26 de febrero de 2024. Lunes.
JESÚS CELESTE
JESÚS CELESTE
Templo de la Transfiguración, monte Tabor. Israel. |
-Ayer domingo, en la liturgia de la misa, se veía al Jesús celeste en el monte Tabor –relucía más que el sol–, y en el horizonte, al Jesús sufriente: en la cruz. En el evangelio de la misa se anuncia que la muerte de Jesús será gloriosa. Entre nubes –que cubren el misterio– se oye la voz del Padre: «Este es mi Hijo amado: escuchadle». Primero escucharle y luego aceptar la cruz, que será el camino hacia la Pascua, donde se realizarán todos nuestros sueños de vida y descanso. «Maestro –dice Pedro–, ¡qué bien se está aquí! Vamos a hacer tres chozas, una para ti, otra para Elías y otra para Moisés». Revelación de un futuro que todavía no ha llegado, pero que se hace presente y se vive ya en la esperanza que ilumina nuestros pasos. La transfiguración del Señor en el monte Tabor, sería, en los momentos difíciles, fuerza para los apóstoles, cuando todo fuera oscuridad en su entorno, hasta que llegara la resurrección. En ese punto, Diario, todo fue un aleluya que sonó desde la tumba vacía al cielo y allí se hizo sol que iluminó el mundo, y que, por la fe y la esperanza, sigue dando calor y consuelo a los mortales, hasta que vuelva de nuevo el Señor.