en el bosque. Arde, cada vez con más frecuencia, el bosque de la democracia. Y si arde el bosque, con él arden la fauna y la flora; es decir, arde la vida y la belleza, apagándose así las luces y adornos de las estaciones. Y con el fuego del bosque, se apaga toda luz; el fuego sólo crea sombras de humo, noche sin luciérnagas ni estrellas, adversidad; la adversidad de la muerte. Una chica, 18 años (bella, por cierto, y con la gracia casi trasparente de lo frágil), ha sido apaleada en Cuenca, la ciudad de las casas colgantes, que resisten al tiempo (y las miradas) sin caerse. A estas alturas, me pregunto qué significan «facha» o «rojo», para que unos peguen a otros, esta vez en una nueva guerra civil de barrio. ¿Todavía hay fachas y rojos? ¿Todavía hay extremos que no se tocan? Siempre me han parecido hermosas las márgenes del río, porque, aunque nunca se toquen (en el tocarse estaría su muerte), siempre se miran y se sonríen entre cañaverales y huertos, y pájaros y arados, y cielos que flotan en sus aguas. No creo ni en rojos ni en fachas, ni en éstos ni en aquéllos, creo en el río, que, con el respeto de sus orillas, guía sus aguas (la vida) hacia el mar, para que absorbida (asunta) por la evaporación, se convierta luego en lluvia, en bendición graciosa sobre la tierra. ¿Mi credo? Dios, el hombre, la vida, dar la mano, tolerar aun lo que no entiendo, poder abrir un libro y, una vez leído, cerrarlo estremecido (prefiero un libro en la mano que una biblioteca volando), confesar que soy hombre perdonado (papa Francisco), y, aunque nunca he puesto del todo la otra mejilla (Jesús de Nazaret), lo intento alguna vez con algún que otro modesto resultado. ¿Mi credo, Diario? Mirar la luz…, y no cegar, sino ver. Es todo (11:59:39).

martes, 25 de agosto de 2015

25 de agosto de 2015. Martes.
LUNES NEGRO

Oro, en el Museo Arqua de Cartagena. Año 2015. F: FotVi

-La vida sigue, como un torbellino. La vida está ahí, muere, revive, se alza, se cae, respira, se ahoga, se hace fuerte en la ancianidad y brilla en lo joven. Lo anciano, sin embargo, es otro modo de esplendor: un esplendor sereno y sabio, casi divino. La ancianidad es nostalgia del brillo, pero con luz discreta de brasa. Está y luce, aunque en la discrecionalidad; es fuego que se afana bajo la ceniza. Hasta que se apaga; como lo joven, al fin. El torbellino de la vida -haz de sucesos inverosímiles, a veces- nos revela hoy estas noticias: ayer, porque cayeron las Bolsas, fue, dicen, un lunes negro; no lo fue, sin embargo, porque murieran en la mar unos ilusos emigrantes intentando dar vida a unos sueños, que nacieron muertos. El lunes se ha llenado de hollín porque la Bolsa ha caído. Pavoroso. Otra: la yihad, activa, sigue segando vidas. Y ahora anuncia actuar en España; ahora, sí, temblor de miedos entonces, ya nos afecta. La yihad corta cabezas, también cristianas, pero si es en la lejanía -Siria, Nigeria, Irak…-sólo hay un lamento, un lloro a lo sumo; en la cercanía, sin embargo, se crea el grito y se moviliza la guardia, se pone en marcha la araña del temor. Se asusta el pánico. Y última hora: tres muertos y cuatro heridos en el norte de Francia. ¿De nuevo la yihad? Están ahí, otra vez, entre nosotros; como el mosquito tigre, trasmisor de la chikungunya, a la puerta de la playa, esperando. Pero aliviémonos, Diario, después del lunes negro de ayer, el Ibex 35 ha vuelto a subir, y, nuestro mundo alegre y confiado, y olvidadizo, vuelve a serenarse. Del lunes negro, al martes rosa. Consolación. Y: «¡Contengamos el grito!», se nos dice, y obedecemos, hasta el nuevo lunes negro en que se haga el pavor (19:23:42).

lunes, 24 de agosto de 2015

24 de agosto de 2015. Lunes.
LA CLARIDAD

La claridad viene del cielo, desde el jardín. F: FotVi

-«Siempre la claridad viene del cielo», dijo el poeta Claudio Rodríguez, en su libro El don de la ebriedad. Año 1953. Y esto, la claridad -añade-, es un don; es decir, gratuidad. El don no se cobra, se da, y, desde la humildad, se acepta como tal. Las tinieblas, que son oscuras y petulantes, no aceptan la claridad, y jamás gozan el alba. La claridad reviste las cosas y les da estancia y color, y presencia. Están y se ven. La claridad exhibe las cosas, las expone, revela su apariencia, su semblante, las da a conocer. También claridad en el alma, en la mirada, en las palabras; es lo que pido, es lo que busco. La claridad que hace limpio el corazón e ilumina las obras, y las deja brasa de amor en cualquier vida, sin humos. No la tiniebla del odio, del batallar, del simular, del mentir, del sinvivir en la amargura; la claridad del amor, Diario, es lo que busco, y lo hallaré, porque es un don; don venido del cielo, al que miro con afán de vidriera que desea ser iluminada, encendida (20:29:58).

domingo, 23 de agosto de 2015

23 de agosto de 2015. Domingo.
BRASAS DE LUNA

Mirada del bien, en el jardín. F: FotVi
-Como las plantas, agosto se nos está agostando, secándose en su mismo fuego de verano. Julio ha sido ira, infierno, calor irritado; agosto también ha sido ira, infierno, calor, pero menos colérico; agosto ha calmado las lumbres de julio con sabiduría de alguna brisa y brasas de luna. Pero el mal -el odio, el terror, lo injusto, la muerte, la mentira…- no se agosta, sigue con su alma de escarabajo portando excrementos a su guarida. Por eso hay que aventar el bien, Diario, para que se haga verdad lo que escribiera el de Tarso: «No te dejes vencer por el mal, sino vence al mal con el bien». Y el ángel dijo: «Amén»; y yo digo: «Así es» (20:33:12).

jueves, 20 de agosto de 2015

20 de agosto de 2015. Jueves.
CAROLINA, O EL POEMA DEL VOLANTE DE PLUMAS QUE VUELA

Carolina, el poema del volante, en Yakarta. Indonesia. F: Reuters

-Está claro: el esfuerzo, la tenacidad, el no ir de convidado de piedra, sino de actor, sentir «la furia de los músculos» (Leila Guerriero) y la feliz locura de la mente, porque la tenacidad nace en la mente, y es locura de no parar, de irse a volar (en ella, en la mente, caben todas las quimeras), el sueño de cruzar la meta el primero, o dar como un verso excelso el último raquetazo ganador, en un juego alienígena llamado Badminton, juego de volante y raqueta, y mente clara, y agilidad de gacela, con ojos y oídos que se adelantan a la jugada, la preceden, la adivinan. Rapidez de reflejos, llaman a esto. El volante del juego alienígena llamado Badminton es un armazón de plumas que tiene vuelo de bala y posarse de ave, casi etéreo. Se le maltrata a golpes, fieros a veces, y va y viene, y destella en uno y otro lado, hasta que, vencido, cae. Una raqueta, lugar donde se enfurece el volante, vence a otra, y un punto, como un verso suelto, cae del lado de la raqueta vencedora. Hasta que, punto a punto (verso a verso) se acaba construyendo el poema del volante de plumas que vuela: la victoria. Esfuerzo, tenacidad, sacrificio, codos hincados, estudio, noches quizá en blanco, gimnasio, dolor, sufrimiento, y llanto en alguna ocasión, siempre al límite de lo imposible. El domingo 20 de agosto, alguien, Carolina Marín, una española de Huelva, escribió, componiendo con el volante emplumado, punto a punto y verso a verso, un bello poema deportivo. Logró el Campeonato del Mundo de ese deporte alienígena llamado Badminton, y, como cae el volante de plumas tras su vuelo, como se precipita la luz o se llueve la tierra, la alegría de Carolina, tras el triunfo, rodó, Diario, por los suelos, con su llanto de risa y laurel, de pódium y gloria. Felicitación (11:46:38).

martes, 18 de agosto de 2015

18 de agosto de 2015. Martes.
INFIERNO DE PAPEL


Belleza otoñal, en ABC. Año 1970. F: FotVi

-La prensa, de ordinario, es un despiadado asalto de malas noticias, de horrores, a nuestra sensibilidad. La prensa es un infierno de papel (virtual, a veces) al alcance de cualquiera. Es el infierno de Sartre, pero hecho de crónicas insanas, implacables. «El infierno son los otros», dijo; los otros que, necesariamente, por oficio (y beneficio), escriben la maldad. También alguna vez escriben lo bueno; pero más, la maldad. La maldad, que, por morbosidad del ser humano, apasiona y vende más. Morder un dólar o un euro y decir: «¡Vale, tío!», aunque tiemble toda moral o ética, se estila ahora. Aunque explote la convivencia y el silencio de los inocentes (Thomas Harris).  Morbosidad (o enfermedad del alma), que, como la sarna, si es asumida con gusto, no pica. Si es noticia, aunque sea rumor o chisme, no pica la sarna del escarnio, la burla, la muerte, la guerra, el naufragio de soñadores de cielos nuevos, los asesinatos en este y en aquel otro punto, el fraude, el robo, la falacia ideológica (aunque venga de Archipiélagos Gulag o Campos de Exterminio, los Auschwitz de ahora mismo, aciagos), la violencia contra la debilidad (la mujer, el no nacido, humillación de todo, hasta lo más sagrado), tantas cosas, execrables, que se escriben, cada día, y apenas alguna buena, si acaso (porque cae bien) que el papa Francisco ha dicho esto o lo otro (si complace), o salvar a estas niñas de la locura de la yihad, o ha bajado el paro juvenil, algo así, pero triunfa sobre todo lo que es ira y pavor, y odio, que venden más que la misericordia o el amor, o el silencio de los corderos, entre los que, Diario, pongo a Dios, y una cruz (12:17:50).

sábado, 15 de agosto de 2015

15 de agosto de 2015. Sábado.
GRACIAS, MUJER

Mujer ascendida. F: FotVi

-Hoy no parece que vaya a repetirse el calor de ayer, calor fanatizado y ofensivo, sucio. En un ambiente de calor, en que todo arde, la mirada se aturde, se torna trazo de acuarela, se diluye. Como la tiranía aplasta, el calor humilla. Ejemplos: la tiranía del tabaco, la de los celos, la de los insectos, que, según Shiki Masaoka, poeta japonés, en verano caen muertos sobre los libros. Hoy, día de la Virgen absorbida por el cielo, asunta, se hace más pulcro el ambiente, más aseado. Ella, Mujer, ascendiendo, y el Cielo, bajando. Y así, aun en el ambiente, se hace cercana la pureza, se toca su claridad. Gracias, Dios; gracias, Mujer; gracias, día (21:50:35).

jueves, 13 de agosto de 2015

13 de agosto de 2015. Jueves.
TARDE DE FUEGO DE HERIDA

Lluvia de plata, en Santiago de la Ribera. Año 2015. F: FotVi
-Ante un agosto terco en calor y sangre, sin Dios ni reglas (parece), desnudo de humanidad y vestido de barbarie (un bebé muerto aquí, uno más, dos chicas jóvenes allá, la esposa a manos de su expareja, accidentes, miseria moral), voy a tratar con unos versos de Pablo Neruda de iluminar mi alma, liberarla de pesadillas y lamentos, hacerla paz, en la palabra, con la palabra, en esta tarde de fuego de herida. En su Oda al mes de agosto, decía Neruda: «Quiero / estar / solo / en medio / de la luz de agosto / y ver / así / sin sangre / por una vez / la vida: / verla / como una / nave / deshabitada / y bella, sin más aroma que el aire marino / o el invisible de un romero amargo». Estar solo, Diario, y viendo sin sangre la vida (20:50:43).

miércoles, 12 de agosto de 2015

12 de agosto de 2015. Miércoles.
QUART HADASHT, O CARTAGENA

Gozo arqueológico, en Quart Hadasht, Cartagena. F: FotVi

-Día de gozos arqueológicos, ayer. Cartagena es otra cosa: es un hoy nuevo (y novedoso) y es, a la vez, arqueología vieja, con sabiduría, pues, de antes; es decir, es hoy, o una bella y cosmopolita ciudad moderna, y es arqueología, o historia en huesos, en ruinas recuperadas, ruinas que hablan de lejanos esplendores y decadencias, de muertes y renacimientos. Cartagena fue ideada y fundada por Asdrúbal, un cartaginés versado en guerras y en mares, y en ensoñaciones urbanas. Asdrúbal llegó, vio y, donde antes habían vivido gentes ibéricas, fundó Quart Hadasht (Nueva Ciudad), Cartagena, año 227 a. C. Luego llegaron otros: romanos, bizantinos, visigodos, y la fueron deshaciendo y haciendo, desnudándola y vistiéndola, hasta hoy, que sigue todavía sin acabar de ser, pero siendo. Pues nada en este mundo, para no morir, se ha de dar nunca por acabado. Y Cartagena, desde aquel siglo III a. C., sigue acabándose, acomodándose, componiéndose (como el poema o la sinfonía) y así lo estará hasta el infinito. Ayer, Manolo Cuadrado y yo, como en otros tiempos la Grecia, Italia, o Francia, y con vocación de estudiosos en piedras antiguas, literatura esta sin escribir, pero visiblemente locuaz, visitamos Cartagena. La muralla Púnica, el Museo, el Teatro Romano y una pequeña aventura marítima en barco turístico, fueron, venciendo el calor, objeto de nuestro transitar por Quart Hadasht, Cartagena, leyendo en lo antiguo, para saber de lo nuevo, pues raíz es lo antiguo, Diario, de todo aquello en lo que ahora vivimos y somos, y seremos (20:44:52).

domingo, 9 de agosto de 2015

9 de agosto de 2015. Domingo.
GOTA DE DÍA

Diente de fuego, en la imaginación. F: FotVi

-Una gota de día en la mano y me la ha perforado, tanto ha sido el calor. La vi caer (la gota de día) y era un diente de fuego, una moneda de céntimo incendiada, un pequeño festín de ira. Me taladró la mano, dijo el mentiroso (político él) en un arrebato de lirismo incierto; y todos le creyeron, salvo él mismo, Diario, que se rio del mundo, todo. (20:05:54).

viernes, 7 de agosto de 2015

7 de agosto de 2015. Viernes.
ABISMOS DE PAVOR

Sobre la fragilidad, en el jardín. F: FotVi

-El Mediterráneo, fosa común, fosa hiriente, fosa de ahogos; cementerio de los que, movidos por la ensoñación de Alicia en otro país de las maravillas, osan andar sobre las aguas como si de un cielo sólido se tratara. No se dan cuenta de que debajo de la nube sobre la que andan -sus visiones, sus esperanzas, sus sospechas de felicidad- hay caídas, hay abismos. Abismos de pavor y muerte, infinitos. Sin contemplación. (Hacia Dios o hacia el Infierno -o hacia la Nada-, siempre la muerte es infinita). En la fosa común del Mediterráneo ha vuelto a suceder la muerte. Doscientos emigrantes, muertos de un tajo; a los miles ya habidos, se suman éstos, almas ya camino de otro sueño distinto del que los llevó a pensar que podían andar sobre las aguas. Y, como un golpe de luz que te ciega, el sueño del infinito, inesperado. La muerte es cegarse o de tanta Luz o de tanta Nada. Y cegada además Europa -sin Luz, sin fe, sin solidaridad- en no mirar este drama de frente, con ojos de examen interior, para poder sentir la culpa de no haber mirado y proponer así la enmienda. No miro, dices; me desentiendo. Y, como el avestruz, si no miro, dices, no suceden las cosas. A mi alrededor hay un mar, y miles de muertos; pero no miro, hundo la cabeza, la escondo, y así dejarán de existir. Sólo existe lo que veo, lo que toco, ni siquiera me basta con el mal olor de un cadáver, de miles de cadáveres, de miles de sueños rotos, dice la oscuridad de los ojos de Europa enterrados bajo el ala de avestruz de su insensibilidad solidaria. Miles de muertos. No importa, Diario: Europa esconde la cabeza, y dormita, o se divierte (20:15:48).

miércoles, 5 de agosto de 2015

5 de agosto de 2015. Miércoles.
ORFANDAD

Fuego, en el parque. Torre de la Horadada. Año 2015. F: FotVi

-No sé si, al comer, muerdo con furia o es que me cae grande la dentadura. (Dentadura implantada, como un cañaveral). Es el caso que me muerdo la boca por todos lados, como cuando de niño me picó una abeja y no dejó lugar en el rostro sin aguijón ni mordedura. Mi madre dijo, entonces: «Un adefesio, eso es lo que pareces». Y yo -debido al dolor y a no saber que era aquello de adefesio- me deshice en llantos, como una esponja con hipo. Hasta que, envolviéndome en  su abrazo, vino madre y me consoló. Anoche cenando, me mordí la lengua, y creí, tan fuerte fue el golpe, que me la había partido. Y temí (¡qué cosas!) que me dificultaría decir palabras, nombrar las cosas. No me preocupaba la herida, sino el no poder decir palabras. Y me dije: «Huérfanas de mí las cosas». Y es que en las palabras se renuevan las cosas, y se va completando así la creación. Decir, es hacer que las cosas sean, estén, latan, vivan. Dios -suele adivinar el poeta- anda en las palabras y, al decirlas, se percibe en las cosas, hay como un rumor de él en la palabra. Di: «Luz», y se hará la luz en tu mente e iluminará tu imaginación. Aunque camines a oscuras, verás la luz en tu interior y tendrás conciencia de que lo que dices existe, está, ama. Di: «Palabra», dila, y se abrirá el Diccionario, y te dirá: «Habla», y entre el Diccionario y tú se recrearán las cosas, serán de nuevo vida hablada, en ti, y tu boca se llenará de vida, y la vida, de emociones bellísimas y nuevas. Diario, di: «Amor», y el mundo será más fuego, con más fragor de Dios (19:57:13).

lunes, 3 de agosto de 2015

3 de agosto de 2015. Lunes.
OTRO LUCIMIENTO

Otro lucir, en el árbol. Año 2015. F.FotVi

-En un primer momento me pereció ser una hoja lo que había caído del árbol. Era otoño. Y, en otoño, las hojas sienten una vocación de libertad que las hace irse del árbol, donde fueron ornamento y rumor, y volar hasta la tierra, para en ella volver a ser savia y vida, y, en su tiempo, subirse al árbol y lucir de nuevo. A ese otro lucimiento, lo llaman primavera. Me pareció ser una hoja y, sin embargo, lo que había caído del árbol había sido un pájaro; el golpe fue seco, perverso. Cogí el envoltorio de plumas y lo noté con vida aún. Aunque con los ojos cerrados, la vida latía allí, débil, como un parpadeo de algo dudoso. Intenté animarlo, pero no pude: se heló en mi mano. Luego descubrí un pequeño orificio en su cuerpo: un perdigón de escopeta lo había atravesado. Nunca supe de donde vino ni cómo fue. Sólo supe que algo hermoso (como un verso de poema de Dios) había muerto, en mis manos. Di, me dije: «¿Por qué?» Y enterré el pájaro junto a la raíz del árbol, para que esta vez, al volver la primavera, fuera hoja de árbol, con otra clase de vuelo y canto. Recordé esto al saber de la muerte de un bebé palestino a manos de la fe sórdida de unos judíos extremistas, locos de creencias erradas, y que, en el odio al prójimo, y sin saberlo, quizá, (o, sí) Diario, están odiando a Dios (20:46:38).

sábado, 1 de agosto de 2015

1 de agosto de 2015. Sábado.
OÍR LA LLUVIA

Soñando ser nube, en el jardín. F: FotVi

-Parte meteorológico: ayer, de tarde, el cielo último de julio rompió aguas y dio a luz unas gotas de lluvia que parecían la fábula (Esopo) del monte aquel que se puso de parto y parió un ratón. Unas gotas, sin embargo, lúdicas, por ruidosas, con baile dentro. Oír la lluvia es algo así como oír un libro leerse a sí mismo (Yo lo he oído leerse, Candela, ¡y suena!), o a una corchea salirse de la Novena de Beethoven y dar la nota, ella sola, como un sueño libre; eso sí: con Beethoven a su lado: guiándola, asombrándola, llenándola de vida. La música es asombro, Diario, por la misma razón que lo es la lluvia, tan sabia siempre (21:45:19).