29 de octubre de 2025. Miércoles.
LA DESGRACIA DE LA SOBERBIA
LA DESGRACIA DE LA SOBERBIA
-Ayer abrió la luz y
contemplé el día, absorto, deslumbrado. Día azul, embellecido con unas
pinceladas de nubes blancas. Y de mi
boca salió una alabanza: «Gracias, oh Dios, por la luz», y di comienzo a mi
trabajo. Iluminada mi boca, comencé a escribir, y todo lo que escribía era
luminoso, como si masticara y gustara la belleza. Y recordé un pensamiento de
Confucio, el filósofo chino (551 a. C. 479 a. C.): «Cada cosa tiene su belleza,
pero no todos pueden verla». Como el pintor mira la paleta de los colores y elige
el que más conviene, yo lucharé por poder ver la belleza allí donde se encuentre.
Ha sido mi vocación, que desde siempre Dios me ha ido concediendo como
prudencia, para que no cayera en la desgracia de la soberbia. Entender y ver el
proceso bellísimo de la flor del almendro hasta llegar a ser fruto es algo
sublime, excelso, Diario, que todavía no entiendo. Seguiré intentándolo, y que me
asista la humildad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario