7 de junio de 2019. Viernes.
EL CASTILLO DE LA
FELICIDAD
Bailando la alegría, en Murcia. Belén del Obispado. F. FotVi |
-Si yo canto, canta el día; si yo me lamento, llora
el día. Es el salmo que siempre recito al abrir los ojos, tras el sueño, y que acabo
cantando. ¿Para qué emborronar el día con una mirada triste?, me digo. ¿Para
qué poblarlo todo de pájaros oscuros? Y entonces ocurre que, pensando en que
puedo hacer feliz la vida de los otros, río, y miro al frente como si fuera a
conquistar el castillo de la felicidad. Aunque haya cosas que me entristezcan,
como el silencio de Dios, a veces, o la verborrea de los mortales, siempre. Sobre
todo en las tertulias políticas o de fútbol. ¡Qué cansancio, qué hartazgo! Entonces
pienso en los hermosos silencios de Dios, tan concisos y, sin embargo, tan
elocuentes. En el interior de uno, Diario, Dios habla silabeando silencios, callando
palabras, que, con la experiencia, se llegan a descifrar, y no molestan, tan de
brisa son (18:00:00).
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