21 de marzo de 2024. Jueves.
QUEDARSE EN BLANCO
QUEDARSE EN BLANCO
-Se trata de empezar. El
niño, cuando entre risas y los brazos extendidos, da su primer paso, es señal
de que dará los siguientes; se hará
persona mayor. Ante una página en blanco, o escribes la primera frase o te puede
el blanco: te vence. Y quedarse en blanco es estar en la nada, apagar la mente
de cualquier rasgo de lucidez, deslumbrar el pensamiento, hacerlo inservible. Decía
Seneca, el filósofo español, que el poder de la mente es invencible; si no se
queda en blanco, añado yo. Mi paso hacia la jubilación, se dio en el barrio del
Carmen, en la Ribera de San Javier, al quedarme un sábado, en la homilía, con
la mente en blanco. Y con la mente vacía, me quedé mirando al vacío. A mí que
no se me daba mal el predicar, Dios me habló dejándome sin palabras. Y, sin
palabras, no se puede anunciar el mensaje del evangelio. Y pedí, a los
82 años, Diario, mi jubilación, aunque seguí escribiendo. Es decir, llenando de
palabras –intentando la belleza–, páginas en blanco, me dan vida.
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