martes, 27 de septiembre de 2016

27 de septiembre de 2016. Martes.
MÁSCARAS

La sencillez nos mira, en el jardín. F: FotVi

-En otoño, los mirlos no cantan, graznan. Y defecan (con perdón). Y lo hacen como Miguel Barceló en la Cúpula de la sala XX del Palacio de Naciones Unidas, en Ginebra, con chafarrinones de pintura lanzada al azar. Caiga donde caiga. Luego dirán que esto es arte, y tal vez lo sea. Pero arte acribillado, hecho de pepilla de pintura, o de puré de estrellas, quizá. De este modo, el cielo de la sala se llena de agresivas y pacientes estalactitas de colores, que amenazan caer. Este es el cielo o cúpula que yo veo en nuestro deambular político de ahora mismo. Todo está hecho de chafarrinones, de excreciones sectarias, de expulsiones voluntaristas, de intereses creados lanzados al techo, de infantilismos precoces, que amenazan caernos encima. No hay moderación, hay lucha, parapeto y lanza, demonios en la cabeza, embestidas de colores: azul, rojo, lila, naranja… ¿De qué color es la mentira? Los mil colores al techo, para que queden como obra de arte de la intolerancia, de la huida hacia adelante, aunque nos quede la sensación de que nos vamos a romper la crisma. La crisma de la responsabilidad. En este mundo casi celeste de la política, nadie se siente responsable. Abundan la charlatanería y la pesadez de estómago, en política abunda el descaro. O la máscara, que tapa el rostro y las verdaderas intenciones de quien la lleva. Nunca sabrás lo que piensa un político más allá de sus palabras; porque las palabras, Diario, son su máscara, su disfraz, su camuflaje (12:21:58).

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