9 de agosto de 2023. Miércoles.
RELIQUIA DE MI NIÑEZ
RELIQUIA DE MI NIÑEZ
-Día bizco de sol, ayer. Se dejaba ver y, al poco, se ocultaba tras una nube. El sol jugaba al escondite. Como hacia yo en mi niñez. Qué felicidad ser niño –aun con hambre–, con una sola obsesión, la de vivir y volar, en lo sueños. ¡Volar, volar! Jugaba, recuerdo, y dejaba jugar. Siempre había niños con los que jugar. Jugábamos unas veces a las cuatro esquinas o al marro, otras, en la plaza Vieja, a la guerra. Sin embargo, el juego más bello e irrepetible fue –lo recuerdo con sabor a triunfo– el de aprender a leer, con Sor Matilde, la monja maternal y tierna, la que parecía levitar al andar. Iba de acá para allá y aparentaba no tocar el suelo. Qué belleza la del tiempo aquel, tiempo en el que iba descubriendo letras y palabras, y frases, como «amo a mi mamá»; frase leída con temblorosos e infantiles trompicones, como si tuviera piedrecitas de dulce en la boca. La nostalgia, Diario, me ablanda las lágrimas, que guardo en el pañuelo, como una reliquia de mi niñez; niñez con hambre, sí, pero esplendorosa (11:22:21).
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