19 de julio de 2016. Martes.
EL SILBIDO
Tormenta, en Salinas de San Pedro del Pinatar. F: FotVi |
-Es tiempo de abucheos, de broncas. El abucheo es una
salida sonora para el mal humor o la euforia desmedida. Ahora se usa el silbido
para todo: hasta para celebrar el buen hacer de un tenor en un concierto de bel
canto o el fiasco de un mal cantante en un concierto de rock. Mientras se dice
¡bravo! o ¡fuera!, se silba, como energúmenos arrebatados, o como cerriles
irredentos. El silbido habla, pero sin mesura. El silbido es soflama, discurso
agrio, alabanza desbocada. Hay quien sólo se pronuncia silbando, como los
antiguos trenes de mercancías. Oías el silbido y se veía a lo lejos la fumarola
de la máquina de vapor, que echaba chispas. Chispas y sofocos, como un animal que
tirara del convoy con un cansancio infinito. En Niza han abucheado a Manuel Valls
en el minuto de silencio por las víctimas del atentado del jueves. ¿Lo estaban condenando
o celebrando? Aunque yo deduzco que, por ser político, si le silbaban era por
algo censurable, era como tirarle los trastos a la cabeza, para rompérsela. Con
el político, Diario, no se tiene piedad, siempre que se tira, se tira a dar (19:29:29).
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