lunes, 27 de marzo de 2017

27 de marzo de 2017. Lunes.
SOBRESALTOS

Cómo se viene la muerte, tan callando, en el jardín. F: FotVi

-Tras el susto de ayer por lo del cambio de hora, hoy vuelvo a la bella monotonía del vivir sin sobresaltos. Sin sobresaltos bruscos, que leves e insidiosos los hay, todos los días. Cualquier minuto que vives es, en toco caso, un baladí sobresalto, con la frivolidad añadida de tener que andar de puntillas por la existencia. «El ave, con un sobresalto, se enderezó», dice el dicho. El pájaro es esa pequeña centella que, de pronto, levanta vuelo y corta el cielo, partiéndolo, por un instante, en dos. Hoy, un pájaro, dos mitades de cielo azul (dos gemas), y un día que vivir. Camino junto al río. Veo cisnes, ánsares, palomas… Echar a volar es un sobresalto, una agitación de alas frenético que te pone en vuelo y te libera de la carga de tener que ir pisando tierra y pesadez. Y escombros de recuerdos trágicos. Como el accidente del aeropuerto de Los Rodeos en Tenerife. 583 víctimas. Hoy se cumplen 40 años. Al final, la vida es eso: un accidente que se produce en un momento no elegido por ti, que te viene dado, sin considerar su negrura, o su accidentalidad. Como el nacer. Como diría el poeta: «una rama del árbol se desgaja» y te encuentras dando alaridos en brazos del calor del rezago de tu madre, llorando y mirando todo con asombro, como un filósofo que se preguntara, sin comprender, qué es lo que ha sucedido; hasta que doblas la cabeza y te duermes, sabiamente, Diario, sin rencor por haber nacido, chupando el dedo de la felicidad (20:04:26).

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