9 de abril de 2024. Martes.
CLAMOR DE HORMIGUERO
CLAMOR DE HORMIGUERO
-Estos días, el cielo,
vestido de hábito de monje embarrado, seguía triste, pálido, con clamor de
hormiguero. Podría ser expresión de la tristeza de Dios por –un día sí y otro
también– la suciedad de la guerra. Es tan sucia la guerra, que hasta entristece
a Dios. El tiempo se parecía al corazón de los vientos violentos, renegrido y
turbio. Aunque hecho a imagen de Dios, me asusta el ser humano, pues aún sigue
con la marca de Caín en sus genes, y ni si siquiera la cruz de Cristo parece
haberlo redimido. Cristo puso su Palabra y su Vida en la cruz para salvar al
ser humano, quiso hacerlo renacer, hacerlo luz y no siniestras sombras, pero el
ser humano ha ignorado su crucifixión y lo vuelve a torturar y a crucificar con
más saña y fiereza que nunca en cada uno de sus semejantes. Lloraba María al
pie de la cruz, quizá llorase, Diario, por lo que vendría después de su muerte:
más odio en la tierra, más desgarro espiritual, menos amor. Inmensa tristeza. Aunque
hoy el sol luce esplendido, con júbilo de almendro en flor. Dios se apiada del
mundo, sonríe por piedad.