27 de febrero de 2024. Martes.
ESPEJO HUMILDE DE DIOS
ESPEJO HUMILDE DE DIOS
-Mientras llovizna en
Murcia, una paloma espera en lo alto de una casuarina –ese árbol inmenso– a su
pareja, que llega tarde: a una enamorada no se la hace esperar. Al no encontrar
a su pareja, la paloma retrasada ha tomado la decisión –triste– de marcharse.
Una de sus plumas, en un suave balanceo, ha caído al suelo, como una carta de
amor tardía, pétalo de flor de almendro venido a tierra. Esta preciosa escena, me hace reflexionar. Me
digo: Dios ama, también a las aves del cielo. Y recuerdo que en Mateo (6:26)
Jesús dice: «Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen
en graneros; y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros mucho
más que ellas?» Un modo delicado y complacido de decirnos que Dios nos ama; si
Dios se preocupa así por las aves, ¿qué no hará, Diario, por el ser humano al que
hizo a imagen suya? Dios se recrea en su imagen: en el ser humano –espejo
humilde de Dios–, que ama todo lo creado.
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