20 de noviembre de 2024. Miércoles.
HABLAR CADA DÍA DEL AMOR
HABLAR CADA DÍA DEL AMOR
-Es un deber hablar cada
día del amor. El amor nos salva, el desamor nos envilece y condena. Si miras
las cosas con amor, sublimas las cosas y tú, con las cosas, te ennobleces. El
Amor es el ser de Dios, su vida íntima y familiar, el que hace que sea tres personas
y un solo Dios. El Padre, que es Amor, engendra al Hijo, que es Amor
crucificado, entregado, y el resumen de ese Amor, es el Espíritu Santo, ardiente
Don de Dios, para los que le aman.
Decía san Juan de la Cruz, que el amor es un
querer entrañable, que transforma el alma. Es el amor del abuelo, del
voluntario, del misionero que da su vida por los leprosos o marginados, del que
vive de cara a la verdad y huye de la falacia y la mentira.
Louis Aragón,
poeta, y padre del surrealismo, escribió: «Nada para el hombre está por siempre adquirido.
Ni su fuerza, / ni su debilidad, ni su corazón. Y cuando cree abrir / sus
brazos, su sombra es la de una cruz». En la cruz, Diario, el Amor se da y se
hace redención, llave para la amistad y la cercanía; la cruz es la cara sufriente de la
ternura, y el beso afectivo.