22 de octubre de 2024. Martes.
POR
MI ALMA, SUBIRÉ A DIOS
-Ya ha pasado el lunes,
en el que ha sucedido el milagro de una rosa nueva en el jardín. Ah, y una
mariposa blanca oasaba oscilante y temblorosa por mi balcón. Son cosas que
suceden todos los días, pero son tan livianas, tan cosas de cada día, que no
les prestamos atención. Todo pasa, como esas nubecillas, blancas y sutiles, que
ahora se deslizan por el cielo. Solo queda lo que en la noche, entre silencios
elocuentes y veraces, te dice, sin engaños, tu corazón y tu conciencia. Dice
san Agustín, que el objetivo último del comportamiento humano, el que da la
felicidad, es la sabiduría íntima que se encuentra en lo más profundo de
nosotros mismos, que nos muestra a Dios y que se revela a través de la
conciencia. Luego concluye: «Por mi alma, subiré a Dios». La conciencia, pues, Diario,
una buena guía de andar por la vida, camino de la Trascendencia.