martes, 29 de septiembre de 2015

29 de septiembre de 2015. Martes.
TRES DE POESÍA (con Luis Alberto de Cuenca al fondo)

Otoño, en ABC. Año 1970.

-Una de poesía: oigo cantar a un pájaro (11 horas del día), un gorrión; de metal y agua su canto, terco, aunque ensoñador. El otoño llega con pájaros y lluvia, bondadosamente sonoro, con bondad otoñal. Otra de poesía: ayer, el Hada de los Premios dio en tocar con la varita mágica de un premio a un español, Luis Alberto de Cuenca, que, por serlo..., se sentirá español. «Embrujado jardín. / En un estanque, / desnuda, / te recojo. / Me parece que tengo entre los brazos / otro jardín». El poeta es así: sueña que sueña sueños y los dice. Hasta emocionar el alma, hasta herirla. Luis Alberto de Cuenca, o el maestro de la magia verbal, con destellos de ironía, también mágica; poética por tanto. Leer a Luis Alberto de Cuenca es tener entre los labios, masticado y hecho carne propia, «otro jardín». Y otra (de poesía), ésta del poeta de Dios Isaías: «Tú cuidas de la tierra, la riegas / y la enriqueces sin medida; / la acequia de Dios va llena de agua, / preparas los trigales; riegas los surcos, igualas los terrones / (…), rezuman los pastos del páramo / y las colinas se orlan de alegría; / las praderas se cubren de rebaños, / y los valles se visten de mieses, / que aclaman y cantan». Esta mañana, mientras me dejaba asaltar por la lluvia, calándome, he rezado este poema, juntando en la boca lluvia y palabra, como un milagro; es decir, he reunido en los labios agua y plegaria; como ves, Diario, los dos elementos de toda bendición (19:42:50).

lunes, 28 de septiembre de 2015

28 de septiembre de 2015. Lunes.
TELE-MONSERGA

Bosque atormentado, ante la tormenta. Año 2014. F: FotVi

-Un trueno horrendo, y el tabletear de la lluvia, en una noche de fantasmas separatistas. Cerré la tele y metí la cabeza bajo el almohadón, de mis miedos. Todavía me asustan las tormentas, si son eléctricas; pero más si son ideológicas, sentimentales, ilógicas. Las ideologías son la chispa de toda guerra (también la religión cuando se hace solo doctrina sin obras de fe, dogma sin alma). Vinieron bien, pues, el trueno y la lluvia, y lograron apartarme de la tele-monserga sobre el resultado de las elecciones catalanas, tan viscosas y convulsas, tan temblorosas por crispadas. Crispación, me dije. Y pensé en un cangrejo avisando de mordisco con sus enormes pinzas demoníacas. Pinzas que, cocidas, y con un rociado de limón, saben, sin embargo, a mar sabroso y comestible, a mar de chuparse los dedos; aunque también, Diario, a mar temible e inmisericorde, volteador de cosas, como el mar de la política sin freno, casi siempre caos encolerizado (19:52:20).

sábado, 26 de septiembre de 2015

26 de septiembre de 2015. Sábado.
JUEGO DE GOLES

Guerra de espinas, en el jardín. Año 2014. F: FotVi

-Si el Barça y el Real siguen así, voy a desear que Cataluña no se vaya (del resto) de España. (4-1 y 1-2, tercamente). Una hecatombe para unos y un elixir (o ambrosía) para otros. La hecatombe y el elixir de los goles. Y, en el ínterin (no es pedantería), el simbólico episodio de la guerra de las banderas en el balcón del Ayuntamiento Colau de la capital catalana. Juego de goles (fútbol) y guerra de banderas (politiquismo). Pero, al final (y si Dios no lo remedia), fuego de tronos. Fuego que siempre incendia a los más débiles y que, ante la hoguera, hace tañer el arpa la insensibilidad del poderoso. Nerón. Poder y guerra (aunque sea guerra de banderas) se alían, se confabulan, se reparten el botín, al amparo de las ideologías. Las ideologías -así como la mala religión- son el arte de despistar a crédulos o confiados, e instruirlos en la ignorancia. Cuando alguien me habla en nombre de Dios, cojo a Dios y lo coloco en el lugar del parlante a ver si me suena a palabra de Dios (en sus actos) lo que el hablador dice, y si no me suena, aparto el oído y dejo de oír, sacudiéndome las manos, gesto de la inocencia. Igual me sucede con las ideologías: oigo y comparo lo que dice (el ideólogo) con el cómo vive (el ideólogo), y, si no coinciden palabra y obra, abandono, me voy con la música de mi libertad a otra parte. Mi libertad, tan valiosa como la luz o el aire que respiro; don que se me ha dado (Dios, soy creyente) y que yo vivo y defiendo, latiéndolo; a cada instante. 4-1 y 1-2, tercamente, Diario, pero sin guerra, sólo juego de goles (10:50:46).

jueves, 24 de septiembre de 2015

23 de septiembre de 2015. Miércoles.
TELARAÑAS

Hormiguero palacete, en el jardín. Año 2014. F: FotVi

-Se me ha aparecido una hormiga intelectual y habladora y me ha dicho: «¡Hola!». No me ha sorprendido, porque yo sé que las hormigas, como el pez, o la hoja que ahora, en otoño, se hace objeto de caída o de vuelo, hablan; las estrellas y los libros también hablan; aunque más las estrellas. Todo habla, si, como ocurre con la caracola, pones el oído y dejas que a través de ella te hable el mar. Yo, antes de ver el mar de mano de mi padre (el Mar Menor más hermoso de todos los mares), lo oí alentar, alancear olas, besar la playa, rugir, gorjear, hundirse y levantarse ebrio: en la caracola lo oí. Como el mar estaba en ella, en la caracola, y yo deseaba oírlo, ella me lo dejó oír, y el mar se hizo lebrel en mi oído, can sonoro, paz y trueno. Tras el saludo, «¡hola!», siguió la hormiga: «¿Te apetece ver mi mansión?» Yo, por seguir el protocolo, dije que sí, y me enseñó el hormiguero. Me enseñó su templo, su ciudad, su laberíntico hogar, y me maravillé por tal portento de ingeniería. Por tal sabiduría. Y, percibiendo mi asombro, me dijo: «¿Fascinado? Es el resultado de la unión; para construir, o defendernos, o atestar la despensa, todas las hormigas somos una sola hormiga, una sola avalancha de fuerza, un espolón que irrumpe formidable y vence; en la unión, somos y subsistimos». Luego de este encuentro, Diario, he ojeado la prensa y, con ruido y helor de tripas, he pensado en España, y he visto una mansión de ruidos y fantasmas, rota, a punto de ser invadida por telarañas de desencanto y frustración. Melancolía (12:07:26).

martes, 22 de septiembre de 2015

22 de septiembre de 2015. Martes.
CINISMO

Agradecida a la luz, en el jardín. Año 2014. F: FotVi

-En España -esta dolorida belleza-, hay muchos intelectuales, gracias a Dios. Los hay que son sabios y los hay hinchados; es decir, intelectuales batracio. Los hay que crean y los hay que croan, aunque alguna vez creen. Advertencia: no juzgo, solo describo (con temblor) la realidad de un país en quiebra. Y cuando algo se quiebra, un jarrón chino, un amor, un sueño, solo pueden recogerse a lo sumo los restos; recogerlos y pasearlos por la historia como trofeos de una frustración de amor y de odio, irredenta. La frustración es la esperanza rota, que se desangra en desesperanza. Un manantial de desesperanza que, con afluentes de recelos y vileza, irradia enfrentamiento, y, al final, una huida hacia adelante sin salidas, a la que llaman muerte. Ha resultado ser un intelectual batracio, intumescente, reventón, fatuo (pido perdón a los batracios), un tal Fernando Trueba, aprendiz de brujo de la cinematografía, un John Ford u Orson Welles en ciernes, y caricatura de la educación y la cátedra: el magisterio. Estos intelectuales huecos y apoteósicos, pompa de jabón, no más, no enseñan nada, salvo sus complejos y carencias, sus títulos de necedad apasionada. Si no quieres, no beses la mano que te da; pero no la cortes, al tiempo te quedas con su pan. Cinismo. «Ni cinco minutos de mi vida me he sentido español», ha dicho el Ford Coppola del cine español, Fernando Trueba, sin advertir que mentía. Algo más de cinco minutos se sucedieron (tic, tac, tic, tac, más) en recoger y sentir el latido en sus manos de los 30.000 € del ala voladora de mis impuestos y los tuyos, Diario; bastante más. No sentirte hijo y beber, sin embargo, de la teta materna, extenuada, de sus ubres casi abatidas, es una obscenidad, una pequeñez del tamaño del País de Lilliput, una miniatura de dignidad, un delirio fachendoso, una monserga. Escribe Vargas Llosa: Larsen empujó la puerta de La casa verde. La oscuridad estaba caliente y le dio en la cara. Pues eso; o algo así  (12:37:17).

domingo, 20 de septiembre de 2015

20 de septiembre de 2015. Domingo.
PRIMER ESCALOFRÍO OTOÑAL

Armonía, sobre el agua. Mar Menor. Lopagán. S. P. del Pinatar. F: FotVi

-Hoy, próximo el otoño ya (mi ensueño de todo el año), he buscado un breve rayo de sol y me he abrigado en él. Rezaba y he buscado el sol, en mi primer escalofrío otoñal. El otoño, pues, con más música de invierno ya que de verano, aunque sin herir con fríos punzantes. Y he pensado: otoño, o el equilibrio. Aquí los extremos no se tocan, solo se observan desde lejos, y con un mirar amistoso. El calor extremo pasó; ahora se acerca el bondadoso frío razonable, cuerdo, de estas tierras. En mi vida, solo he visto nevar tres veces, y una en Zakopane, Polonia. Y, mientras nevaba, pasó un tren, llevándose tras su furia de hierro la nieve. Al perderse a lo lejos, dejó un remolino a su espalda. Cuando visité Auschwitz, recordé esta nieve y este tren, y me heló el recuerdo. Hoy, domingo, he rezado por los desplazados de ahora que vienen de la guerra, y que se arraciman en trenes, y, con sus hijos en brazos, sueñan llegar. Es la diferencia entre el ayer y el hoy. Entonces, salvo a la muerte, muy pocas veces se llegaba. Con el viaje en el tren, se moría toda esperanza. Ahora, aunque también hay muerte, prevalece la esperanza. Y una frase bella oída este domingo: «Quien no vive para servir; no sirve para vivir». Como la palabra, que si no dice, y comunica, y crea lazos, y armoniza, no sirve para nada, y acaba por morirse. Servir, para vivir, en dignidad, Diario (19:57:45).

viernes, 18 de septiembre de 2015

18 de septiembre de 2015. Viernes.
YO, NIÑO

El espanto, en la Muralla Púnica. Cartagena. Año 2015. F: FotVi

-Yo, niño, oí: «Levanta el puño y di: ¡Viva la República!», y yo, niño, levanté el puño y dije: «¡Viva la República!», y, como cada mañana, rieron y me dieron palmadas en la espalda, casi hasta abalanzarme al suelo. Reían con dientes negros, aquellos hombres, enormes. En el rostro y en las manos, y en la vestimenta, eran cosas de grasa; salvo en los ojos y en la boca, abiertos como rajas, era como si excretaran grasa. Yo, niño, me dije: «Hombres de grasa», y parecía manchar su aspecto. Habían convertido la iglesia de la Asunción, en Molina, en un informe e inmenso taller mecánico; bajo las bóvedas y macizas columnas, todo era un bosque de motores, y confusión de gente de ida y vuelta, y suciedad. Y había un olor fuerte, picante, como cuando en casa mi madre lanzaba el insecticida aquel con el vaporizador Flit. Salí de la iglesia y fui a casa, donde mi madre hacía pan con cebada y, luego de secadas al sol, con mondas de naranja. Este pan nos iba salvando del hambre. Mi hermana, en la cuna, jugaba con las manos, a nada, ni siquiera jugaba a mirárselas, pues no sabía que eran sus manos. Miraba, sin ver; o quizá viera sombras, quién sabe. Mi padre hacía la guerra de ellos, eso fue lo que me dijo, cuando, con barba y parásitos, volvió de allá. Triste y festivo a la vez, al verme. Casi tres años anduvo fuera, guerreando. Llegué a casa, digo, y, puño en alto, grité: «¡Viva la República!» Mi madre, paralizada, me miró y lloró. Mi hermana Consuelo siguió gorjeando, y jugando a no verse las manos; o quizá, sí; enferma, nunca dijo nada. Y, sin decir nada, murió a los dieciocho años. Ahora la veo ángel. Las guerras, Diario; al fin, todos las lloran, salvo aquéllos que las promueven y crean el espanto (19:55:05).

jueves, 17 de septiembre de 2015

17 de septiembre de 2015. Jueves.
CURA

Dormitando en la fragilidad. Salinas de San Pedro. Año 2013. F: FotVi

-Se me aparece la palabra «cura» en la punta de la lengua y, luego de removerla como una gota de miel en la boca, la digo. (Toda palabra es miel, aunque a veces mal suene: las hay, palabras, malsonantes, que mal suenan, pero se dicen, porque son palabras y están para ser dichas y significar algo, aunque rechinen al oído). Cura. «¡Eres cura!», me advierte el espejo, ante mi asombro; nunca me lo había dicho yo a mí mismo así, a la cara, y mirándome al espejo (del alma). Accedo al significado de la palabra cura, y me sorprende que algo de tan poca apariencia ortográfica como este vocablo de dos sílabas (cura) pueda abarcar tanto. Cura es locución llegada del latín, y puede expresar: asistencia, acogida, solicitud… Y no sólo del alma. El cura medica el alma; pero también el cuerpo. El cura, cura, cultiva, cuida, no culpa (disculpa), cumple…; y, ante todo, «es hombre perdonado», o debilidad ungida, consagrada; y, en todo caso, Diario, siempre será fragilidad amorosamente elegida, y perseguida. Fragilidad (19:39:57).

martes, 15 de septiembre de 2015

15 de septiembre de 2015. Martes.
MI ALMA

Idea desprendida, en el jardín. Año 2015. F: FotVi

-Se me ha aparecido el alma, mi alma, y me ha dicho: «Contigo voy», y la he percibido a mi lado, llevándome del brazo, como la madre a su niño, excitando mi marcha, protegiendo mis cansancios, poniendo ideas ahí donde nacen las palabras para que éstas las digan, para ser envueltas en su luz y ser dichas, para darles paso en su música fonética desde su concepción entrañable a la eclosión expresiva, donde se hacen nombre en las cosas, y diccionario luego, y asombro en el libro, y supremo acontecimiento en la biblioteca. Mi alma, Diario, a mi lado, como el lazarillo que me alienta, y me inspira, y me inmortaliza (19:40:06).

lunes, 14 de septiembre de 2015

14 de septiembre de 2015. Lunes.
EXPANDIRSE

Himno de creación, en el infinito. Año 2015. F: FotVi

-Amo la luz y amo la oscuridad. Amo lo microscópico profundo y lo galáctico inabarcable. Amo el sí y amo el no, si no guerrean. Amo la iluminación incesante que es la razón y el clamor fugaz e insistente de vida que es el latido. Amo el oír, pero más el escuchar. Amo ir, buscar horizontes, y amo estar en el horizonte hallado, encarnarme. Amo al pájaro que hace musical la copa del árbol y amo a la lombriz que oxigena su raíz, otra música. Amo a las madres y amo al manantial que las semeja; madres y manantial fluyen, dan, enriquecen, alumbran. Amo la lectura y amo el silencio, su complemento. Amo el llanto y amo la risa, pero más el llanto, por más interior y humano, y liberador, por esforzado. (El dolor es ascesis, y la ascesis es vencedora de inercias). Amo. ¡Amar! Expandirse. Amo la creación toda, Diario, y a Quien la dijo (20:22:38).

domingo, 13 de septiembre de 2015

13 de septiembre de 2015. Domingo.
ÚLTIMA MIRADA

Grito blanco, en el jardín. Año 2013. F: FotVi

-Cristo y su última mirada, desde la cruz. Mirada entre hilos de sangre, como tras de un cañaveral. Siempre me ha inquietado esa última mirada de Jesús, mirada terriblemente humana y doliente, aunque hermosa. En su mirada, el alma, y el pavor, y la agonía, y la traición, y el «el hágase tu voluntad”, y el desprecio, y la burla; era Dios, pero revestido de humanidad, de miedos. Después de dar su madre a Juan, después de las plegarias, después del perdón y del ahogo, «dio un fuerte grito -dice Marcos- y expiró». Un fuerte grito. ¿Qué es lo que vio? ¿Qué es lo que le aterrorizó más que el frío de la soledad y de la muerte? ¿Qué abyección le entró en el grito y lo dio? Interrogante que a menudo me hago, Diario, y, aunque intento entrar en aquella mirada y ver en ella, desde ella, con ella, no logro hallar respuesta, vislumbrar lo que ella vio: ¿algún otro horror, quizá, que le hizo gritar el grito? (19:09:22).

viernes, 11 de septiembre de 2015

11 de septiembre de 2015. Viernes.
GRAFITIS

Grafiti siniestro, en el jardín. Año 2015. F; FotVi

-Escribo porque me lo pide la página en blanco; da igual que sea página de papel o de nieve, o planicie de sal. Escribo. Sin embargo, nunca me atraería en una pared recién enjalbegada de cal o yeso. El grafiti me mete los dedos en el ojo y huyo de él como la luciérnaga del día. Cuando contemplo un grafiti, pienso -ejemplo- en Velázquez, en da Vinci, en Picasso, y se me cruzan las galaxias estéticas (es un decir) y me nublan la visión, hasta cegarme de murciélagos-grafitis, tenebrosos, locos, seres nocturnos de forma siniestramente angulada y de aristas demoníacas. Murciélagos en las paredes, grafitis en La Meridiana (Diada en Barcelona, gentío, ya nos vamos. No habrá corazón; ni adiós, sólo irse). Grafitis en Venezuela, murciélagos en las paredes, los jueces del gobierno de Maduro condenan al opositor Leopoldo López, o justicia para ser ajusticiada. Grafitis en la paredes, murciélagos por doquier, el papa Francisco pide paz y los hay que le devuelven guerra. Guerra contra la palabra, morirá la guerra y quedará la palabra. Promesa: Nunca, Diario, escribiré (emborronaré) un grafiti (así lo creo) en la pared de mi conciencia, me duelen los murciélagos (19:55:39).

miércoles, 9 de septiembre de 2015

9 de septiembre de 2015. Miércoles.
AZULES

Madre e hijo. Año 1905. Picasso. F: Google

-Pasada la lluvia, vuelven los azules al cielo. O la época azul de Picasso en el ambiente, en la meteorología, y en la melancolía. Ida la lluvia, queda el azul. Desde 1901 a 1904 del siglo pasado, Picasso vio azul el mundo y sus cosas. Ante el suicidio de su amigo -amigo del alma- Carlos Casagemas, así como el sudario que tapa o abriga la muerte se viste de blanco, Picasso vistió de azul su dolor. Si es blanca la muerte, se diría; sea azul el dolor que ella excita, que ella alumbra. Tapar con color de cielo el dolor del alma, no está mal. En la época azul de Picasso, todo es dolor aliviado por el azul. Lección: en tiempos de dolor -nuestros tiempos de ahora-, elevar los ojos y contemplar el cielo, su bóveda azul, su lírica azul, su temblor azul, y, como de lluvia, mojarme de su azul, de su coloración de paz, de su profundidad, de su tono de fe, de su faz de eternidad. Mojarme, Diario; mojarnos de su verdad azul, quizá (20:37:26).

martes, 8 de septiembre de 2015

7 de septiembre de 2015. Lunes.
AMOR ENDIABLADO

Siempre el más allá. Mar Menor. San Pedro del Pinatar. Año 2013. F: FotVi

-Ahora, cuando me viene la palabra nacionalista a la boca, con perdón, la escupo como hueso de aceituna. Tras voltearla mil veces, la escupo por insípida y aburrida, por estéril ya. Consumida su masa aceitosa, apetece echarla fuera de la boca, cansa e impide la buena dicción, y hasta puede causar ahogo. Y ocupa además la lengua, que es la que hace posible tallar palabras, hacer que aleteen las alondras (las palabras) del diccionario y se hagan vocabulario, sintaxis, lectura, comunicación, comunión de ideas. El  mito de Narciso, que es hermoso por el amor de Eco hacia el joven nacionalista (o el joven que se miraba el ombligo), es también cruel, porque acaba en muertes. Muere Eco, la ninfa (o el ideal que se evapora), consumida de vejez y añoranzas en una cueva, y también muere Narciso, ahogado en las aguas de la fuente de su vanidad, a la que, seducido por el encanto de su propia imagen, se lanza, sin calibrar las consecuencias. El amor se endiabla cuando es amor que se da uno a sí mismo; el egoísmo es, pues, amor endiablado, con diablos menores, sin embargo, que a lo sumo pueden llevar al infierno del ridículo, esa cosa que te hace aparecer como tonto y apaleado. El egoísmo cierra vuelos e ilumina ombligos, donde andan la estrechez y los ahogos. (Ombligo, o esa rara y perturbadora abertura sin salida. Umbral). Los nacionalismos (ombligos sin salida), por estancamiento de sus aguas y el pudrimiento que les sobreviene, suelen envilecerse a sí mismos; sin un hilo de montaña que le llegue hecho agua, caudal, emoción, himno, advenimiento, el nacionalismo (charco cerrado) se infecta y muere, apestando. Dios es Dios, Diario, porque es extenso, cruz abierta, profundidad, altura, vuelo y pisada, y cercano amor a toda hora; razón por la que pongo en él mi fe y mi patria, y le doy la mano, y lo llamo amigo, y me gusta pisar donde él pisa, para poder así ir más allá de cualquier horizonte, y sentir lo lejano, el allí de lo infinito, donde la diafanidad (19:01:27).

domingo, 6 de septiembre de 2015

6 de septiembre de 2015. Domingo.
HORA DE ESPERAR

Música de arpas, en el jardín. F: FotVi

-Ayer, día gris, en el cielo y en los colores, y en las veletas de las iglesias. (¿También en las conciencias? ¡Tanto drama!) Los vientos de levante traían grises y frías sus crines, hasta aliviar el calor del verano. Daban en los árboles, en las esquinas, en las nubes, vistiéndolo todo con un inquietante y bello atavío de cenizas, cenizas que, en ocasiones, anuncian la lluvia. Las nubes andaban revueltas, enlutadas, y se perseguían. Hasta que ha sido, ha habido lluvia, y en abundancia, anoche. Noche, pues, de música de arpas. Concierto de agua para la tierra reseca, quemada, postrada por el verano. Este domingo, en mi vida -y quizá también en la de otros-, ha habido lluvia, y Dios. Dios en descensión con la lluvia. Y, ante tanta tragedia -me he dicho-, la esperanza. Mi esperanza; con la tuya, acaso. Porque como soñó el poeta, y a pesar de todo, Diario: «Es la hora de esperar en la esperanza». Aún (19:49:47).

viernes, 4 de septiembre de 2015

4 de septiembre de 2015. Viernes.
SOÑAR

Porcelana soñada, en el jardín. F: FotVi 

-Oigo y no creo; miro y creo menos. La realidad, a veces, no es lo que se ve o se oye, sino lo que se sueña o se vislumbra. Si se sueña un mundo mejor, quizá exista ese mundo en algún lugar, como existe en la ensoñación. Nunca se sueña lo que no existe; se sueña lo que existe, pero embellecido, sublimado, hecho posibilidad lujosa, Diario, a la que ansiar dar alcance. Soñar: vivir (19:33:24).

jueves, 3 de septiembre de 2015

3 de septiembre de 2015. Jueves.
LUZ EN LA LUZ

Donde se recoge el llanto, en el jardín. F: FotVi

-Anteanoche, de madrugada (5:30), llovió, y como a escondidas. La lluvia tamborileó en la cosas, y éstas sonaron a celebración. Como si corrieran gacelas en la noche. Desperté, y oía gacelas. Corrían en mi cabeza y en la noche. (Lo que ocurre en la cabeza, sucede fuera). Yo me alegré por las gacelas, y por poder oírlas en mi cabeza, detrás de los ojos. Las gacelas y mis ensoñaciones se confundían, y me arrebataron el sueño, el lugar donde se ensueña. Luego, ida la lluvia, me dormí con las gacelas, y soñé que yo corría a su par, y que, en ellas, me hacía libertad y vuelo, chispa de luz saltando, en el bosque. Mas, al despertar, el sueño se hizo túnel de tragedia, fiereza para la contemplación; los ojos se llenaron de espanto, y ya no hubo gacelas, sino dagas en el alma. Tragedia. Por si yo también soy culpable, me arrodillé ante la foto de Aylan Kurdy, el niño sirio (sólo tres años) desparramado en la playa, hecho un hermoso y estremecedor despojo celeste sobre la arena, y recé. Las gacelas se han detenido en el bosque, y lloran conmigo; también contigo, quizá. Y el mundo es más pobre, y más andrajosamente inhumano, y lo notan las gacelas, y el mar que ha depositado a Aylan Kurdy a la orilla de su llanto de agua y estrellas, de su ira irracional y bellísima, en la arena, donde él también muere, adelgazado y sufrido, en paz; pero ¿y tú, y yo, y los fatuos líderes del planeta que no saben atajar guerras y locuras, histerismos de insectos sin conciencia, y que viven absortos solo en su vanidad y bajeza, tomamos conciencia de que, con la muerte del niño sirio y tantos otros niños, el mundo es más pobre, más inhumano, más inhabitable? Sin embargo, leo a Umbral y me viene a los ojos un silencio clamoroso de luz. Ante la muerte de su hijo (seis años), y luego del abatimiento total, surge, se eleva, escribe: «Tu muerte, hijo, no ha ensombrecido el mundo. Ha sido un apagarse de luz en la luz. Y nosotros aquí, ensordecidos de tragedia, heridos de blancura, mortalmente vivos, diciéndote». Decirte, niño sirio; deciros, niños que sufrís las heces del egoísmo humano, su avieso mirar para otro lado. Es lo que yo puedo hacer y lo hago: deciros. Decirte, Aylan Kurdy. Quizá, Diario, la luz apagada y cegadora de la muerte de Aylan Kurdy, nos haga ver, aunque acuciados por el llanto, la Luz, y nos salvemos así de notros mismos (12:04:20).

martes, 1 de septiembre de 2015

1 de septiembre de 2015. Martes.
CUNDIÓ LA ALARMA

Paz, en el Mar Menor. San Pedro del Pinatar. F: FotVi

-Ayer, al atardecer, cuando el sol cuca su gran ojo de oro como despedida y se oculta, hubo truenos y electricidad, pero apenas lluvia. Pudorosa, la lluvia, se resiste a echarse desnuda en brazos de la madre tierra, y darle su amor. La hermana madre Tierra, la que «nos sostiene y gobierna». Y mientras, el horror de cada día; la voracidad del horror, en todo el planeta. Una viñeta de El Roto en El País, lo expresa clamorosamente, como si la viñeta se llenara de temblor y llanto, y preguntas, y pensamientos raros. Dice: «Cuando empezaron a llegar caminando sobre los ahogados que les precedieron, en Europa cundió la alarma», con dibujo de un caminante sobre cadáveres en el mar. Tras ver y leer la viñeta, se produce el silencio, con congoja. El silencio de los ajusticiados por la infamia, el de los muertos en el mar; pero también el de los otros muertos del alma, o el de aquéllos, que pudiendo, no hacen nada (o muy poco) por solucionar la enorme tragedia, en la que exceden, por encima de cualquier otra causa, Diario, los egoísmos. Sin excusa (20:21:39).

lunes, 31 de agosto de 2015

31 de agosto de 2015. Lunes.
TRONAR

Unas gotas de vida, en el jardín. F: FotVi

-Si Dios no lo remedia -que no-, esta mañana de agosto, que ya atisba el invierno, desayunaré con sol y acción de gracias; es decir, haré eucaristía. Salvo las sombras de uno mismo, en la fe todo es sol. Escribía el domingo, mientras me rasuraba la barba, y me disponía a salir para celebrar misa. Hizo sol y hubo eucaristía, y el gozo de compartirlos. La alabanza a Dios, compartida, alegra los labios, y el corazón de donde parte, y es liberación. En este momento (las 20:04:55), Diario, truena y amenaza lluvia. Que así sea (20:08:18).

domingo, 30 de agosto de 2015

29 de agosto de 2015. Sábado.
EL BIBLIOTECARIO

Biblioteca, y no la de Alejandría. F: FotVi

-Se me ocurrió plantar libros, a ver si florecían. En la biblioteca. Como viñas en un huerto cerrado. ¡Qué huerto de luces, de caminos, de dramas y amaneceres, de arrebatos místicos y guerreros, de quijotes y sanchos, de hadas encendidas, de rimas y odiseas, de amor! En mi huerto cerrado, Cervantes -ejemplo- asombró a Homero, y éste a aquél, de por medio andaban Shakespeare, y un tal Proust, con otros, como Borges o Lorca, o Claudio Rodríguez, o Adonis. (Dios también estaba, se le intuía en la Biblia, como un silencio con rumores). Ordené los libros, los pulí, los miré con cariño, los adulé, los liberé del polvo y de la polilla, les di el calor dulce de mi mano, la caricia de mis ojos, me aprendí sus pastas, rocé sus lomos, hasta lloré sobre ellos, y los amé. Percibí que había libros malos que tal vez debiera eliminar, pero no lo hice, pues me dije: “¿Y si con mis cuidados dieran fruto?”. El fruto de una página ave, voladora, por lo menos. Nunca lo supe, dijo el Bibliotecario: jamás abrí un libro, sólo los contemplé absorto, maravillándome de que existieran, sin pasar a su interior, a su monte santo, donde la palabra -silencio ardiente- se despereza en la lectura, se ríe, llora, se muestra cómplice, se abre, se da, habla. Eso, Diario, dijo el Bibliotecario, perdida la vista en aquel gran bosque inexplorado, profundo, terrible y bello (12:15:28).

jueves, 27 de agosto de 2015

27 de agosto de 2015. Jueves.
DE ACERO Y FRÍO

Mirar descarado, desde el jardín. Año 2012. F: FotVi

-Hay un pájaro supercalifragilisticoexpialidoso de un vecino, que pía con golpes de acero y frío, que diría el poeta. Es el suyo un piar agudo y desabrido, que hiere sin sangrar. Perfora, pero sólo la sensibilidad musical del oído, y el sueño. No sé (sin querer ofender) qué clase de pajarraco es; pero te aseguro que no es ni un político, ni un predicador sin sermón, ni un mal poeta de facebook, ni…; es, Diario…, ¡la consternación! (20:46:26).

miércoles, 26 de agosto de 2015

26 de agosto de 2015. Miércoles.
ADVERSIDAD

Árboles y su espejo, junto a la cueva Gütmana. Letonia. Año 2014. F: FotVi

-Se aviva el odio, como un fuego de verano en el bosque. Arde, cada vez con más frecuencia, el bosque de la democracia. Y si arde el bosque, con él arden la fauna y la flora; es decir, arde la vida y la belleza, apagándose así las luces y adornos de las estaciones. Y con el fuego del bosque, se apaga toda luz; el fuego sólo crea sombras de humo, noche sin luciérnagas ni estrellas, adversidad; la adversidad de la muerte. Una chica, 18 años (bella, por cierto, y con la gracia casi trasparente de lo frágil), ha sido apaleada en Cuenca, la ciudad de las casas colgantes, que resisten al tiempo (y las miradas) sin caerse. A estas alturas, me pregunto qué significan «facha» o «rojo», para que unos peguen a otros, esta vez en una nueva guerra civil de barrio. ¿Todavía hay fachas y rojos? ¿Todavía hay extremos que no se tocan? Siempre me han parecido hermosas las márgenes del río, porque, aunque nunca se toquen (en el tocarse estaría su muerte), siempre se miran y se sonríen entre cañaverales y huertos, y pájaros y arados, y cielos que flotan en sus aguas. No creo ni en rojos ni en fachas, ni en éstos ni en aquéllos, creo en el río, que, con el respeto de sus orillas, guía sus aguas (la vida) hacia el mar, para que absorbida (asunta) por la evaporación, se convierta luego en lluvia, en bendición graciosa sobre la tierra. ¿Mi credo? Dios, el hombre, la vida, dar la mano, tolerar aun lo que no entiendo, poder abrir un libro y, una vez leído, cerrarlo estremecido (prefiero un libro en la mano que una biblioteca volando), confesar que soy hombre perdonado (papa Francisco), y, aunque nunca he puesto del todo la otra mejilla (Jesús de Nazaret), lo intento alguna vez con algún que otro modesto resultado. ¿Mi credo, Diario? Mirar la luz…, y no cegar, sino ver. Es todo (11:59:39).

martes, 25 de agosto de 2015

25 de agosto de 2015. Martes.
LUNES NEGRO

Oro, en el Museo Arqua de Cartagena. Año 2015. F: FotVi

-La vida sigue, como un torbellino. La vida está ahí, muere, revive, se alza, se cae, respira, se ahoga, se hace fuerte en la ancianidad y brilla en lo joven. Lo anciano, sin embargo, es otro modo de esplendor: un esplendor sereno y sabio, casi divino. La ancianidad es nostalgia del brillo, pero con luz discreta de brasa. Está y luce, aunque en la discrecionalidad; es fuego que se afana bajo la ceniza. Hasta que se apaga; como lo joven, al fin. El torbellino de la vida -haz de sucesos inverosímiles, a veces- nos revela hoy estas noticias: ayer, porque cayeron las Bolsas, fue, dicen, un lunes negro; no lo fue, sin embargo, porque murieran en la mar unos ilusos emigrantes intentando dar vida a unos sueños, que nacieron muertos. El lunes se ha llenado de hollín porque la Bolsa ha caído. Pavoroso. Otra: la yihad, activa, sigue segando vidas. Y ahora anuncia actuar en España; ahora, sí, temblor de miedos entonces, ya nos afecta. La yihad corta cabezas, también cristianas, pero si es en la lejanía -Siria, Nigeria, Irak…-sólo hay un lamento, un lloro a lo sumo; en la cercanía, sin embargo, se crea el grito y se moviliza la guardia, se pone en marcha la araña del temor. Se asusta el pánico. Y última hora: tres muertos y cuatro heridos en el norte de Francia. ¿De nuevo la yihad? Están ahí, otra vez, entre nosotros; como el mosquito tigre, trasmisor de la chikungunya, a la puerta de la playa, esperando. Pero aliviémonos, Diario, después del lunes negro de ayer, el Ibex 35 ha vuelto a subir, y, nuestro mundo alegre y confiado, y olvidadizo, vuelve a serenarse. Del lunes negro, al martes rosa. Consolación. Y: «¡Contengamos el grito!», se nos dice, y obedecemos, hasta el nuevo lunes negro en que se haga el pavor (19:23:42).

lunes, 24 de agosto de 2015

24 de agosto de 2015. Lunes.
LA CLARIDAD

La claridad viene del cielo, desde el jardín. F: FotVi

-«Siempre la claridad viene del cielo», dijo el poeta Claudio Rodríguez, en su libro El don de la ebriedad. Año 1953. Y esto, la claridad -añade-, es un don; es decir, gratuidad. El don no se cobra, se da, y, desde la humildad, se acepta como tal. Las tinieblas, que son oscuras y petulantes, no aceptan la claridad, y jamás gozan el alba. La claridad reviste las cosas y les da estancia y color, y presencia. Están y se ven. La claridad exhibe las cosas, las expone, revela su apariencia, su semblante, las da a conocer. También claridad en el alma, en la mirada, en las palabras; es lo que pido, es lo que busco. La claridad que hace limpio el corazón e ilumina las obras, y las deja brasa de amor en cualquier vida, sin humos. No la tiniebla del odio, del batallar, del simular, del mentir, del sinvivir en la amargura; la claridad del amor, Diario, es lo que busco, y lo hallaré, porque es un don; don venido del cielo, al que miro con afán de vidriera que desea ser iluminada, encendida (20:29:58).

domingo, 23 de agosto de 2015

23 de agosto de 2015. Domingo.
BRASAS DE LUNA

Mirada del bien, en el jardín. F: FotVi
-Como las plantas, agosto se nos está agostando, secándose en su mismo fuego de verano. Julio ha sido ira, infierno, calor irritado; agosto también ha sido ira, infierno, calor, pero menos colérico; agosto ha calmado las lumbres de julio con sabiduría de alguna brisa y brasas de luna. Pero el mal -el odio, el terror, lo injusto, la muerte, la mentira…- no se agosta, sigue con su alma de escarabajo portando excrementos a su guarida. Por eso hay que aventar el bien, Diario, para que se haga verdad lo que escribiera el de Tarso: «No te dejes vencer por el mal, sino vence al mal con el bien». Y el ángel dijo: «Amén»; y yo digo: «Así es» (20:33:12).

jueves, 20 de agosto de 2015

20 de agosto de 2015. Jueves.
CAROLINA, O EL POEMA DEL VOLANTE DE PLUMAS QUE VUELA

Carolina, el poema del volante, en Yakarta. Indonesia. F: Reuters

-Está claro: el esfuerzo, la tenacidad, el no ir de convidado de piedra, sino de actor, sentir «la furia de los músculos» (Leila Guerriero) y la feliz locura de la mente, porque la tenacidad nace en la mente, y es locura de no parar, de irse a volar (en ella, en la mente, caben todas las quimeras), el sueño de cruzar la meta el primero, o dar como un verso excelso el último raquetazo ganador, en un juego alienígena llamado Badminton, juego de volante y raqueta, y mente clara, y agilidad de gacela, con ojos y oídos que se adelantan a la jugada, la preceden, la adivinan. Rapidez de reflejos, llaman a esto. El volante del juego alienígena llamado Badminton es un armazón de plumas que tiene vuelo de bala y posarse de ave, casi etéreo. Se le maltrata a golpes, fieros a veces, y va y viene, y destella en uno y otro lado, hasta que, vencido, cae. Una raqueta, lugar donde se enfurece el volante, vence a otra, y un punto, como un verso suelto, cae del lado de la raqueta vencedora. Hasta que, punto a punto (verso a verso) se acaba construyendo el poema del volante de plumas que vuela: la victoria. Esfuerzo, tenacidad, sacrificio, codos hincados, estudio, noches quizá en blanco, gimnasio, dolor, sufrimiento, y llanto en alguna ocasión, siempre al límite de lo imposible. El domingo 20 de agosto, alguien, Carolina Marín, una española de Huelva, escribió, componiendo con el volante emplumado, punto a punto y verso a verso, un bello poema deportivo. Logró el Campeonato del Mundo de ese deporte alienígena llamado Badminton, y, como cae el volante de plumas tras su vuelo, como se precipita la luz o se llueve la tierra, la alegría de Carolina, tras el triunfo, rodó, Diario, por los suelos, con su llanto de risa y laurel, de pódium y gloria. Felicitación (11:46:38).

martes, 18 de agosto de 2015

18 de agosto de 2015. Martes.
INFIERNO DE PAPEL


Belleza otoñal, en ABC. Año 1970. F: FotVi

-La prensa, de ordinario, es un despiadado asalto de malas noticias, de horrores, a nuestra sensibilidad. La prensa es un infierno de papel (virtual, a veces) al alcance de cualquiera. Es el infierno de Sartre, pero hecho de crónicas insanas, implacables. «El infierno son los otros», dijo; los otros que, necesariamente, por oficio (y beneficio), escriben la maldad. También alguna vez escriben lo bueno; pero más, la maldad. La maldad, que, por morbosidad del ser humano, apasiona y vende más. Morder un dólar o un euro y decir: «¡Vale, tío!», aunque tiemble toda moral o ética, se estila ahora. Aunque explote la convivencia y el silencio de los inocentes (Thomas Harris).  Morbosidad (o enfermedad del alma), que, como la sarna, si es asumida con gusto, no pica. Si es noticia, aunque sea rumor o chisme, no pica la sarna del escarnio, la burla, la muerte, la guerra, el naufragio de soñadores de cielos nuevos, los asesinatos en este y en aquel otro punto, el fraude, el robo, la falacia ideológica (aunque venga de Archipiélagos Gulag o Campos de Exterminio, los Auschwitz de ahora mismo, aciagos), la violencia contra la debilidad (la mujer, el no nacido, humillación de todo, hasta lo más sagrado), tantas cosas, execrables, que se escriben, cada día, y apenas alguna buena, si acaso (porque cae bien) que el papa Francisco ha dicho esto o lo otro (si complace), o salvar a estas niñas de la locura de la yihad, o ha bajado el paro juvenil, algo así, pero triunfa sobre todo lo que es ira y pavor, y odio, que venden más que la misericordia o el amor, o el silencio de los corderos, entre los que, Diario, pongo a Dios, y una cruz (12:17:50).

sábado, 15 de agosto de 2015

15 de agosto de 2015. Sábado.
GRACIAS, MUJER

Mujer ascendida. F: FotVi

-Hoy no parece que vaya a repetirse el calor de ayer, calor fanatizado y ofensivo, sucio. En un ambiente de calor, en que todo arde, la mirada se aturde, se torna trazo de acuarela, se diluye. Como la tiranía aplasta, el calor humilla. Ejemplos: la tiranía del tabaco, la de los celos, la de los insectos, que, según Shiki Masaoka, poeta japonés, en verano caen muertos sobre los libros. Hoy, día de la Virgen absorbida por el cielo, asunta, se hace más pulcro el ambiente, más aseado. Ella, Mujer, ascendiendo, y el Cielo, bajando. Y así, aun en el ambiente, se hace cercana la pureza, se toca su claridad. Gracias, Dios; gracias, Mujer; gracias, día (21:50:35).

jueves, 13 de agosto de 2015

13 de agosto de 2015. Jueves.
TARDE DE FUEGO DE HERIDA

Lluvia de plata, en Santiago de la Ribera. Año 2015. F: FotVi
-Ante un agosto terco en calor y sangre, sin Dios ni reglas (parece), desnudo de humanidad y vestido de barbarie (un bebé muerto aquí, uno más, dos chicas jóvenes allá, la esposa a manos de su expareja, accidentes, miseria moral), voy a tratar con unos versos de Pablo Neruda de iluminar mi alma, liberarla de pesadillas y lamentos, hacerla paz, en la palabra, con la palabra, en esta tarde de fuego de herida. En su Oda al mes de agosto, decía Neruda: «Quiero / estar / solo / en medio / de la luz de agosto / y ver / así / sin sangre / por una vez / la vida: / verla / como una / nave / deshabitada / y bella, sin más aroma que el aire marino / o el invisible de un romero amargo». Estar solo, Diario, y viendo sin sangre la vida (20:50:43).

miércoles, 12 de agosto de 2015

12 de agosto de 2015. Miércoles.
QUART HADASHT, O CARTAGENA

Gozo arqueológico, en Quart Hadasht, Cartagena. F: FotVi

-Día de gozos arqueológicos, ayer. Cartagena es otra cosa: es un hoy nuevo (y novedoso) y es, a la vez, arqueología vieja, con sabiduría, pues, de antes; es decir, es hoy, o una bella y cosmopolita ciudad moderna, y es arqueología, o historia en huesos, en ruinas recuperadas, ruinas que hablan de lejanos esplendores y decadencias, de muertes y renacimientos. Cartagena fue ideada y fundada por Asdrúbal, un cartaginés versado en guerras y en mares, y en ensoñaciones urbanas. Asdrúbal llegó, vio y, donde antes habían vivido gentes ibéricas, fundó Quart Hadasht (Nueva Ciudad), Cartagena, año 227 a. C. Luego llegaron otros: romanos, bizantinos, visigodos, y la fueron deshaciendo y haciendo, desnudándola y vistiéndola, hasta hoy, que sigue todavía sin acabar de ser, pero siendo. Pues nada en este mundo, para no morir, se ha de dar nunca por acabado. Y Cartagena, desde aquel siglo III a. C., sigue acabándose, acomodándose, componiéndose (como el poema o la sinfonía) y así lo estará hasta el infinito. Ayer, Manolo Cuadrado y yo, como en otros tiempos la Grecia, Italia, o Francia, y con vocación de estudiosos en piedras antiguas, literatura esta sin escribir, pero visiblemente locuaz, visitamos Cartagena. La muralla Púnica, el Museo, el Teatro Romano y una pequeña aventura marítima en barco turístico, fueron, venciendo el calor, objeto de nuestro transitar por Quart Hadasht, Cartagena, leyendo en lo antiguo, para saber de lo nuevo, pues raíz es lo antiguo, Diario, de todo aquello en lo que ahora vivimos y somos, y seremos (20:44:52).

domingo, 9 de agosto de 2015

9 de agosto de 2015. Domingo.
GOTA DE DÍA

Diente de fuego, en la imaginación. F: FotVi

-Una gota de día en la mano y me la ha perforado, tanto ha sido el calor. La vi caer (la gota de día) y era un diente de fuego, una moneda de céntimo incendiada, un pequeño festín de ira. Me taladró la mano, dijo el mentiroso (político él) en un arrebato de lirismo incierto; y todos le creyeron, salvo él mismo, Diario, que se rio del mundo, todo. (20:05:54).

viernes, 7 de agosto de 2015

7 de agosto de 2015. Viernes.
ABISMOS DE PAVOR

Sobre la fragilidad, en el jardín. F: FotVi

-El Mediterráneo, fosa común, fosa hiriente, fosa de ahogos; cementerio de los que, movidos por la ensoñación de Alicia en otro país de las maravillas, osan andar sobre las aguas como si de un cielo sólido se tratara. No se dan cuenta de que debajo de la nube sobre la que andan -sus visiones, sus esperanzas, sus sospechas de felicidad- hay caídas, hay abismos. Abismos de pavor y muerte, infinitos. Sin contemplación. (Hacia Dios o hacia el Infierno -o hacia la Nada-, siempre la muerte es infinita). En la fosa común del Mediterráneo ha vuelto a suceder la muerte. Doscientos emigrantes, muertos de un tajo; a los miles ya habidos, se suman éstos, almas ya camino de otro sueño distinto del que los llevó a pensar que podían andar sobre las aguas. Y, como un golpe de luz que te ciega, el sueño del infinito, inesperado. La muerte es cegarse o de tanta Luz o de tanta Nada. Y cegada además Europa -sin Luz, sin fe, sin solidaridad- en no mirar este drama de frente, con ojos de examen interior, para poder sentir la culpa de no haber mirado y proponer así la enmienda. No miro, dices; me desentiendo. Y, como el avestruz, si no miro, dices, no suceden las cosas. A mi alrededor hay un mar, y miles de muertos; pero no miro, hundo la cabeza, la escondo, y así dejarán de existir. Sólo existe lo que veo, lo que toco, ni siquiera me basta con el mal olor de un cadáver, de miles de cadáveres, de miles de sueños rotos, dice la oscuridad de los ojos de Europa enterrados bajo el ala de avestruz de su insensibilidad solidaria. Miles de muertos. No importa, Diario: Europa esconde la cabeza, y dormita, o se divierte (20:15:48).

miércoles, 5 de agosto de 2015

5 de agosto de 2015. Miércoles.
ORFANDAD

Fuego, en el parque. Torre de la Horadada. Año 2015. F: FotVi

-No sé si, al comer, muerdo con furia o es que me cae grande la dentadura. (Dentadura implantada, como un cañaveral). Es el caso que me muerdo la boca por todos lados, como cuando de niño me picó una abeja y no dejó lugar en el rostro sin aguijón ni mordedura. Mi madre dijo, entonces: «Un adefesio, eso es lo que pareces». Y yo -debido al dolor y a no saber que era aquello de adefesio- me deshice en llantos, como una esponja con hipo. Hasta que, envolviéndome en  su abrazo, vino madre y me consoló. Anoche cenando, me mordí la lengua, y creí, tan fuerte fue el golpe, que me la había partido. Y temí (¡qué cosas!) que me dificultaría decir palabras, nombrar las cosas. No me preocupaba la herida, sino el no poder decir palabras. Y me dije: «Huérfanas de mí las cosas». Y es que en las palabras se renuevan las cosas, y se va completando así la creación. Decir, es hacer que las cosas sean, estén, latan, vivan. Dios -suele adivinar el poeta- anda en las palabras y, al decirlas, se percibe en las cosas, hay como un rumor de él en la palabra. Di: «Luz», y se hará la luz en tu mente e iluminará tu imaginación. Aunque camines a oscuras, verás la luz en tu interior y tendrás conciencia de que lo que dices existe, está, ama. Di: «Palabra», dila, y se abrirá el Diccionario, y te dirá: «Habla», y entre el Diccionario y tú se recrearán las cosas, serán de nuevo vida hablada, en ti, y tu boca se llenará de vida, y la vida, de emociones bellísimas y nuevas. Diario, di: «Amor», y el mundo será más fuego, con más fragor de Dios (19:57:13).

lunes, 3 de agosto de 2015

3 de agosto de 2015. Lunes.
OTRO LUCIMIENTO

Otro lucir, en el árbol. Año 2015. F.FotVi

-En un primer momento me pereció ser una hoja lo que había caído del árbol. Era otoño. Y, en otoño, las hojas sienten una vocación de libertad que las hace irse del árbol, donde fueron ornamento y rumor, y volar hasta la tierra, para en ella volver a ser savia y vida, y, en su tiempo, subirse al árbol y lucir de nuevo. A ese otro lucimiento, lo llaman primavera. Me pareció ser una hoja y, sin embargo, lo que había caído del árbol había sido un pájaro; el golpe fue seco, perverso. Cogí el envoltorio de plumas y lo noté con vida aún. Aunque con los ojos cerrados, la vida latía allí, débil, como un parpadeo de algo dudoso. Intenté animarlo, pero no pude: se heló en mi mano. Luego descubrí un pequeño orificio en su cuerpo: un perdigón de escopeta lo había atravesado. Nunca supe de donde vino ni cómo fue. Sólo supe que algo hermoso (como un verso de poema de Dios) había muerto, en mis manos. Di, me dije: «¿Por qué?» Y enterré el pájaro junto a la raíz del árbol, para que esta vez, al volver la primavera, fuera hoja de árbol, con otra clase de vuelo y canto. Recordé esto al saber de la muerte de un bebé palestino a manos de la fe sórdida de unos judíos extremistas, locos de creencias erradas, y que, en el odio al prójimo, y sin saberlo, quizá, (o, sí) Diario, están odiando a Dios (20:46:38).

sábado, 1 de agosto de 2015

1 de agosto de 2015. Sábado.
OÍR LA LLUVIA

Soñando ser nube, en el jardín. F: FotVi

-Parte meteorológico: ayer, de tarde, el cielo último de julio rompió aguas y dio a luz unas gotas de lluvia que parecían la fábula (Esopo) del monte aquel que se puso de parto y parió un ratón. Unas gotas, sin embargo, lúdicas, por ruidosas, con baile dentro. Oír la lluvia es algo así como oír un libro leerse a sí mismo (Yo lo he oído leerse, Candela, ¡y suena!), o a una corchea salirse de la Novena de Beethoven y dar la nota, ella sola, como un sueño libre; eso sí: con Beethoven a su lado: guiándola, asombrándola, llenándola de vida. La música es asombro, Diario, por la misma razón que lo es la lluvia, tan sabia siempre (21:45:19).