miércoles, 25 de octubre de 2017


25 de octubre de 2017. Miércoles.

CUMPLIENDO SIGLOS

Vejez gloriosa, en Éfeso. Turquía. F: FotVi

-Ayer fue día, en cascada, de felicitaciones. Desperté, y no caí que era veinticuatro de octubre. Alguien llamó al teléfono y dijo: «Felicidades». Y, casi dormido aún, me puse a mirar en mi entorno, como un perdido. Felicidades, ¿por qué? ¿Nadaba contra corriente, o era la corriente la que me llevaba? Hasta que me aterré: era mi cumpleaños, mi nuevo escalón resbaladizo y viscoso hacia el final. Pero me recompuse al instante: y puse voz de ser feliz cumpliendo siglos, décadas, vejez. Y sonreí; y dije: «Gracias», y fui feliz, pues la verdad de la amistad me aceleró los latidos y puso en órbita mi corazón. Una órbita de mirlos, de casuarinas -árbol-, de estrellas locas. Me sentí feliz, más que por cumplir lustros, por saber de amistades. Empezaron a lloverme felicitaciones por teléfono, whatsapp, facebook, y, esto, Diario, me reconcilió con mi vejez, que, a ratos, la contemplo luminosa, y achacosa, y divertida, aunque diga alguna vez con T. S. Eliot aquello de: «la piedra seca no da agua rumorosa», y entonces callo y pienso, y, pensando, me veo niño «aún volando en mi caballo de cartón» (19:31:03).

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