18 de julio de 2015. Sábado.
EL
CORRALITO
Lo que fue yes, la Magna Grecia. Paestum. Italia. 1970. F: FotVi |
-Grecia empieza a ser un corralito acorralado, por los acreedores. Los
acreedores son las almas benditas que prestan con una mano y recogen con las
dos. Porque el dinero, como el agua, siempre vuelve al mismo mar, al mar de la
abundancia. Antiguamente, se daba el usurero, hoy se da el acreedor, que es,
además, un pájaro de cuenta, anónimo. Otra especie, de pájaro. Nadie sabe dónde
está el acreedor, que por lo visto vive en las tinieblas lujosas del cajero
automático del banco. En el corralito te dan de lo tuyo, pero a cuenta gotas, para
que no te mueras de golpe y sigas laborando y abultando así la bolsa del
acreedor. Aunque dicen (¡qué cosas!) que el acreedor soy yo; yo que pago mis
impuestos y que no sé de qué cajero automático se extraen. ¿Yo acreedor? ¿De
qué? ¿De quién? Dice el poeta en un salmo (el 84): «La fidelidad brota de la
tierra, / la justicia mira desde el cielo». Dios, ¿dónde andas? Que tu justicia
llueva la tierra y sin cajeros de corralito que nos la den, con alma de
usurero, gota a gota. Que al fin, sigue el poeta: «tu justicia y la paz se
besen…; / y nuestra tierra dé su fruto». Es, Diario, mi oración desesperada, y
furiosa (si es que vale la furia en la oración), de cada día (11:13:36).
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