martes, 23 de diciembre de 2025

23 de diciembre de 2025. Martes.
DÍA DE LAS EUFORIAS

Mariposa, en la flor, Pintor Soto Alvcón.

-Ayer fue el día de las euforias y, en la mayoría de los casos, de abatimientos posteriores. En la euforia el ser humano llena su cabeza de mariposas, y las hace vida de su vida, las deja que vuelen imprecisas en su cerebro. A la euforia acompaña la expectación; es el marco de un deseo ardiente, revestido de esperanza. ¿Me tocará, no me tocará? La lotería tiene estas cosas: mientras llega, la esperanza es euforia, felicidad nerviosa; pero, cuando sucede y no se han cumplido las expectativas, es abrimiento, fractura; entonces las mariposas mueren o huyen, y dejan la mente huérfana de sueños, como un erial. Yo, como cada año, digo que me han devuelto el dinero: no le echo. Solo Dios y yo sabemos adónde va ese dinero que me he ahorrado; va, Diario, a un lugar más productivo y festivo, o, si se quiere, más lírico, por amoroso, donde Dios se nota más. 

lunes, 22 de diciembre de 2025

22 de diciembre de 2025. Lunes.
LA BELLEZA EXTREMA

En febrero, almendro en flor. Murcia

-En un instante –un parpadeo–, el otoño le ha pasado el relevo al invierno. El otoño le ha dejado  frio y el invierno lo ha recibido con nieve en las alturas. El ocre y el blanco, los colores de la vida. El ocre de la tierra y el blanco de lo celeste. Ayer, en el segundo 03 de las 16 horas, (4 y 3 segundos tarde), el mundo dejaba de ser otoñal, para convertirse en invierno. El otoño dejaba árboles ateridos, sin hojas, y el invierno les promete que pronto –sobre todo al almendro y al cerezo– los vestirá de flor. El almendro y el cerezo, con sus flores rosadas y blancas, se adelantan en febrero a otros árboles frutales y llenan los campos de una belleza explosiva: belleza de manantial que desciende danzando monte abajo. Yo, Diario, que contemplo a Dios en cualquier atisbo de belleza, lo veo en el almendro y el cerezo en flor, como un encuentro de lo simplemente bello con la Belleza extrema, la Belleza de Dios. 

domingo, 21 de diciembre de 2025

21 de diciembre de 2025. Domingo.
SE VA ACERCANDO LA NAVIDAD

Ángeles cantores, en el Nacimineto. 
Casa Sacerdotal. Mucia.

-Como pasos de ola liviana en el mar, se va acercando la Navidad a nuestras vidas, recodándonos que somos creación redimida. Primero fuimos gracia, luego, por un desliz de Adán y Eva, pecado, y con la venida de Jesús, somos hijos de Dios. Criaturas nuevas. El profeta Isaías describe así la venida de Jesús: «He aquí que la virgen concebirá y dará a luz un hijo y le pondrá por nombre Emanuel, que significa Dios-con-nosotros». (7:14) Esta profecía se cumplió con el nacimiento de Jesús en Belén. Y poéticamente, sigue: «Un retoño brotará del tronco de Isaí, y un vástago de sus raíces dará fruto». (11:1) El fruto, Diario, somos nosotros, los liberados, los rescatados, los que vemos a Dios en la belleza de las cosas.

sábado, 20 de diciembre de 2025

20 de diciembre de 2025. Sábado.
SER ABRAZO

Belén, donde la sencillez y la humildad btillan.
Casa Sacerdotal. Murcia.

-Si digo Belén, la sencillez y la humildad me dan en la boca, haciendo alabanza al Dios que se hace hombre, para hacer al ser humano hijo de Dios. Si digo Belén, estoy diciendo “no hay posada”, cueva, noche, pastores, ángeles que cantan, María, José, soledad, Nacimiento. Belén queda abajo; la gloria del Señor está arriba, gloria que se derrama como bendición por toda la tierra. Se enciende una estrella en oriente: unos magos tratan de descifrar su significado. Con el tiempo, en la estrella ven el dedo de Dios que les señala el camino hacia Belén. Los ángeles cantan gloria en el cielo y paz en la tierra: la paz es Jesús, que en Belén, se hace Luz y risa de niño para las naciones; risa, Diario, que enternece y mueve los corazones a acercarse y –sin odios– ser amor y dejarse amar; es decir, ser abrazo. 

viernes, 19 de diciembre de 2025

19 de diciembre de 2025. Viernes.
EL DON DE DARSE, SONRIENDO

El don de darse, desde la humildad. Casa Sacerdotal, 
Murcia

-Qué hermoso este pensamiento, sacado de la carta segunda de San Pablo a los corintios. En la que él se ve como servidor de Dios y esclavo de aquellos a los que predica. «Yo estoy en medio de vosotros como el que sirve». Servir es, como hizo Jesús en la última cena, lavar los pies con las manos y el corazón del que lo necesita. Somos servidores de Dios y esclavos de los servidos. Servidor es el que se mancha las manos en el dolor del amigo, y le da una palabra de esperanza; es decir, el que se da sin condiciones. Decía san Agustín: «Con el amor al prójimo, el pobre es rico; sin el amor al prójimo, el rico es pobre». El apóstol es el que se da en cada momento, y con la alegría por haberse dado. Es, Diario, el don de darse, sonriendo

jueves, 18 de diciembre de 2025

18 de diciembre de 2025. Jueves.
PREPARO LAS MALETAS

El año nuevo 2026. Casa Sacerdoital, Murcia,

-Preparo las maletas, cargadas de proyectos e ilusiones, para pasar del año viejo –2025– al año nuevo –2026–. En una noche, lo viejo y lo nuevo se encontrarán, se darán un abrazo amistoso y cada uno seguirá su camino: lo viejo, como una pompa de jabón, se esfumará, y lo nuevo, bengala festiva, lucirá. Palomas en el cielo volarán y desearán felicidad al mundo por el año que empieza. «Sed felices –dirán–;» si así os parece»; este «si así os parece», es para los que se sienten libres, el grito de felicidad más perfecto y que mejor suena en los labios. Y es que, a veces, la felicidad que da un beso o un abrazo, puede ser más valiosa que la que pueda dar un millón de dólares o el premio recibido en una pelea de gallos. En las maletas que preparo, llevo mi felicitación más querida, la que dice: «Sed felices, si así os parece», y en la que, con la felicitación por el nuevo año –«si así os parece»–, deseo la libertad. Qué hermoso, Diario, ser libre y, en una felicitación, desearlo a los demás. Es lo que Dios quiere de mí, y así lo hago. 

miércoles, 17 de diciembre de 2025

17 de diciembre de 2025. Miércoles.
EL LENGUAJE DE LA LLUVIA

Lluvia tras los cristales, otoño. Casa Sacerdotal, Murcia

-«Cuando todo te falle, acude a la oración. Desde la humildad del corazón, suben tus palabras hasta el cielo», dijo el sabio. Y San Agustín,: «La oración es la respiración del alma». El alma vive y alienta por la oración, y con el alma, nuestra vida espiritual. Ayer hubo retiro en la Casa Sacerdotal, y, mientras rezábamos, daba la lluvia –el cielo– en los cristales de la Casa. Era un maravilloso intercambio: nosotros rezábamos y el cielo nos respondía con el lenguaje de la lluvia, que la tierra entiende y la hace belleza y vida suya. Aunque Dios no es la lluvia, Diario, yo lo veo en la lluvia, derramándose como bien, que alimenta a la tierra y la embellece. «Lluvia y rocío, bendecid al Señor».