viernes, 1 de marzo de 2024

1 de marzo de 2024. Viernes.
ESCALERA DE LOS DÍAS Y LOS AÑOS

Escalera por la que se sube y se baja, Casa Sacerdotal, Murcia.

-El tiempo es la escalera de los días y los años. Por la escalera se asciende y se baja: hay un tiempo en que se sube, y otro en que se baja. Como por la escala de Jacob; por aquella escala se subía hasta Dios y se bajaba hasta lo que perece. Por esta: se baja hasta el abismo, sin salida, a veces, para el hombre Hace nada era enero; ahora, de pronto, finaliza febrero, el mes cojo y loco, y ya estamos en marzo. Y en medio, yo, y tú, y el otro, y el de más allá; menos mal que desde arriba mira el Dios misericordioso y compadecido. Aquí abajo todo es guerra real o sicológica. Aquí hay políticos, no pueblo. Los políticos son salvados; el pueblo, humillado, despreciado, al que se le ultraja. Yo estoy haciendo del tiempo, al modo de Jacob, Diario, una escalera que me lleve hasta Dios; tiene algún peldaño deteriorado, pero, con sacrifico, ilusión –y tal vez con poesía– trato de repararlo. Dios, pienso, me aguarda arriba de la escalera; cuando llegue, espero me diga: «Hola, hijo», y charlemos amigablemente.

jueves, 29 de febrero de 2024

29 de febrero de 2024. Jueves.
DÍA DE RETIRO

El silencio de la rosa, dando su aroma. Torre de la Horadada. 

-Un día de retiro es un día de silencio, que escucha. El silencio escucha. Ayer, en la Casa Sacerdotal, fue un día sin palabras en la que solo se escuchaba el Silencio de Dios, que, valiéndose de impulsos y contactos espirituales, conversaba con el alma interiormente. Mientras escuchas una meditación, si llega a tu interior, sabia y serena, y eleva tu alma, es que Dios está actuando en ti. Si acostumbras el oído a salir de los ruidos del mundo y a entrar en la calma y el sosiego del espíritu, los silencios hablan. En silencio, le he dicho al Señor que escuche mi oración, y en silencio, Diario, he quedado esperando. Dice Santa Teresa en Las Moradas: «En este templo de Dios, en esta morada suya, solo Él y el alma se gozan, con grandísimo silencio». 

miércoles, 28 de febrero de 2024

28 de febrero de 2024. Miércoles.
EL TIEMPO Y LA VIDA, ALGO LUMINOSO

El sol de invierno, con calor menguado. Muecia,

-Ayer, lloviznaba; nos alumbraba un sol acuoso, como si llevara humedad en sus botas de siete leguas, tanto corre. Calentaba, pero menos que unas manos de madre en la frente del hijo con fiebre. Unas nubes negras lo iban enfriando, como se enfría la plancha a su paso por la ropa recién lavada. Entretanto, se suceden los días: o el tiempo que Dios se toma para que el ser humano aprenda y entienda que es mejor la paz que la guerra, la luz que las tinieblas, el amor que el odio. Pero nada cambia: el ser humano prefiere sentirse bicho a ser mariposa, oscura sombra a ser libro o sol que alumbren, destrucción y rencor a cruz que redima y salve. Es revelador. Lo que dice el libro del Levítico: «Si camináis según mis preceptos y guardáis mis mandamientos, yo os enviaré las lluvias a sus tiempo, para que la tierra y el árbol del campo den sus frutos». El tiempo, y la vida, Diario, algo luminoso, que el ser humano aún no ha entendido: le falta la gracia de Dios, con la que el espíritu reverdece y da fruto de abundante santidad. 

martes, 27 de febrero de 2024

27 de febrero de 2024. Martes.
ESPEJO HUMILDE DE DIOS

Esperando a su pareja, como cada día. Murcia.

-Mientras llovizna en Murcia, una paloma espera en lo alto de una casuarina –ese árbol inmenso– a su pareja, que llega tarde: a una enamorada no se la hace esperar. Al no encontrar a su pareja, la paloma retrasada ha tomado la decisión –triste– de marcharse. Una de sus plumas, en un suave balanceo, ha caído al suelo, como una carta de amor tardía, pétalo de flor de almendro venido a tierra. Esta preciosa escena, me hace reflexionar. Me digo: Dios ama, también a las aves del cielo. Y recuerdo que en Mateo (6:26) Jesús dice: «Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros; y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros mucho más que ellas?» Un modo delicado y complacido de decirnos que Dios nos ama; si Dios se preocupa así por las aves, ¿qué no hará, Diario, por el ser humano al que hizo a imagen suya? Dios se recrea en su imagen: en el ser humano –espejo humilde de Dios–, que ama todo lo creado. 

lunes, 26 de febrero de 2024

26 de febrero de 2024. Lunes.
JESÚS CELESTE

Templo de la Transfiguración, monte Tabor. Israel.

-Ayer domingo, en la liturgia de la misa, se veía al Jesús celeste en el monte Tabor –relucía más que el sol–, y en el horizonte, al Jesús sufriente: en la cruz. En el evangelio de la misa se anuncia que la muerte de Jesús será gloriosa. Entre nubes –que cubren el misterio– se oye la voz del Padre: «Este es mi Hijo amado: escuchadle». Primero escucharle y luego aceptar la cruz, que será el camino hacia la Pascua, donde se realizarán todos nuestros sueños de vida y descanso. «Maestro –dice Pedro–, ¡qué bien se está aquí! Vamos a hacer tres chozas, una para ti, otra para Elías y otra para Moisés». Revelación de un futuro que todavía no ha llegado, pero que se hace presente y se vive ya en la esperanza que ilumina nuestros pasos. La transfiguración del Señor en el monte Tabor, sería, en los momentos difíciles, fuerza para los apóstoles, cuando todo fuera oscuridad en su entorno, hasta que llegara la resurrección. En ese punto, Diario, todo fue un aleluya que sonó desde la tumba vacía al cielo y allí se hizo sol que iluminó el mundo, y que, por la fe y la esperanza, sigue dando calor y consuelo a los mortales, hasta que vuelva de nuevo el Señor. 

domingo, 25 de febrero de 2024

25 de febrero de 2024. Domingo.                                                          
LAS COSAS PEQUEÑAS

Una humilde hoja nos habla de la grandeza de Dios. Torre de la Horadada

-Me gustan las cosas pequeñas, las que no llaman la atención: la humildad del silencio, la debilidad del pétalo de la flor. Amo el sol, pero de igual modo la pizca de luz de la luciérnaga en la noche. El sol ilumina el día; la luciérnaga, las noches sin luna ni cerillas. Amo la rosa; pero además amo la espina que precede a la rosa. Amo la discreción; pero también el soplo que da consistencia a la palabra y la hace hermosa sonoridad que nombra las cosas. Y es que todo está hecho de menudencias, como la gota de lluvia y el mar, la lágrima y el llanto, el decibelio y el sonido. Me asombra y enternece el hecho de encerrar todo el misterio de la cruz y la resurrección en una pequeña forma de harina de trigo, un poco de pan. «Este es el sacramento (el misterio) de la fe»: la Eucaristía: un bocado sublime. Todo nace del átomo, el bosón de Higgs –la partícula de Dios–, y el «Hágase» divino. Es decir, Diario, del «Hágase», al infinito: galaxias, estrellas, lo ilimitado, lo inabarcable. 

sábado, 24 de febrero de 2024

24 de febrero de 2024. Sábado.
UN ABRAZO FATAL

Abrazo de muerte, el f uego. Valencia. F: Prensa

-Cualquier muerte violenta es terrible; pero morir entre llamaradas de fuego, debe ser algo aterrador, indescriptible. En el fuego no se puede nadar como en el agua, ni agarrarse a cualquier tabla de salvación. El agua envuelve con un abrazo fatal, pero mientras se tenga la cabeza fuera de ese abrazo, se puede vivir. En el abrazo del fuego no hay lugar para la esperanza, atrapa y da muerte, quizá deje dar un grito, pero nada más. Tras el grito, solo se oye el trepidar del fuego, su palpitar violento. Por algo fue elegido por profetas y teólogos como símbolo del infierno: sus llamas aniquilan el soplo de Dios en el alma, lo más desolador del infierno, y es que el amor de Dios no está allí, ni su cruz, ni su redención, allí solo arde el mal que ahoga. Del incendio de Valencia cada vez se reciben peores noticias: 9 muertos, entre los que se encuentran 4 niños, entre ellos, 2 bebés, resalta la prensa. Con la mano puesta en el crucifijo, Diario, rezo por ellos y me limpio una lagrima, que precede al llanto. 

viernes, 23 de febrero de 2024

23 de febrero de 2024. Viernes.
TRACTORADA

Desde su pequeñez, alabando a Dios. Salinas de San Padro. Murcia

-Tractorada. Ayer sucedió en toda España. Esos monstruos de carrocerías alzadas como púlpitos y ruedas como norias rodantes –los tractores– invadieron Madrid y otras capitales de provincia. Lloraban la muerte del campo, su agonía sin remedio. En Murcia, repartieron limones, y en otras ciudades sencillamente arrojaron los productos a la calzada. Como un acto desesperado de rebeldía. Un tractor en una carretera es un obstáculo, cientos de tractores son una pesadilla: como un avance de tanques en cualquier guerra, sólo que ésta es una guerra culta, pacífica, sin fuego que destruya. Al hecho de no llover, se les unen unas leyes europeas devastadoras –juntamente con una competencia feroz– que están matando la agricultura en España y en Europa. Tanto ecologismo desnortado, populista, salvaje, trae estas consecuencias, este aviso de muerte de la que la tractorada se hacía eco. Yo rezo todos los días, pidiendo la lluvia, lo que no puedo es cambiar el corazón corrompido y agnóstico de tantos dirigentes egoístas e incrédulos que desgobiernan el mundo y lo están destrozando. Con las gentes del campo, Diario, yo también lloro la muerte del agro, de la tierra, ese don precioso que Dios nos dejó para cuidarlo y hacerlo belleza, perfección, sustento: vida. 

jueves, 22 de febrero de 2024

22 de febrero de 2024. Jueves.
DIOS ESTÁ EN EL GRIS

El sol oscurecido, en la humildad del gris. Murcia.

-Ayer, un día hermosamente gris; el sol paseaba su egregia figura por encima de las nubes, que habían borrado las sombras que el astro rey hace bajo los árboles y tras los edificios de la ciudad. El sol, aunque dando claridad, se escondía vistiéndose de humildad. Jesús está en el sol que no se ve y en la nube que lo tapa, en los ojos del niño  que mira todo asombrado y en el alimento que fluye del pecho de la madre, y en el vacío, llenándolo todo. Dios está en el gris, como en el agua y el aire, como en el corazón puro y en las manos del alfarero, que trasforma el barro en geometría, en arte. Más tarde salió el sol e hicieron las paces la sombra y la luz, y se hizo la pintura, que, en Caravaggio y Velázquez, fueron pinceladas divinas, bellos claroscuros. La vida es así, Diario, luz y sombra, gracia y abismo, Dios y oscuridad: infierno lo llaman los teólogos: o pérdida de Dios, sin paliativos. 

miércoles, 21 de febrero de 2024

21 de febrero de 2024. Miércoles.
UN PROFETA ACTUAL

El cielo, poesía de Dios. Murcia.

-Isaías, con un lenguaje balsámico, consolador, se presenta como un profeta actual. Emplea un lenguaje que siempre es nuevo, como recién estrenado, pero eterno. Usa imágenes hermosas, metáforas deslumbrantes, poesía arrebatadora. Escribe: «Como bajan la lluvia y la nieve del cielo y no vuelven allá, sino después de empapar la tierra, de fecundarla y hacerla germinar…, así será mi palabra que sale de mi boca: no volverá a mí vacía, sino que hará mi voluntad y cumplirá mi encargo». Nos invita a creer firmemente en la fuerza salvadora de la palabra de Dios. Es decir, la palabra de Dios señala caminos, ayuda, esclarece, salva. Por el poder de esta palabra se realiza la Eucaristía: en la que el pan y el vino se transforman «en sacramento de salvación». La palabra de Dios, Diario, es eficaz, trasformadora, viva, y capaz de dar frutos: frutos que son vida eterna

martes, 20 de febrero de 2024

20 de febrero de 2024. Martes.
ANOMALÍA DEMOCRÁTICA

Ruinas de Pompeya, lo que fuera gloria y esplendor. Italia.

-Yo que, en política, paso como el sol por el cristal, sin romperlo ni mancharlo, me alegro, sin embargo, por el derrumbe del sanchismo en Galicia. No me refiero al PSOE, sino al de al lado, al sanchismo, esa anomalía democrática en la que un solo señor– mediocre,  por demás– mueve todos los hilos de ese tinglado en el que se ha convertido el partido de los cristobitas o muñecos de guiñol, que hacen y dicen lo que al señor de la maraña le conviene. Hoy, el gobierno de España, no tiene más que un problema: que su presidente no deje el colchón que se agenció para dormir en la Moncloa. Un colchón de plumas de camelo que, de mentira en mentira, se va deteriorando. Quien carece de moral, ética, compromiso, y se aferra a la marrullería, tiene esto: hay un día en el que la suerte o el buen fario –la mentira nunca dura eternamente– le abandonan y cae en el vacío, como el globo que es pinchado, como el águila que es herida en un ala. El derrumbe, la ruina para el digno y centenario PSOE se ve venir, se anuncia dramáticamente. Lo siento por mis amigos que aún quedan en la barca. Yo, entretanto, pido a Dios que los políticos sean más sencillos de corazón y menos ególatras, y que no haya amnistía para los que destrozan conciencias y favorecen monstruosidades, y santifican la mentira.

lunes, 19 de febrero de 2024

19 de febrero de 2024. Lunes.                
AMO A DIOS, CON TEMOR

Mirándonos, sin miedo. Torre d ela Horadada.

-Yo amo a Dios con temor: el temor de poderlo perder. Siempre ando en ese doble filo del amor. Tengo amor, ¿pero y si lo pierdo? Sirvo a Dios, ¿pero y si en realidad con mis actos me estoy sirviendo a mí mismo? ¿O tener el servicio a Dios como tapadera de mi propio servicio? ¿Doy una limosna por amor al prójimo –Dios se halla al fondo– o solo por amor a mí, que doy la limosna por parecer bueno y así tener asegurado el reino de los cielos? Solo que de inmediato reacciono y digo: «Si tengo miedo de perder a Dios, es que lo amo». Y me consuelo. Entre el temor y el amor a Dios, a final siempre queda el amor, reverdecido y vigilante, ennoblecido. El mismo Jesús, en el monte Sinaí, antes del prendimiento, siente temor. Cuenta Lucas en su evangelio que Jesús «estaba en tal agonía de espíritu –miedo– y su sudor caía a tierra como grandes gotas de sangre». Pero fortalecido, se levantó y se dispuso a vivir la pasión, se entregó a la cruz por amor. A veces, el temor a Dios. Diario, es remedio contra la vanidad por la fe, que es un don. 

domingo, 18 de febrero de 2024

18 de febrero de 2024. Domingo.
DIGO “AMÉN”

En su esplendor, el geranio de sí. Torre d ela Horadada. 

-Cuando pido algo y Dios me lo concede, digo “amén”; también si me lo niega, digo amén: hace tiempo que, sin alterarme, a todo lo que sucede en mi vida digo “amén”, me libera decirlo, no me agría la vida, como el que muerde una aceituna amarga, salto de la petición al agradecimiento, y vivo en conformidad con mi existencia. Decir “amén" es incorporarse al “Sí” de María, y dejar que Dios vaya señalándome caminos e insinuando horizontes a los que llegar. Si llego: “amén”; si me quedo en el camino: “amén”. Sé que, en este desierto en el que entro en cuaresma, la gracia de Dios no me faltará; y con mi colaboración dará fruto: “amén”; si no, también “amén”, y a seguir confiando. El salmo de este primer domingo de cuaresma, suplica: «Señor, enséñame tus caminos,  / instrúyeme en tus sendas, / hazme que camine con lealtad,  / enséñame». Pido a Dios, Diario, que me enseñe a caminar en su voluntad, porque él enseña su camino a los que ama. Señor, aquí tienes mi “amén”: mi Sí.

sábado, 17 de febrero de 2024

17 de febrero de 2024. Sábado.
TOCO LA LUZ DEL SOL  

Toco el sol, para que me ilumine. Murcia.
       
-Toco la luz del sol, como se toca una hormiga, con delicadeza de seda y sin herirla, como se toca la forma consagrada. Toco la luz del sol con el aire, en el que se refleja, y en el que se expande. El aire y la luz del sol son tesoros que no valoramos: se dan gratis. Gratis se da una limosna al pobre y, sin embargo, va cargada de amor y respeto, de ternura, de piedad. Siendo tan valiosa, peso la luz del sol y no pesa; sin embargo, peso una moneda de cobre, sin ningún valor ni material ni espiritual, y pesa lo que el metal que contiene. Podemos prescindir de la moneda, pero nunca de la luz del sol. Toco la luz del sol, Diario, para amarla y vivir de su energía y esplendor, para tocar la claridad y ser con ella luz, abrazo universal, irradiando.

viernes, 16 de febrero de 2024

16 de febrero de 2024. Viernes.
365 NOMBRES DE CRISTO

Nombre de Jesús, Lámpara. Santa Sofía. Estambul.

-Decía Groucho Marx, con su humor vivaz y sorpresivito, delirante, que encontraba la televisión muy ilustrativa. «Cada vez que alguien la enciende –comentaba–, me retiro a otra habitación y leo un libro». Aparte de hacer reír sin estridencia, sólo una sonrisa liberadora, hacía mención a algo que ilustra y es formativo. Y distrae, y, a veces, conmueve. Lo que lees no lo ves, pero lo imaginas, y puedes enriquecer la página en la que ojeas. El autor sólo da la señal de salida, y el que lee es el que hace la carrera; el que lee reviste a los personajes, pone voz a los diálogos, y encuentra solución –quizá equivocada, pero solución– a los problemas que plantea. Estoy leyendo 365 nombres de Cristo: tantos, dice el autor, porque ninguno es suficiente para nombrar a Jesús, nuestro Salvador. Lo que consiguen tantos nombres, es ir revelando «diferentes matices» del personaje del que estamos hablando. Jesús es Inefable, Mesías, Vergel, Niño, Amén, Voz, Pan, Palabra, y tantos otros, que nos dan, como dice, Fray Luis de León, Diario, una idea aproximada de lo que es Cristo. «Dios se ha visto obligado a manifestarnos la grandeza de su Hijo poco a poco, como por piezas». 

jueves, 15 de febrero de 2024

15 de febrero de 2024. Jueves.
NOS RECUERDA NUESTRA FRAGILIDAD

Recuerdo de lo que somos, ceniza. F. Prensa

-Las cenizas son los restos de un incendio. Ayer, estos restos grises, formando una cruz, se depositaron en nuestra frente. De este modo nos recordarán durante la Cuaresma que somos ceniza y que en ceniza nos hemos convertir. Ser ceniza con un soplo inspirador del Espíritu de Dios es la obra más maravillosa que ha podido concebir y crear Dios. Sé que soy ceniza, pero –por el soplo de Dios– «ceniza enamorada». Por este destello del soplo de Dios en mí –su aliento– soy persona, e hijo de Dios. Allá a lo lejos se vislumbra el hecho más esperanzador del cristianismo: la Resurrección del Señor. El papa Francisco dice que la ceniza que se impone el primer miércoles de cuaresma, «nos recuerda nuestra fragilidad, pero además la misericordia infinita de Dios»; y el papa Benedicto XVI nos indica que «en la ceniza hallamos humildad, y en la humildad la verdadera grandeza», la que nos lleva a Dios. La fragilidad de la condición humana y la humildad, Diario, atraen la ternura de Dios, su mirada de Padre que da la mano y saca del fango, y abraza al falto de amor, para que vuelva así a la casa paterna.

miércoles, 14 de febrero de 2024

  

14 de febrero de 2024. Miércoles.
LA ANCIANIDAD OLVIDADA

El papa Francisco con la ancianidad. Roma. F: Prensa.

-Estremecedora noticia: Un hombre muere en su casa de un accidente y su madre, inválida, octogenaria, fallece días después de hambre y sed. Es el “tengo sed” de Jesús en la cruz. Todo dolor humano es reflejo de la pasión de Cristo. A Él le dieron a beber vinagre, y la muerte; a esta pobre madre, soledad y muerte. Hay políticos a los que les pesa la vejez, y le dan como medicina la eutanasia, y en todo caso la soledad, con la que aceleran su muerte. Qué sociedad la nuestra: protege con todo mimo a los animales –que no está mal–, y destruye sin compasión al ser humano, que ha perdido la cualidad de productor, y que debiera descansar en la ancianidad de los estándares de laboriosidad. En este siglo, la vejez está condenada a no existir. Cuando debiera ser, como dice Pitágoras, la bella recompensa de una bella vida. Así debiera ser, pero, en este siglo, no lo es. La ancianidad, salvo excepciones, Diario, es constantemente avasallada, sometida, y lo más grave, olvidada. Miércoles de ceniza: nos recuerda que somos polvo y en polvo nos convertiremos. Reflexión y conversión. 

martes, 13 de febrero de 2024

13 de febrero de 2024. Martes.
CANTAR LA PRESENCIA DE DIOS

Así amanecía ayer: esta belleza. Murcia.

-Ayer lloviznaba un poco antes del alba, y, al llegar el día, se retiraron las nubes y apreció el sol, dando calor a los animales de sangre fría. Como cuando se abre un telón en el teatro, con el sol el mundo empezó a moverse: volvieron a sus actividades el ser humano y las máquinas, volaron las palomas, la hormiga siguió trabajando, y la flor, dando su color y su aroma. Ante tanta belleza, miré al cielo y di gracias y me bañé de sol, como un antes en la ducha de agua, la que, si Dios no lo remedia, faltará. El sábado iniciaba laudes con ese himno: «Gracias, Señor, por la aurora; / gracias por el nuevo día…» Y, como la hormiga o la rosa, Diario, me puse a hacer mi trabajo: cantar la presencia de Dios entre nosotros, como un fiel amigo que nos bendice a cada instante, y, si lo dejamos, nos acompaña en nuestro peregrinar por la vida, sin molestarnos, sólo estando. 

lunes, 12 de febrero de 2024

12 de febrero de 2024. Lunes.
EL PURITANO NI VIVE NI DEJA VIVIR

El león del puritanismo, que asusta. Isla de Kórcula. Croacia

-Siempre pido al Señor fe y poder servir, sin aspavientos y desde la sencillez de quien se siente necesitado de que pidan por él. (Pide por mí, amigo, y así harás que me acerque más a Dios y al prójimo). En las religiones siempre ha habido “puritanos”; es decir, gentes que intentan recuperar la pureza original. El Papa Francisco los llama fundamentalistas; yo los llamo “talibanes”. Llegan al extremo de menospreciar a los otros por ser peores, por ser menos devotos. Libres. Y ocurre que de este modo «se ha ido abandonando la pureza original para caer en una crispación moralista y doctrinaria». (Eucaristía). El periodista norteamericano H. L. Mencken definió el puritanismo como «el miedo inquietante a que alguien, en alguna parte, pueda ser feliz». El puritano ni vive ni deja vivir. Son aquellos aguafiestas que aburren la existencia de otros con sus actitudes y palabras carentes de gracia. Los puritanismos han llevado a la iglesia a herejías y divisiones infames y contradictorias, han herido el espíritu evangélico. El puritano, Diario, no entiende al mandamiento del amor de Jesús: «Amaos los unos a los otros, como yo os he amado»; es decir, el mandamiento nuevo: el mandamiento que, como dice la carta 1ª de san Pablo a los Corintios, recapitula todas las cosas en Cristo y las hace Luz y Camino, y Vida. 

domingo, 11 de febrero de 2024

11 de febrero de 2024. Domingo.
SE HA REGADO MI GERANIO

Atardecer en Murcia, con la torre como vigía. Murcia

-Lluvia sencilla, como un bautismo, como una aspersión: moderada y amable. Se ha regado mi geranio. Esta mañana, lo he visto sonreír. (¿Rezarán las plantas?) A la tela de araña en el jardín, la lluvia le ha colgado unas gotas de agua en su maravillosa geometría, gotas que la hacen más bella, más deslumbrante. Tras la lluvia, todo aparece un poco más reluciente, con destellos vivos, afanosos. Y Dios en mi boca, como una aparición. Le doy gracias; pero sigo pidiéndole que llueva un poco más. Dios siempre anda por mi boca, como comida que masticar. Los campos arados son la oración de la tierra que, con el sudor del campesino, sube al cielo. Ahora, en la vejez, leo a Rabindranath Tagore, poeta hindú, que decía: «Las nubes vienen flotando hacia mi vida, no para traer la lluvia o acompañar la tormenta, sino para dar color a mi puesta de sol». La ancianidad es el ocaso de la vida, en la que, si dejas que todo sea milagroso en ti, Diario, aun las nubes darán color y grandeza a ese esconderse de tu vida en el Misterio. Contemplar una puesta de sol, con nubes, en Murcia, y la catedral como transparencia, es sublime, difícil de olvidar.