12 de enero de 2020. Domingo.
DÍA DE LUZ Y DE
AZULES
Luz y azules en el cielo. Murcia. F: FotVi |
-Miro el domingo y veo
que Dios (el Dios de la sabiduría y la misericordia) anda por su interior, como
el secreto de un libro, que se descubre si lo abres y lo lees. Si no abres el
domingo –como un libro– no puedes dar con su intimidad y leer –en su interior– cómo
Dios se manifiesta a través de las páginas del día. Leer el domingo y dar en él
con Dios, es mi devoción. Por otro lado, ha sido un día de luz y de azules; y frío,
pero confortable tras los cristales, tras los que leo. Leer tras los cristales
en invierno es un pequeño placer, que recomiendo a aquellos que vivan la
soledad como ejercicio (casi obligatorio) de su vejez. No es como la mirada de
un ser querido; pero, en cierta medida, lo compensa. Y leo, una vez más, a
Ortega y Gasset; y lo hago en su ensayo Del
imperio romano. Donde, comentando a Cicerón, dice: «Cuando el hombre cree
en algo, cuando algo le es incuestionable realidad se hace religioso de ello». Religioso: o atado a ello. Y añade: «Religio no viene, como suele decirse, de
religare…, sino de religiosus». Su adjetivo. Que significa:
«Escrupuloso»: o el que no se comporta a la ligera, sino cuidadosamente». Y advierte
el Diccionario de la Lengua que escrupuloso
es el que entra en la duda, en el recelo inquietante sobre si algo es bueno o
no desde un punto de vista moral, y ético, añado yo. En el domingo, pues, Diario, me doy
a la labor de consolidar aquello en lo que creo y por lo que creo: aquello en
lo que soy escrupuloso; o sea: Dios, mis principios y tantas otras cosas (18:47:42).