26 de junio de 2016. Domingo.
LIBERTAD
Libertad de color, en el jardín. F: FotVi |
-Me levanto con sabor a noche amarga, como si me
hubiera comido una almendra ácida, o un terrón de sal. El sueño ha sido espeso,
sudoroso. Sin embargo, levantado, me aseo y rezo; y celebro la misa con Dios y
el pueblo reunidos, sin tensiones, como una gran familia que alaba y espera,
desde la fe. Y se me anima el día, y casi toco el cielo. En la misa había un
bebé gimoteando. Y me digo: «Dios está aquí». Donde hay un niño, allí está
Dios. Concluida la misa, voy a votar; y lo hago con la ilusión de la primera vez,
o casi. (1978). Se me resiste la papeleta blanca; pero, al fin, entra y veo que
el sistema funciona. Y funciona, yendo o no yendo a votar; la libertad vale más
que el voto. Aunque con el voto se hace la democracia; la democracia con todos
sus defectos y sobresaltos, y sus averías. Y es que mi voto y yo, Diario, somos
libertad aplastante (20:35:35).
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