25 de diciembre de 2023. Lunes.
DIOS SE AMOLDÓ A
NOSOTROS
Casa Sacerdotal. Murcia
NACIMIENTO
Y Dios se abrió y el ruido fue un crujido
sin ruido y alboroto, fue un estarse
quieto el lirio, el estanque; sin quebrarse,
la luz se hizo aspaviento florecido.
Y fue Niño en pañales lo nacido,
lo habido de María al deshojarse
su cintura trigal de madre y darse
seno de trigo para ser mordido.
María –trigo y beso y melodía
en la noche de paz del nacimiento–
arrobo ahora es tras el corpiño.
Déjame estar un poco en tu abadía,
ese interior del gozo y del portento,
donde tu hijo fue Dios y Dios, un Niño.
-Jesús nace en manos de la pobreza, y, desde su desvalimiento, se abre
al mundo, para llenarlo de paz y amor; es decir, para ponerle rostro de Dios,
que, con su mirada, da la luz. Todo sucedió «sin ruido ni alboroto, / fue un
estarse / quieto el lirio, el estanque; sin quebrase, / la Luz se hizo
aspaviento florecido». Con Jesús nacido en Belén se cambian los protocolos: lo
rico se colma de pobreza y lo pobre se hace corona distinguida, tesoro que
deslumbra. En el cielo te presentas de pobre y entras sin papeles; sin embargo,
te vistes de rico y te hacen vaciarte hasta los bolsillos y el corazón, sobre
todo el corazón donde anidan la vanidad y la afectación. Como dice San Agustín,
Dios se amoldó a nosotros, haciendo de la paja su gloria más radiante,
construyendo un templo en el corazón de los creyentes, un templo de humildad y
regalo, de atrayente sencillez.