lunes, 3 de abril de 2017

3 de abril de 2017. Lunes.
LA FEA REALIDAD

Mirada de Dios, si así os parece. El Roto

-Otra nueva catástrofe en Colombia, en Mocoa, en plena selva amazónica. Y en la que anda de acompañante de la tragedia la pobreza. La pobreza, o el cayado que ayuda a hacer espaciosos y graves los desastres. A hacerlos locura. Ya hay 250 muertos y decenas de desaparecidos. Y empieza a actuar la política, que dice: lloramos con vosotros (sin que se vean las lágrimas), arrimaremos el hombro (y, de momento, solo con las ayudas que les vienen de fuera). ¿Los auxilios del Estado de Colombia? Llegarán (o no). El tiempo dirá; mientras, la pobreza se arrastra por el lodo, llora contemplando la desolación, se aferra a la congoja. Y lo más pavoroso, los niños que han sucumbido, que se han ido con el agua y que no volverán. Y es que, además de pobres, eran niños, y tan frágiles que, el aleteo de un pájaro a su lado, los haría volar. La pobreza surca espacios de espanto en el sueño de los niños pobres; hasta que como en un Clavileño de fantasía dan con sus huesos en la fea realidad. Y se duermen en ella, para no despertar. En todo caso, sólo lo hacen en el recuerdo de la madre, y eso, si ellas no han sufrido también el triste destino de sus hijos. ¿Y Dios: en la teología o en la tragedia? Creo, Diario, que en la tragedia, consolando a la pobreza, nacida del egoísmo y las injusticias del hombre, y bendiciendo a los que aportan su ayuda: su moneda o su vaso de agua, o su palabra amable, alentadora (20:10:15).

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