22. de marzo de 2024. Viernes.
LAS LÁGRIMAS DE LAS MADRES
LAS LÁGRIMAS DE LAS MADRES
-Morir en una guerra es
lo normal: una tragedia, pero normal; que nuera un niño, sin embargo, es una
aberración, un acto inmoral. Es matar la inocencia, sin ningún beneficio. Si en
una guerra, cada vez que muere un niño, se hiciera un minuto de silencio, una
pausa para el llanto, creo que las guerras durarían más, pero serían más
limpias, menos injustas. Con todo, como diría Ernest Hemingwuy –él que vivió
tantas guerras –en su obra Adiós a las
armas: «Nunca pienses que la guerra, no importa su necesidad o su
justificación, no es un crismen.» Toda guerra es un crimen, pero si mueren
niños es mucho más; como diría san Juan Pablo II: «Es una derrota para la
humanidad». Cuando muere un niño, no hay consuelo para las lágrimas de una
madre, y más, Diario, si es por la injusticia cruel, desgarradora, de una
guerra. Sequemos las lágrimas de las madres –del mundo– con el triunfo, sin el
olor espeso de la guerra, de la paz.
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