4 de marzo de 2024. Lunes.
DIOS, MÚSICA
DIOS, MÚSICA
-Un azul de sábado viste
la mañana. Es como si la Virgen Inmaculada, vestida de ternura, viniera a
visitarme. Hoy celebro que sea lunes, porque es día en el que Dios me regala
ser libre y poder decirle, si me lo permite, que lo amo. Ya lo he hecho y el
azul ha invadido mis labios, como si Picasso pasara su pincel, magistral y
distorsionador, por ellos. En alguno de sus cuadros no se ve la figura o el
paisaje que ha pintado: sólo se ve el pincel que lo ha hecho. Dios lo hizo todo
bien y Picasso hizo estas cosas pedazos: un ojo por aquí, media cara por allá, y
algún chafarrinón, que da esplendor a lo pintado, o así lo creía Picasso. Es un
modo de pintar el mundo, sin embargo, que a mí me gusta. Pero la verdad: me
gusta infinitamente más la obra de Dios. Dios crea y dibuja con perfiles
arrebatadores de belleza. Ejemplos: la flor del almendro, las gotas de lluvia
en una hoja de naranjo, una abeja libando polen de la flor de cactus, y el aroma del
silencio. Dios, pues, Diario, en el lunes, en el azul, en el viento, en mí, en mi
boca. Qué alegría: siento entre mis dientes una orquesta de oboes. ¡Ah, Dios,
música, piedad, sonrisa, amor: oboe!
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