16 de diciembre de 2023. Sábado.
CREDO DE LA
NAVIDAD
-En Molina de Segura, por los años 40, 50, 60…, se celebraban las
llamadas misas de gozo –nueve– que preparaban la Navidad. Eran misas distintas,
entrañables y festivas, en las que se mezclaban la devoción y la plegaria, la
oración en el altar y el villancico en el coro. Recogimiento en el altar y
alegría en el coro. Se oficiaban al amanecer para que pudieran asistir los trabajadores
de la huerta, la fábrica y otros oficios. A las voces de Juan Sandoval,
organista y tenor, la de su hermano Eduardo, voz extraordinaria de barítono, y
Andrés, bajo, y la de tiple de un monaguillo –alguna vez, un servidor– se unían Camilo con
el bajo o tuba, la pandereta y otros instrumentos de percusión, como el
triángulo o la zambomba. Y los villancicos sonaban a gloria, bajando desde el
coro al templo, y desde el templo los ángeles –me decía mi madre– los llevaban al
cielo, lugar donde Dios, complacido, escuchaba, y sonreía. Pues yo, Diario, recordando
aquellos tiempos, y con hermosa nostalgia, voy a dar comienzo a la publicación, durante nueve días, de
unos poemas que fui componiendo durante años en San Pedro del Pinatar, en San
Blas, en la Ribera de San Javier, y posteriormente en la Casa Sacerdotal,
Murcia, donde ahora voy dejando que corran los años –90 ya–, hasta el
día en que me duerma en el Señor, y allí escriba algún villancico, para que
se llueva desde el cielo y traiga la paz y el amor, y la armonía a la tierra. Amén.
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