6 de julio de 2016. Miércoles.
ENIGMAS
Una pregunta, en el espacio. F: NASA |
-Hay enigmas. Todavía hay enigmas, y muchos. Los hay
en la tierra y en el espacio. Tantos en la tierra como en el espacio. O más en
la tierra que en el espacio. Por lo que como decía Einstein: «No hay que dejar
de hacerse preguntas». Hacerse preguntas, como niños que estuvieran siempre aprendiendo,
y sorprendiéndose. El vuelo de la nave Juno desde la tierra al cielo de Júpiter
es una pregunta. Antes fue la mente humana la que se lanzó a los espacios a
tratar de ver y preguntarse, y darse respuestas. Con un pequeño telescopio,
Galileo intento darse respuestas, y las logró apenas. Descubrió las cuatros más
importantes lunas de Júpiter, y, así, se introdujo en el mundo de las maravillas.
Ahora ha sido la nave Juno la que ha tomado el relevo, y se ha instalado a
5.000 kilómetros de distancia de Júpiter para tratar de observar y poder
asombrarse, preguntar y poder hallar así alguna respuesta digna de la ciencia. Ahí,
cerca de Júpiter, con Juno observando, tenemos unos ojos que miran, unos oídos
que escuchan, una mente (electrónica) que gravará las cosas que ocurran en el
planeta. Observará y contará, y nos dirá qué mundo tan fantástico o tan caótico
o tan doloroso es ese planeta. Cualquier cosa que nos diga, nos llenará de fascinación,
y nos invitará a hacer más preguntas. Así es el ser humano, alguien que hace
preguntas y obtiene respuestas que le invitan a hacer más preguntas. Vivimos en
el filo sin fin de una interrogación, sobrevolando siempre lo infinito, sin
poderlo tocar ni abarcar. Vivimos, Diario, dentro de una interrogación, a la
que nunca podremos satisfacer, dándole respuestas claras y definitivas. Lo
infinito nos envuelve (20:02:16).