lunes, 17 de abril de 2017

17 de abril de 2017. Lunes.
SOL DE JUSTICIA

Al final, la luz, en Kaymakli, Turquía. F: FotVi

-Ayer, domingo luminoso, en el espíritu. Íbamos de celebraciones. Habían terminado los desfiles procesionales del prendimiento y el dolor y daba comienzo el de la palabra y las aclamaciones. El cielo, sin embargo, apareció pesado y gris, diluyéndose así el aleluya -la palabra- en niebla. La palabra estaba ahí, pasando gozosa de boca en boca, con destellos de luz en los labios, y sobre todo en los ojos. Aunque sin poder mirar directamente al Sol. El Sol de justicia que celebrábamos había resucitado. Un Sol, que se eclipsó el viernes y había vuelto a la vida el domingo, como el que se hunde en el agua y sale con la boca abierta respirando ahogos. Buscando oxígeno. Jesús resucita y atrae hacia sí todas las cosas, dice la Escritura: también las malas, las injustas. Camina con las señales de los clavos en las manos y el agujero de la lanza en el costado. Resucita, pero sin dejar a un lado las fracturas de la cruz. Se adelanta y muestra las heridas. Son su carta de presentación: así firma Jesús su resurrección; y así se irá al Padre, con su humanidad dolorida en la que su ha instalado, ya para siempre. Es decir, Cristo, se lleva consigo la cruz del mundo: Siria, Alepo, los migrantes, los perseguidos, los que lloran, los que viven y mueren en la pobreza, todos los señalados en las bienaventuranzas; pues, Diario: «Si él abre -dice San Juan en el Apocalipsis -, nadie puede cerrar; si él cierra, nadie puede abrir» (20:15:55).

sábado, 15 de abril de 2017

15 de abril de 2017. Sábado.
SEPULCRO

Campanas de gloria, en Éfeso. Turquía. F: FotVi

-Día espléndido y callado -y santo- el de este sábado, en el que descansa Dios en el sepulcro escavado en la roca. La roca, cuidadora del cuerpo de Dios, como la ostra que vela por la perla, hasta que ésta amanezca joya. O en la muerte del pobre: Dios también es enterrado en la roca de la muerte del perseguido, o el desterrado, o el emigrante. El Papa habló de vergüenza al contemplar ese martirio de seres inocentes que se pierden en el mar o que andan erráticos, perdidos, por Europa, tirando de los niños y con solo la esperanza como equipaje, esperanza que a veces la suelen dejar o frente a una alambrada o en el camino de ir hacia ninguna parte. Es la caída en el sepulcro del desaliento, de la impotencia, de la desmoralización. Y ahí estuvo y está Jesús, hasta que llegue el día de la justicia, de la resurrección. Mañana, la noche se hará día, y el sepulcro, Diario, quedará vacío, llenando de luz y brillo el acontecimiento humano, del que forma parte quien se dice Hijo del Hombre y de Dios (20:42:55).

jueves, 13 de abril de 2017

13 de abril de 2017. Jueves.
LA TRADICIÓN

La vida, en primavera. Torre de la Horadada. F: FotVi

-Jueves Santo, o unas rebanadas de pan, una copa con vino, y, tras unas palabras misteriosas, el sacramento. O el signo de una esperanza expectante: la de que, tras la muerte, hay vida. Todo ocurrió entre el maestro y sus discípulos, y en una tarde de miradas y silencios, de confidencias, y de traiciones. La luz, escasa, dejaba ver rostros contritos y a Jesús lavando los pies a sus discípulos, en aquella tarde de las despedidas. Y Judas marchando a consumar su traición. La palabra se hizo carne, dice San Juan, se encarnó, y la comemos en el pan. Esta tarde, dos sacerdotes y yo nos hemos reunido y hemos concelebrado. Sólo tres personas: sosteniendo la tradición. Como dice San Pablo: «Porque yo recibí del Señor lo que os he trasmitido», no por revelación, sino por tradición que se remonta al Señor. La tradición, pues, la llevamos en las manos y en las palabras, que hacen lo que dicen. Al pan le decimos: «esto es mi cuerpo»; y al vino: «este es el cáliz de mi sangre», y el pan es cuerpo de Cristo y el vino, su sangre. Y ahí estamos, Diario, comiendo el pan y el vino de la salvación, y lavando los pies en el día del amor fraterno, como es tradición desde que nos lo contaran los evangelios y nos lo dijera san Pablo en su carta a los de Corinto; todo ese tiempo, y sin dar un paso atrás, en la misma misión (19:44:58).

miércoles, 12 de abril de 2017

12 de abril de 2017. Miércoles.
RUMOR DE RAMOS

Rayo de luz, tras la tormenta. Torre de la Horadada. F: FotVi

-Me da escalofrío -aunque sé que es ineludible- la muerte en sí misma; pero más, la muerte que ocurre sin esperarlo, como un fogonazo negro, terrible. Estás con la vida sintiendo las cosas, amándolas, y, de pronto, la oscuridad te da en los ojos y te los cierra, y quedas ciego. Quién sabe si tenías una oración en los labios o un sueño detrás de los ojos: todo queda interrumpido, parado, es lo que les ha ocurrido a los cristianos de las iglesias de San Marcos en Alejandría y de San Jorge en Tanta, Egipto. Rezaban y, de pronto, la muerte los ha dejado sin palabras, quizá con un «Señor» partido por la mitad, descoyuntado en la boca, muerto en la cruz del odio terrorista. Supongo, que, aun roto y mutilado, esta palabra «Señor» habrá llegado a los oídos de Dios sin trocear, intacta, aunque dinamitada. Pues Dios -dicen- escucha todo lo que sentimos, aun antes de decirlo. Porque todo lo que decimos con la boca, nace en el corazón. Como la semilla en la tierra. Lo que sale por los labios, es ya corazón hecho palabra, rumor del alma, silabeo interior. Cuando dices amor, antes, en el corazón, ya se ha producido el incendio, la hoguera amorosa. Dios, Diario, seguro que, con el rumor de los ramos, oyó la oración de los mártires egipcios, y los inscribió en el libro de la vida (20:01:23).

viernes, 7 de abril de 2017

7 de abril de 2017. Viernes.
ESE ALLÁ

La paz, su símbolo, en Murcia. F: FotVi

-Cuando alguien se despide, saca el pañuelo, echa una lágrima, y se va. Pero mirando a atrás. Y es que algo deja de sí mismo en ese allá de donde se marcha. El amor, que, como el pan, se puede partir sin sufrir mengua ni desdoro alguno, se agranda si se da partido, o rebanado. Yo me despido, por un tiempo, de facebook. Pero como El maquinista de la General, volveré para intentar rescatar ese ingenio, la máquina (la amistad), de las manos del enemigo, la vanidad. Y me voy para poder trabajar en otro proyecto, que, llegado el momento, revelaré. Es el secreto que dejo oscilando en el pañuelo de la despedida. Entretanto, me llena la cabeza de horror el nuevo atentado en Estocolmo. Tres muertos en un atropello provocado. Pienso en la vida y en la muerte, Diario, y, desencantado, vencido, me digo con el poeta argentino Héctor Viel Temperley: «No quiero ser tocado por los sueños», no sea que me lleven a un país donde, siendo posible la paz, no haya más que guerra y niños respirando ruina y silencios, y gas sarín. ¡Dios! (19:51:40).

jueves, 6 de abril de 2017

6 de abril de 2017. Jueves.
PREGÓN

Con la arena, robando el agua al Mar Menor. F: FotVi

-El domingo viajé de copiloto -y de cháchara amable- con Alfonso Pérez a San Pedro del Pinatar. Había concelebrado misa con mis compañeros de ancianidad e iba dispuesto a oír el Pregón de Semana Santa. Con Mari Carmen Pérez en el ambón. Y lo oí, atentamente, aunque con algún momento de distracción; siempre me sucede cuando escucho hablar a alguien más de veinte minutos. Y este duró una hora. Creo. Confieso que me distraje, y pensé entonces en los cerezos en flor del valle del Jerte y en las amapolas que, como puntos seguidos, alegran los trigales, quitándoles, con el rojo de su atuendo, la hermosa monotonía del amarillo. Con la brisa, doblan, a la vez, su cabeza trigo y amapolas. Como una reverencia a su propia belleza. De pronto oigo un gran aplauso: ha finalizado el pregón, y llegan los parabienes. También el mío, y rubricado con un beso. No me desagradó lo que oí: recuerdos, vivencias, emociones, desde la niñez, y todo motivado por una fe, quizá no teológica, pero sí llena de luz sencilla y un sentimiento de disponibilidad que abrillanta cualquier acción, aun la de la misma fe. Luego comimos: sin discursos. Y contemplé el Mar Menor, sus arenales y salinas, y -tristemente- los primeros bañistas, echados como morsas en la arena artificial. Este mar menor que crea belleza, no es, sin embargo, productor de arena, hay que echársela y sin hartura, con avaricia malsana; algún día, Diario, lo pagaremos (19:27:06).

miércoles, 5 de abril de 2017

5 de abril de 2017. Miércoles.
PÓLVORA Y FOBIA

Luna entre nieblas, en Torre de la Horadada. F: FotVi

-El terrorismo nos mira con sus ojos de odio, de desprecio. No tiene piedad ni hartura. Nos mira, nos señala, y caemos en sus harapos espirituales, que están hechos de pólvora y fobia, y delirio. La religión la convierten en ideología, la fanatizan, y ya no hay dios que los salve. Ni el dios por quien matan o extorsionan, y por quien se inmolan. Un paraíso, ¿dónde? ¿En qué cielo te van a recibir lleno de cólera y resentimiento? ¿Hay paraísos de sangre? ¿Y de cuerpos rotos y miembros distorsionados? 14 muertos y decenas de heridos en San Petersburgo. Una vez más, Diario, la locura se viste de horror para decirnos que la ignominia sigue activa y que no hay que dormirse, pues en cualquier momento nos puede tocar, y aplastarnos sin clemencia, dejándonos sin sueños, sin lejanías nuevas que ver y palpar, fenecida la esperanza (20:10:48).

lunes, 3 de abril de 2017

3 de abril de 2017. Lunes.
LA FEA REALIDAD

Mirada de Dios, si así os parece. El Roto

-Otra nueva catástrofe en Colombia, en Mocoa, en plena selva amazónica. Y en la que anda de acompañante de la tragedia la pobreza. La pobreza, o el cayado que ayuda a hacer espaciosos y graves los desastres. A hacerlos locura. Ya hay 250 muertos y decenas de desaparecidos. Y empieza a actuar la política, que dice: lloramos con vosotros (sin que se vean las lágrimas), arrimaremos el hombro (y, de momento, solo con las ayudas que les vienen de fuera). ¿Los auxilios del Estado de Colombia? Llegarán (o no). El tiempo dirá; mientras, la pobreza se arrastra por el lodo, llora contemplando la desolación, se aferra a la congoja. Y lo más pavoroso, los niños que han sucumbido, que se han ido con el agua y que no volverán. Y es que, además de pobres, eran niños, y tan frágiles que, el aleteo de un pájaro a su lado, los haría volar. La pobreza surca espacios de espanto en el sueño de los niños pobres; hasta que como en un Clavileño de fantasía dan con sus huesos en la fea realidad. Y se duermen en ella, para no despertar. En todo caso, sólo lo hacen en el recuerdo de la madre, y eso, si ellas no han sufrido también el triste destino de sus hijos. ¿Y Dios: en la teología o en la tragedia? Creo, Diario, que en la tragedia, consolando a la pobreza, nacida del egoísmo y las injusticias del hombre, y bendiciendo a los que aportan su ayuda: su moneda o su vaso de agua, o su palabra amable, alentadora (20:10:15).

sábado, 1 de abril de 2017

1 de abril de 2017. Sábado.
EL METICULOSO ORFEBRE

Esplendor, en el jardín. Torre de la Horadada. F: FotVi

-Empieza abril, con el mirlo enfebrecido y los árboles llenándose de esplendor. Hablan los árboles y les contesta el mirlo. Canta la naturaleza. Ocurren poemas por doquier. Si te pones y escuchas, los oyes. Ya decía Dante Alighieri que la naturaleza es el arte de Dios. Y, en demasiados casos, el desastre de los humanos. Es decir, el meticuloso orfebre y el bárbaro destructor. Dios, el orfebre, y el hombre, el destructor. Escribía el papa Francisco: «No hay dos crisis separadas, una ambiental y otra social, sino una sola y compleja crisis socio-ambiental». Encíclica Laudato si. Si la sociedad se degrada, al tiempo degrada todo cuanto toca. Si nuestro corazón se torna frío, egoísta, gozador, iletrado, corrupto, insensible, todo lo corrompe, lo pervierte, lo envicia, hasta su destrucción. Lo decía, con tristeza infinita el Papa Francisco: «Necesitamos fortalecer la conciencia de que somos una sola familia humana», y «tenemos una sola casa en común». Casa común en la que están la luz, el árbol, el desierto, el ave, el manantial, el ínfimo y grande animal, las mareas, los acantilados, los corales, la inmensas montañas, las humildes colinas, el mar, las islas innumerables, y tú, Diario, y yo, y el silencio, donde hay escondidas tantas cosas, dichas y no oídas, o escuchadas aunque no se hayan dicho, y que están deseando ser voceadas y celebradas: eso si -antes- no las destruimos (20:01:22).

viernes, 31 de marzo de 2017

31 de marzo de 2017. Viernes.
ALMENDRA

El mar en los ojos, Salinas de San Pedro del Pinatar. F: FotVi 
-Se marcha el mes, y con él, un trimestre. Una lágrima por ello. O dos. ¿Qué que me queda de este mes que se va, de este trimestre?: un pañuelo de despedida en el aire y el recuerdo de los almendros en flor, en los ojos. Todo lo que recuerdas está en los ojos, y, si lo has tocado y te lo has llevado a la boca, en las manos. Como esa almendra salada que masticas, y que, con el sabor del mar dándote en el acantilado de los dientes, gustas. La almendra te trae el mar a la boca, para que lo silabees, y lo digas, y escuches sus lamentos, o sus cóleras. Decir el mar con una almendra salda en la boca, es un placer luminoso de pobres. En el bar, en el descanso del trabajo, en la tertulia. Como el humo, se va el tiempo; y no lo podemos atrapar. «Malgasté el tiempo -se lamentaba Shakespeare-; y ahora el tiempo me malgasta a mí». El tiempo, Diario, que, como un puñado de arena, se te va por entre los dedos, y tan angustiosamente veloz (19:38:08).

jueves, 30 de marzo de 2017

30 de marzo de 2017. Jueves.
OJOS ABIERTOS

Una lágrima, en el jardín. Torre de la Horadada. F: FotVi

-75 años, y apenas unas pocas plumas lo celebran. Celebrar una efeméride, es ponderar la Historia viviéndola al revés. Y si esa Historia es admirable, hace que estos pasos hacia atrás sean sublimes y luminosos, aunque sin salirse del destello de la humildad. Volver y rescatar la luz que te has ido dejando al paso, es labor de sabios, y de minuciosos y eficientes arqueólogos del pasado. Ser arqueólogo del pasado, con la ilusión del que hace volver la vida a sus manos, no todos lo pueden lograr. Se abre la tierra, un libro, se halla un vaso de terracota, y, si allí hay Historia, sale a la luz y deslumbra, y más si se trata de un hombre que en trozos de papel humilde escribió bella y comprometida poesía en lengua castellana. Sin belleza no hay poesía y sin compromiso, la poesía es flor de un día. «Sangre que no se desborda, / juventud que no se atreve, / ni es sangre, ni es juventud, / ni relucen, ni florecen», dijo el poeta, encendido por el clamor de lo que no muere, de lo que queda detrás de los ojos, en la tierra sensible de la Historia, donde él duerme ahora. Y donde se puede encontrar en sus palabras como rayos, en sus versos como nanas y cuchillos, la dulzura del piropo y la delgadez de la ternura. «En la cuna del hambre / mi niño estaba. / Con sangre de cebolla /se amamantaba». Él estaba en la cárcel, y el niño, su hijo, «en la cuna del hambre», o el seno bondadoso y benigno de su madre, donde se amamantaba con «sangre de cebolla»: la menguada y escasa comida de los pobres, entonces. Murió a los 31 años, con los ojos aún de niño abiertos, mirando todo con el sombro del que ve las cosas por primera vez; y, tras la muerte, no quiso cerrarlos, y murió, como él había pedido: «con la cabeza muy alta» y los ojos abiertos, para seguir haciendo versos iluminados en la otra vida. Así vivió y murió Miguel Hernández, Diario, llevándose en los ojos el drama de su pueblo, aterido de hambre y frío, y una soledad pavorosa (12:02:13).

martes, 28 de marzo de 2017

28 de marzo de 2017. Martes.
GOTAS DE FASTIDIO

Atrapados en la red, de la prensa. Torre de la Horadada. F: FotVi

-Esta mañana me desierto cansado. Profundizo, y hallo en mí síntomas de hartazgo, de empalago, todo adobado con unas gotas de fastidio. Me desborda el asco y me noto encharcado de este pegajoso exceso. Como si insecto yo, hubiera sido atrapado por una gota de ámbar, caído en su interior goloso y con color de vidriera vieja. Atrapado como una mosca en la miel de la saciedad. Abres la prensa y ves que se repiten las noticias como el eco en la montaña. ¿Le suena lo de la familia Puyol? ¿Lo de los hijos, lo de la hija, lo de los padres? Todos los días del juez a la calle y de la calle al juez; es decir, un caso sin solución: ni dentro ni fuera, sino todo lo contrario. ¿Y lo del Gürtel, Correa, y las torpezas del PP? ¿Condena o salvación? Nada. ¿Y las primarias del PSOE? Que si Sánchez, que si Francisco Javier (Pachi), que si Susana Díaz. Con lo del crowdfunding de Sánchez: o esas pequeñas cantidades de dinero que recibe a través de internet. ¿Y lo de Trump? ¿Malo, muy malo, o casi bueno? Me inclino a pensar que regular. ¿Y lo de Angelina Jolie y Brad Pitt? Que si son, que si se han ido, que si ya no están. Y, al fin, una noticia entrañable, distinta, con el sencillo encanto de las lágrimas; leo: «La pequeña que llegó sola a Lampedusa ve a su madre cinco meses después». Y, a pesar de todo, y con noticias como esta, te reconcilias con la prensa (un poco), recompones el gesto, ríes, y dices: todavía hay algo en el mundo por lo que merece la pena leer estas hojas de papel o virtuales que te repiten día tras día las mismas cosas, cansándote mucho, Diario, y sin cansarse ellos, y te resignas (19:41:36).

lunes, 27 de marzo de 2017

27 de marzo de 2017. Lunes.
SOBRESALTOS

Cómo se viene la muerte, tan callando, en el jardín. F: FotVi

-Tras el susto de ayer por lo del cambio de hora, hoy vuelvo a la bella monotonía del vivir sin sobresaltos. Sin sobresaltos bruscos, que leves e insidiosos los hay, todos los días. Cualquier minuto que vives es, en toco caso, un baladí sobresalto, con la frivolidad añadida de tener que andar de puntillas por la existencia. «El ave, con un sobresalto, se enderezó», dice el dicho. El pájaro es esa pequeña centella que, de pronto, levanta vuelo y corta el cielo, partiéndolo, por un instante, en dos. Hoy, un pájaro, dos mitades de cielo azul (dos gemas), y un día que vivir. Camino junto al río. Veo cisnes, ánsares, palomas… Echar a volar es un sobresalto, una agitación de alas frenético que te pone en vuelo y te libera de la carga de tener que ir pisando tierra y pesadez. Y escombros de recuerdos trágicos. Como el accidente del aeropuerto de Los Rodeos en Tenerife. 583 víctimas. Hoy se cumplen 40 años. Al final, la vida es eso: un accidente que se produce en un momento no elegido por ti, que te viene dado, sin considerar su negrura, o su accidentalidad. Como el nacer. Como diría el poeta: «una rama del árbol se desgaja» y te encuentras dando alaridos en brazos del calor del rezago de tu madre, llorando y mirando todo con asombro, como un filósofo que se preguntara, sin comprender, qué es lo que ha sucedido; hasta que doblas la cabeza y te duermes, sabiamente, Diario, sin rencor por haber nacido, chupando el dedo de la felicidad (20:04:26).

domingo, 26 de marzo de 2017

26 de marzo de 2017. Domingo.
EL RELOJ

Parado el tiempo, en Murcia. F: FotVi

-Desorientación. Es la palabra. Es como si, rodeado de dunas, de algún que otro lagarto, de mucha sed, y de infinita soledad, fueras por un desierto y perdieras la brújula. Y quedaras paralizado, viendo solo horizonte, sin ninguna otra salida, salvo la de tragar saliva y hacerte sombra con la mano. Esto me ha sucedido a mí esta mañana: sin brújula, me he despertado una hora más tarde. No adelanté el reloj. Y he andado perdido todo el día por el horario, con una hora de retraso en todo. Retraso en el desayuno, retraso en la misa del domingo, y caras de guasa en mis colegas, sin risas, pero de chiste, cada vez que se cruzaban conmigo. Con una conmiseración falsa, me han dicho: «¿No mudaste la hora?», y yo: «No», como pidiendo perdón al que pregunta, y al reloj. Los cambios de hora son como el que, al ir a andar, pisa en falso y se trastabilla, sin caerse, pero en desequilibrio, haciendo tartamudeces al andar. ¿Por qué tienen que darle a las horas hacia atrás y hacia adelante? ¿Quién lleva la dirección del mundo, para que, por su voluntad, sin pedir permiso, casi nos triture un día así? ¿Qué ha hecho el reloj, para que le despojen de una hora de su tiempo y tenga que callar y no rebelarse y andar todo el día balbuceando: «No, no he cambiado la hora; perdónenme»? Cuando te faltan horas para vivir, Diario, no está bien robarle una hora al tiempo (19:44:53).

sábado, 25 de marzo de 2017

25 de marzo de 2017. Sábado.
MIEDOS Y LUCES

A punto de ser pisada, en el jardín. Torre de la Horadada. F: FotVi

-Y la esperanza se puso en entredicho. En Europa, lugar donde se ha demostrado que la unión puede ser fuerza, y feliz argamasa para la convivencia, y luz para las inteligencias libres, empieza a fallar la esperanza de que todo este milagro pueda seguir siendo así. Unos se van y otros se quedan rumiando agravios. Sin mirar a las de los demás, todos lloran sus heridas, y se consuelan adorándolas. Cebarte con una herida propia es privarte de mirar la florecilla que estás a punto de pisar, y que ha florecido para ti. Quizá muera antes de que alguien la pueda ver o deletrear con los ojos, admirarla. Y tú la vas a pisar. Era un 25 de marzo de 1957. Nacía una nueva Europa, unida e ilusionada, soñadora. Y para celebrar esta efeméride, los líderes políticos de los 28 países que la conforman se han reunido en la Capilla Sixtina con el papa Francisco, que les ha exhortado a no dejarla morir. Les ha dicho: «Europa es una vida, una manera de concebir al hombre a partir de su dignidad trascendente e inalienable». Al hombre, cuando se para a pensar, de inmediato le toca la trascendencia, lo ciñe, lo impregna. Y es que como dice Simone Weil: «El deseo de luz produce luz». El ciego, que no puede ver con los ojos, ve con otros sentidos; ve con el oído, ve con las manos, ve con el olfato. Y sobre todo con el corazón. El hombre, pues, protagonista: con sus dificultades y aprietos, con sus miedos y luces, con sus crisis, Diario, y sus liberaciones (20:42:14).

jueves, 23 de marzo de 2017

23 de marzo de 2017. Jueves.
TRAGEDIA, O MUERTE

Reflejo de la muerte, en el jardín. Torre de la Horadada. F: FotVi

-Ayer, volvía a clamar el terror en Londres, en el puente de Westminster. Unos paseantes viviendo el paisaje, deletreándolo con la mirada, y el bárbaro de turno yihadista que les echa un todoterreno encima y los mata o los hiere. Luego se va hacia el Parlamento y acuchilla a un policía, hasta que, otros policías, lo abaten. Las tragedias, aunque sean las del teatro (Shakespeare), siempre acaban en muerte. Y más, las tragedias que se viven. No hay piedad para el protagonista de la tragedia, aunque se trate de un personaje sin relieve y cotidiano. Y accidental. Pasaba por allí. Miraba absorto la grandeza del Big Ben, y, de pronto, un golpe fatal y se cierra la visión, todo se hace noche, y queda con el cuerpo extraviado en la acera, cada pie por su lado, todo él atascado en el laberinto de la muerte o en el sobresalto de quedar herido. Y una víctima española en el ataque: Aysha. Venía de poner palabras españolas en la boca de estudiantes ingleses. ¡Qué bello magisterio! Luego, en España, los hay que defienden una torpe equidistancia entre las víctimas, los caídos, y los agresores, aquellos que ponen el arma o la zancadilla. Se vio ayer en el Congreso de los diputados. Yo, que no entiendo de política ni de sus alrededores, sí entiendo algo de dignidad y justicia. Dignidad y justicia, Diario, no es demasiado pedir (19:29:05).

miércoles, 22 de marzo de 2017

22 de marzo de 2017. Miércoles.
LA SED

Gotas de agua, en el jardín. Torre de la Horadada. F: FotVi

-Veo una gota de agua que cae y a la que espera un pico de pájaro abierto: si va al pico -pienso-, salvará una vida, si al polvo, hará un pequeño cráter de arena y continuará la sed. El pájaro aletea mientras espera con el pico abierto. Yo, en el sueño, sufro por el pájaro. Antes de que acabe de caer la gota de agua, me despierto, y respiro, con pavor. Hoy, día mundial del agua, tengo este sueño de ansiedad y aridez, de trago y carencia. Asusta pensar cómo derrochamos el agua, cómo la malgastamos. El agua no es bien infinito, sino recurso que puede agotarse. Imaginemos un mundo sin apenas agua: el mar disminuido, los ríos desvanecidos de corrientes bravas y constantes, unas pocas charcas donde se aculan hombres y fieras, todos con sus armas de guerra desplegadas. La Tierra a punto de ser Marte, o la Luna sin mar donde mirarse. ¿Por qué no pensarlo así, Diario, y horrorizarse? (19:47:26).

martes, 21 de marzo de 2017

21 de marzo de 2017. Martes.
BESO

La abeja, florecida con la flor, en el jardín. Torre de la Horadada. F: FotVi

-«La justicia y la paz se besan», proclama, con júbilo y fascinado, un sabio poeta salmista (poema -o salmo- 84). La justicia y la paz, en la Escritura, siempre van de la mano, en racimo. La una no se da sin la otra. La paz se pega a la justicia, como la sombra a la luz, y la sigue al igual que la abeja a la miel de la flor. Las abejas parecen florecer con la flor de los árboles. Primero el pan de la justicia, y luego el bocado de la paz. Sin mesa redonda, donde todos participen de la rebanada de pan y del vaso de vino, y se intercambien miradas y palabras, y preocupaciones, nunca habrá paz. Las guerras son el resultado del egoísmo y la avaricia de unos pocos, sentados a la mesa de la opulencia, y la desesperación de los que miran desde el hambre y la penuria cómo eructan, tras el bocado y el trago, los otros. Eructan moles barrigudas. El día que se establezca la justicia y el derecho en el mundo, Diario, la paz besará la tierra, y será derrotado, definitivamente, el pavor de la guerra, su apocalipsis destructor (20:25:31).

lunes, 20 de marzo de 2017

20 de marzo de 2017. Lunes.
BELLA MENTIRA

La fragilidad (o la primavera), en el jardín. Torre dela Horadada. F: FotVi

-Llega la primavera y se instala en el árbol, en el ave, en la publicidad, en los grandes almacenes. Todo es luz y oropel, realidad y reclamo, una especie de bella mentira que suena a verdad. Es como si, ante el sonido de una campana, te quisieran hacer oír el aleteo de las alas de una mariposa. Y eso que para los oídos sensibles, el volar de la mariposa también es un hermoso ruido que oscila y crea música, agitando el aire; y el mundo. Me encantan las mariposas en primavera, son las únicas que no mienten: ellas solas, Diario, son capaces de hacer, con su fragilidad y sus colores de purpurina, la luz frágil y la verdad, incomparables, de la primavera (19:19:36).

sábado, 18 de marzo de 2017

18 de marzo de 2017. Sábado.
BUEN DÍA

Con gozo, recibiendo el sol de la mañana. F: FotVi

-Me despierto, bostezo, miro al cielo y digo: buen día, buen sol: la vida sigue. Y me pongo a rezar. Para mí, rezar, es empezar el día con buen pie y la mente despejada; buen pie para poder dar pasos en la buena dirección (no en la sinuosa o desviada o perdida dirección), y la mente abierta al asombro, y, ante las cosas que me rodean, ser capaz de hacer ¡oh!, y deslumbrarme. Rezar es dejar que, en la boca, haya palabras de luz y liberación, de esperanza y trascendencia, nunca palabras vencidas o esclavas, falsas. Las palabras que rezo, van más allá de cualquier horizonte: cruzan el espacio y el tiempo, y la lógica, y quizá no sepan exactamente adónde van, pero me hacen ser mejor y más exigente conmigo mismo. Rezar es tocar algo que se resiste a quedar entre los dedos, como el agua, como el viento, como la luz, pero que te hace sentir (con júbilo) que algo hermoso has tocado. Que lo has tocado y gustado. Lo sé, porque, una vez dichas las palabras, las saboreo, las volteo con la lengua y así las gusto otra vez, como un hueso de ciruela, luego de haberle comido la pulpa y haberla dejado desnuda, sin carne. ¿Y todo esto por qué? Porque, tras las palabras, queda la conciencia de haberlas dicho y masticado, o sorbido, y deletreado con amor; y porque como diría Frantz Fanon, escritor martiniqués: «La conciencia es actividad de trascendencia». Y es que la conciencia, Diario, está en las palabras que dices y en las que quedan dentro, si son buenas y voladoras, y van hacia arriba y no hacia el abismo, si se salvan de la vulgaridad y las dices con verdad (19:24:37).