30 de octubre de 2024. Miércoles.
VOLAR CON ALAS DE ÁGUILA
VOLAR CON ALAS DE ÁGUILA
-En mi cabeza, mientras
se va deteriorando el cuerpo –un dolor por allí, un mal paso con caída por aquí–,
las neuronas de mi cerebro ahí siguen, firmes, todavía con fuerza para soñar y
comunicar fonemas escritos e historias que contar. Las neuronas son las
mensajeras y las comunicadoras del organismo. Impulsos eléctricos que
embellecen y dictan y ordenan los quehaceres de la vida. Y pienso, que, mientras
las neuronas de mi cerebro estén activas, mi vejez no podrá conmigo: mi cabeza seguirá
venciendo a mi ancianidad. ¿Cómo? No permitiendo a la vejez que invada el
templo sagrado de mi mente, dejando a un lado mis dolencias y avatares y
centrándome en activar mi imaginación, llenándola de palabras e historias, que le
den agilidad y luz, distrayéndola de dolencias y postraciones del alma,
haciéndola levitar, volar con alas de águila, sin miedo a tropezar con una
nube, saliendo de ella con fe y amor, y esperanza. Dios siempre está al
otro lado de la verja agradecida de la vida. El sol, Diario, esta mañana, con su
espada de luz, ha amanecido radiante.