jueves, 15 de diciembre de 2016

15 de diciembre de 2016. Jueves.
AMOROSO LANCE

Dándose caza, en la Catedral de Colonia. Alemania. F: FotVi

-San Juan de la Cruz, o el poeta que tanteaba en la noche para, desde la fe, desde el desolado y sin embargo lluvioso desierto de la fe, vislumbrar, o entrever, a Dios. Dando tumbos entre la gracia y la aridez, y amando, San Juan de la Cruz -ayer fue su día- se engarzaba, se alojaba en el Todo, o en lo que solemos llamar Amor o Dios, o el Esposo buscado por el Alma. El místico vive en el cuerpo -entre pucheros, Santa Teresa-, pero con el alma en vuelos de búsqueda, en éxtasis liberadores. Se escapa el alma, mientras el cuerpo se resiste a la huida: el alma es ligera y el cuerpo es pesado, como el ala y el pájaro, como su vuelo y su tener que volver a tierra a picotear alpiste. Aunque ambos, ala y cuerpo, al fin, se dan la mano, se concilian, hay boda, hay vuelo. «Tras un amoroso lance, / y no de esperanza falto, / volé tan alto, tan alto, / que le di a la caza alcance», escribe San Juan. Un lance de amor divino, y un vuelo con alas de esperanza, le hacen volar tan alto, que acaba por dar a la caza alcance. Dios arriba -el Esposo-, y, desde abajo, en vuelo espiritual, sin límites, el feliz cazador da a la caza alcance. Cazar al Dios que salva, Diario, que buena caza ha sido (18:42:17).

No hay comentarios:

Publicar un comentario