16 de diciembre de 2025. Martes,
LA DESNUDEZ BRUMOSA DEL INVIERNO
LA DESNUDEZ BRUMOSA DEL INVIERNO
-Ha llovido; esta vez
con humildad de bendición, sin aspavientos, modestamente. Esta es lluvia que
absorbe la tierra y agradecen las raíces, que parecen dormir, pero viven,
aunque ateridas. En invierno, los árboles, en sus copas, palidecen; en sus
raíces, sin embargo, se mantienen atentos a las lluvias y los vientos, y al
poco calor del sol: en ellos sigue la vida, En el frío del invierno, el árbol,
en las raíces, recuerda la primavera, que lo llenará de flor y fruto, y en ese
recuerdo sobrevive. Yo, cuando aprieta el frío, pienso en los árboles floridos,
y me alivia de la desnudez brumosa del invierno. Eso sí, Dios que es bueno, no
deja de poner belleza en cada estación del año, también en invierno. En
invierno pone la nieve como adorno en los árboles y en las cumbres, y en la
lumbre del fogón. Tiempo, en el que yo digo con el poeta Leopoldo Panero: «Dime
quién eres, tú que andas sobre la nieve.» Y es que el tiempo, bueno o congelado,
también puede convertirse en oración.
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