24 de marzo de 2024.
Domingo.
EL SILENCIO DE LA HUMILDAD
EL SILENCIO DE LA HUMILDAD
La palmera, ascendiendo como una oración. Murcia, |
-Después del bullicio de las palmas –¡Hosanna! ¡Bendito el que viene en nombre del Señor! –, se recupera el silencio de Dios. Dios es silencio, que habla al silencio de la humildad. Dios no entra en el griterío de la soberbia, sino que se deja sentir allí donde hay callada contemplación. Contemplar es ascender al interior de uno mismo y, desde allí, a la plenitud de Dios. Es encerrarse en uno mismo y, desde ese interior casi oscuro, buscar la verdad, como el que busca con candil. Jesús entra en Jerusalén, ciudad de paz, como Señor de paz, y nos brinda su paz, Diario, la paz que proporciona el sabernos hijos de Dios.