viernes, 22 de junio de 2018

22 de junio de 2018. Viernes.
POEMA MINERAL

Se hace camino al andar, en Las Salinas. San Pedro del Pinatar. F: FotVi

-No hay día en el que no encuentre una razón para seguir viviendo: el deseo de vivir. Aunque no me aferro a la idea, pues sé que el tiempo, constreñido dentro del espacio donde estamos, me va destruyendo. Al contrario que el agua, que, gota a gota, destello a destello, va componiendo, como un poema mineral, una estalactita, el tiempo, instante a instante, latido a latido, va arruinando la belleza de la vida, hasta sepultarla en lo negro, hasta destruirla. El tiempo, ante la vida que acaba de cada uno, suele decir aquello de «borrón y cuenta nueva». Ayer, iba paseando y el cansancio me sentó en un banco, y contemplé un bello ejemplo de superación y de avidez por seguir viviendo: una entusiasta hormiga llevaba en las pinzas de su boca una esquirla de hoja, tres o cuatro veces mayor que ella. Una hormiga obrera que por lo común vive no más de dos años, apenas descansa, y siempre se la ve trabajando para la comunidad. Así vive la pequeña hormiga: ilusionada,  laboriosa, siempre bregando para dar vida a su grupo, y durmiendo poco, solo unas cabezaditas durante el día, porque la vida es corta, hermosa, alucinante, y merece la pena vivirse. O el deseo, Diario, de vivir  (18:19:12).

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