1 de enero de 2016. Viernes.
DESCONCIERTO
Nevada báltica, en Pärnu. Estonia. F: FotVi |
-Un año sin invierno, es
un año mutilado, vestido de despojos veraniegos, sin la desnudez de vidriera
del témpano de hielo. Huyen el frío y la nieve y se aflige el lobo, y lloran
los trigales. Un invierno sin frío y sin nieve es como un libro sin palabras, no
sabe a libro, más bien sepa a campo baldío. Año de nieves, año de bienes,
decimos; quizá por eso nos va tan mal política y socialmente, y en las
estaciones de esquí; sin la liturgia de la nieve y el frío, el año se hace alegato
contra la meteorología y contra el refranero. Estamos en tiempos de desconcierto.
Dios no habita en nuestro mundo, lo han echado, y lo suplen ciertos sicarios
que dicen actuar en su nombre. Hay armas de guerra y quienes las venden, y quienes
las usan. La pescadilla del terror se muerde la cola. Armas, venta de armas, y
genocidio. Ya lo advirtió Albert Camus: «La tiranía totalitaria no se construye
sobre las virtudes de los totalitarios, sino sobre las carencias de los demócratas».
Leo en la prensa que la justicia se basa en la igualdad; mejor, en la equidad, diría
yo. Espero el frío y la nieve, Diario, para que no todo sea helarse por las
acciones, tantas veces perversas, del ser humano (21:12:51).
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