jueves, 8 de diciembre de 2016

8 de diciembre de 2016. Jueves.
INSTANTE DE ARTESANÍA

Artesanía irrepetible, en el jardín. Murcia. F: FotVi

-Se llamaba María, el Ángel la llamó «la Llena de Gracia», y la posteridad, Inmaculada Concepción. Luego el Pueblo la fue llenando de galanterías y le fue poniendo nombres según su capacidad de invectiva apologética o simplemente poética: la llamó con todos los nombres cariñosos y románticos posibles: Fuensanta, Consolación, Caridad, del Pino, de las Huertas, Covadonga, Pilar, Carmen…, y así hasta un universo inacabable de nombres. Pero lo de Inmaculada Concepción es el nombre que más le cuadra. El prefijo In significa «no, sin»; mácula: «mancha, pecado», y concepción: «fecundación al comienzo del vivir». Por lo que Inmaculada Concepción es el nombre que más le va. Pues «desde el principio, desde que empezó a formarse en el seno de su madre «no tiene mancha, no la visitó el pecado», y todo como gracia de Dios y en previsión de la muerte y resurrección de su Hijo, Jesús. En nosotros, ocurre esta gracia tras el bautismo; en María, en el mismo instante de ser concebida. Es decir: al contrario que al resto de mortales, a ella en ningún momento de su vida la tocó el pecado, la tiznó, pues el pecado resbaló en la muerte y resurrección de Jesucristo y pasó de largo, sin rozarla. No la embarró. Aunque el barro sirva para hacer artesanía, Dios rehúye el barro y hace artesanía con la gracia, y le sale esta obra maestra que es María, su Madre. Así lo expresó Miguel Hernández, el poeta de la sencillez excelsa: «Oh elegida por Dios antes que nada; / Reina del alba, propia del zafiro, / nieta de Adán nacida en el retiro / de la virginidad siempre increada». «La virginidad siempre increada», o la virginidad, Diario, creada por Dios para esta ocasión única, como un instante de artesanía, irrepetible (18:34:30).

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