martes, 7 de enero de 2020

7 de enero de 2020. Martes.
PRINCIPIO DE ETERNIDAD

Nacimiento, visto por una niña. Murcia. F: Fotvi

-Ayer hablaba del amor como fuente de rejuvenecimiento. El amor es vida eterna en este, por otro lado, valle de lágrimas, y limitado. Amo a Dios y amo al libro, y al silencio; al silencio para poder contemplar a Dios y poder leer el libro. Amo a Dios sobre todas las cosas y al libro como ejercicio lector de mis vuelos y emociones. En Dios meto las utopías y en el libro aprendo lo cotidiano, lo que me roza con sus gracias e impertinencias. En Dios está la sabiduría y en el libro, la copia aproximada de esa ciencia o sagrada erudición, en la que me deleito. Amo a Dios y a la tierra donde nace el árbol, que, con el tiempo, será nido de pájaros y libro. Y en el que se enredará el viento, que hace hablar a las esquinas y a la roca; y a la lluvia, que será el origen del mar y sus abisales territorios donde vive la incertidumbre y el caos acuático. Y los espacios; amo los espacios celestes: al trueno y al relámpago, a la estrella y al meteorito, y a la última galaxia con su cohorte de Vías Lácteas y mundos incontables. Amo a la Luz, en la que Dios se expande, y amo su misericordia, y solo temo al odio, donde habita el mal. El amor, pues, Diario, libera y embellece, remediando así arrugas y años, y es principio de eternidad (18:24:26).

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