3 de junio de 2025. Martes.
NUNCA MUEREN EN MI CORAZÓN
NUNCA MUEREN EN MI CORAZÓN
Sor Matilde, con alumnos del colegio Las Monjas. C/. Nueva. Molina de Segura. |
-Nunca pensé llegar a vivir este acontecimiento: llegar al 3 de junio y poder seguir dando gracias y escribiendo. «Dar gracias es un acto de humildad y grandeza», recuerdo que decía Sor Matilde, la monja que siempre llevo en mi memoria por haberme enseñado las primeras letras: la m con la a, ma, y repetida: mamá.
Al decirlas, se me llenaban los ojos de lucecitas que
parecían llanto, pero eran claridad y gozo. Y ahora, de un tiempo a esta parte,
cada día que pasa es una aleluya que añado a la alegría de la vida, por poder
celebrarla y contarla.
Noventa y un primaveras he vivido, y ahí sigo, escribiendo, con pájaros volando en mis dedos y en el ordenador. Antes fue la Olivetti 22, ahora es el Asus, con el que llevo ya en su compañía unos años, con él vivo y permanezco.
La Olivetti 22 la guardo como oro en funda, y el ordenador estará conmigo mientras aguante, la máquina y yo. Y es que, Diario, mis amigos nunca mueren en mi corazón, siempre laten, con una sonrisa en el recuerdo.
Noventa y un primaveras he vivido, y ahí sigo, escribiendo, con pájaros volando en mis dedos y en el ordenador. Antes fue la Olivetti 22, ahora es el Asus, con el que llevo ya en su compañía unos años, con él vivo y permanezco.
La Olivetti 22 la guardo como oro en funda, y el ordenador estará conmigo mientras aguante, la máquina y yo. Y es que, Diario, mis amigos nunca mueren en mi corazón, siempre laten, con una sonrisa en el recuerdo.
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