30 de octubre de 2023. Lunes.
CON SED, AÚN, EN LA CRUZ
CON SED, AÚN, EN LA CRUZ
-El ser humano, templo de Dios. Dice J. Gomis, periodista y novelista, que
si el amor a Dios se separa del amor al ser humano, ese amor es comedia, trampa,
estafa. Dios siempre está presente en la humanidad, en su dolor y en sus
alegrías, en el que pierde y en el que triunfa, y en los ojos del niño que mira
asombrado cómo los hombres se destruyen, y sin embargo ríen, muestras los
domina el odio. Como lo está en la rosa o en una nota musical. Dios está en las
llagas del hombre, en su propio despojo, en sus manos con frío o sus pies
descalzos: es la cruz perenne en la que Cristo se ofrece al mundo, como
destellos de su amor. Decía Christian Duquoc, teólogo de la Orden de los Predicadores,
que los hombres piadosos del mundo condenaron a Cristo, no porque negara el
primer mandamiento, amar a Dios sobre todas las cosas, sino por el modo cómo lo
cumplía: ¡al servicio del hombre! El primer mandamiento tiene que cumplirse en
el segundo: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. De lo contrario, el amor a
Dios, Diario, quedará inconcluso, mutilado, necesitado de ser completado, con sed,
aún, de Cristo en la cruz.