7 de enero de 2024,
Domingo.
SIN OTRO REGALO QUE EL DE LOS BRAZOS DE SU MADRE
SIN OTRO REGALO QUE EL DE LOS BRAZOS DE SU MADRE
La belleza de lo sencillo, tan humilde. Selinas de San Pedro, Murcia |
-Si digo rey y pienso en establo de ovejas, parecen ser dos palabras que no concuerdan. Es como si dijera río y a continuación desierto, el río hace bosques, y el desierto los destruye. Si digo amor, enseguida me vienen a la mente abrazos, besos, latidos distintos, todo hermoso y coherente. Y es que el Dios que nace en Belén no viene a hacer carrera en este mundo, sino que viene a ofrecernos un mundo mejor: un mundo de paz, donde no quepa la lucha, un mundo donde la fraternidad sea el arma de la convivencia. Santa Teresa de Calcuta nos dejaba este bello e integrador mensaje: «Es Navidad cada vez que permites al Señor renacer en ti para darlo a los demás». Esta Navidad no requiere reyes ricos en coronas de oro o grandes palacios, sino un rey humilde que nazca en la precariedad y desde un corazón generoso, se dé a los demás. Esta idea de rey, sí se ajusta a la idea del Rey que nace en una cueva de pastores, sin otro regalo que el de los brazos de su madre y el silencio de su padre, que, absorto, contempla el delicado pasar ante sus ojos de la grandeza del misterio, en el que Dios, Diario, se da sin pedir nada a cambio, sólo pide que lo dejes entrar en ti.