15 de agosto de 2023. Martes.
RESTAURANDO EL CUADRO DE LA BELLEZA
RESTAURANDO EL CUADRO DE LA BELLEZA
-Amo la luz y las
sombras, pues éstas, la sombras, parten de aquella. No hay luz sin sombras, ni
sombras sin luz. Otra cosa son las tinieblas, en las que anda el mal y el caos,
y el desorden, y la frustración. Antes del «Hágase la luz» de Dios, el primer
día sin sombras, todo era incoherencia, desconcierto, oscuridad. La vida llegó
cuando se hizo la luz y hubo colores y manchas, y miradas, y belleza. Con la
luz, la voz de Dios creó el trazado, el boceto, el paisaje, la existencia. Pero
llegó la tiniebla del pecado, y rompió la inocencia creadora del ser humano. Hasta
la llegada Jesús –Palabra del Padre–, todo fueron profecías en las que se
hablaba de esta Palabra, como redención y nueva vida. La Palabra del Padre, la
que nació de María, se hizo cruz y redención, liberación. María, con su «Sí»,
dio nueva Luz a un mundo caído en las tinieblas del pecado. En la resurrección
de Jesús, se hace de nuevo la luz de la vida y el aleluya de la
alegría, y, en María Asunta en cuerpo y alma a los cielos, Diario, se restaura el
cuadro original de la belleza: «Dichosa, tú, María, porque has creído» (12:26:58).