6 de junio de 2016. Lunes.
HASTÍO
Desgana de hoja, en el jardín. F: FotVi |
-Ante lo que se nos avecina, se habla de hastío, como
un bostezo supremo de impotencia urbana y social. Se avecinan discursos, manifestaciones,
banderas, eslóganes, toda una parafernalia política de altercados de orden
público, consentidos y aplaudidos por los fascinados, por los personal y egoístamente
interesados; pero rechazados por los que no creemos en esta democracia de sólo
la urna como remedio a los males de los políticos y no a los del pueblo. El día
26 de junio, elecciones. Una vez más; e iremos a votar con un desaliento imponente
a cuestas. Con la desgana empujando la papeleta hacia el fondo de la urna. Papeletas
entristecidas, abatidas, que caen como hojas en otoño, sin fe y sin la solemne
convicción de que vayan a solucionar o salvar algo. Seis meses desde la última
vez, y volvemos a las andadas, con el papel en la mano, a dejar nuestro
cansancio y frustración en una urna. Frustrados porque sabemos -¿o quizá no?-,
porque sabemos que nuestro papel dejado en la urna no va servir para nada, o, a
lo sumo, para algo que no te guste. Hastío, Diario; es decir, fastidio, o tedio
por algo que tú haces -con tu voto- y no puedes parar -con tu mismo voto- (20:52:56).
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