sábado, 8 de diciembre de 2018

8 de diciembre de 2018. Sábado.
SÁBADO DE TODOS LOS AZULES

Palabras azules, en el jardín. Torre de la Horadada. F: FotVi

-Abre el día y me doy con un sábado doblemente mariano, por ser sábado y por ser la fiesta de la Inmaculada Concepción de María. Sábado doblemente azul. Hoy, pues, me sumerjo en el azul. En la sabiduría, en la verdad, en la eternidad del azul. El cielo está azul y las palabras me salen azules; es decir, me salen generosas, frescor, paz. Los silencios también me salen azules, como el mar o su alborotado oleaje, aunque revestido éste del blanco cendal de la espuma. Cendal que lo dulcifica. Y la pureza que, en María, también es azul, como sus manos y su mirada, que, si te tocan o te miran, no te hacen daño. La mirada de una madre nunca es nociva, al contrario, como la saliva, es balsámica, alivia los dolores, cura las heridas. Yo, en este sábado de todos los azules, y con el temblor en la voz del Ángel Gabriel, me dirijo a ti, María, y te digo: «Alégrate, llena de gracia, que el Señor está contigo». Y, porque se ha posado en tu humildad, ahí sigue haciendo maravillas. En este sábado de todos los azules, yo celebro el azul de María, en el que Dios se complace y habita, y nos habita (18:38:28).

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