El Bosque Apócrifo

21 de noviembre de 2025. Viernes.
UN BESO AL UNIVERSO

Inentando besar el cielo, en Murcia, Casa Sacerdotal

-Inauguro el día con un beso al universo, donde algo más allá –pienso– se halla el Infinito. El beso es mi primera plegaria que hago en la mañana. Luego viene mover los labios y decir alabanzas, que convierto en oración. Recito salmos e himnos, con notas musicales del corazón. En el corazón habitan y suenan todas las músicas del alma, las afinadas y las rotas, las que desafinan en el concierto de la vida. Cuando rezo, escucho el rumor de la gracia, y constato –compruebo– que existe. La gracia de Dios es la fuerza que hace sentir su presencia en cada una de las acciones el día. Me fío de San Pablo cuando escribe: «Pero él me dijo: Mi gracia te basta, porque mi poder se perfecciona en la debilidad». Y aquí ando, Diario, dando besos al cielo, para que suban como incienso hasta el corazón de Dios y me los devuelva, como otra lluvia, hechos amor, y misericordia.