sábado, 31 de enero de 2015


31 de enero de 2015. Sábado.
REFRÍOS FRÍOS
 
Árbol con frío, en los Lagos de Plitvice. Croacia. F: FotVi
 
-Hoy, viento, fresquito y lluvia; el reverso de la moneda de lo que fue el día de ayer: sol, 21º C, y ni una mínima ventolina; el invierno es así: de un día para otro cambia sin más su hoja de ruta, y (nunca mejor dicho) se queda tan fresco. Aunque no tanto como a Miguel Hernández («Frío, fríos, refríos fríos quiero», decía), me seduce el frío, porque acerca, hace frotar la manos, juntarlas (como cuando se aplaude) para entrar en calor, propicia las brasas del hogar, el humo de las tazas, el hablar de las miradas en silencio, el fuego alentando y moviendo sombras en las paredes…; Diario, me seduce el frío, si calienta la amistad, en el hogar (20:18:13).

viernes, 30 de enero de 2015


30 de enero de 2015. Viernes.
CÓMO ME DUERMEN LOS CUENTOS
 
Qué cosa, en mi cabeza a pájaros. F: FotVi
 
-Ya, mejor; un repunte de pájaros (cervicales) en la cabeza anoche, pero mejor. Hoy, con las pastillitas que me dio la médica pitonisa, trataré de arrojar a volar de mi cabeza a esos pájaros que me han hecho ver planetas girando en derredor mío, cuando sólo eran cosas usuales y cotidianas de casa. Hoy, pues, mejor, pero con cautela. Mañana, ya veremos; espero que bien, por mí y por las molestias que estoy causando a los amigos. ¿Y al otro lado de mi vértigo? Dramas económicos y guerreros, y turbulencias de todo jaez o pelaje en la política y en la vida del día a día de cada persona. En política, han empezado a temblar las tripas de las democracias, se alteran las simas de sus intestinos, dudan, crujen en sus cimientos: el personal, el sencillo, el currante, el pagano (de pagar; es decir, del pagano, aunque creyente), se está hartando de tanta verborrea o retahíla mentirosa y del sufrimiento a que diariamente le condenan pícaros y alguaciles, avispados en la liturgia del engaño y de llenar su bolsa. Lleno la bolsa, dicen, y salgo corriendo, hacia el paraíso fiscal más rentable. Y un cuento: Una vez había un Gürtel azul, que se llevaba el dinero; otra vez había una saga pilla de apellido Puyol, que hacía lo mismo; otra, un tinglado sindical y rojo denominado ERES, que no dejaba ni la calderilla para el pobre; otra, unos tipos con tarjetas negras que blanqueaban el dinero y, una vez blanco, se lo llevan crudo; otra, una marca nueva que, asegurando traernos la salvación, comenzaba su andadura pública metiendo la mano en la bolsa, al modo como lo hacían aquéllos a los que juzgaba. ¡Salvarnos! ¿De qué? Ah, Diario, el cuento de nunca acabar, el de aquél que habiendo ido a cierto asunto mayor, se lo llevó el viento, y al haber ido a otro menor, se lo acabó de llevar. ¡Ay, cómo me duermen los cuentos! Pero más el de una niña encantadora (cuatro años) que «en mi mundo -dice ella-, la Luna habla». Cuento este, sí, para oír… e irse… a soñar (21:24:55).

jueves, 29 de enero de 2015


29 de enero de 2015. Jueves.
VOLVIERON LOS PÁJAROS
 
A pájaros, en el alambre. F: FotVi
 
-Anoche, la jaula de mi cabeza, volvió a llenarse de pájaros. O volvieron los pájaros y me hicieron bosque, semilla que picar, ramas por entre las que enamorar, tecla de piano en su pico; quiero decir, canto, salmo, himno, lenguaje aviar. Y ahora sin rodeos: he vuelto a las andadas; han regresado los vértigos y el juego de dar giros las cosas, en vorágine, alrededor mío. Y he ido al médico; médica en esta ocasión: eficaz, afable, pronta, experta, con el bello nombre de María del Valle, creo. Primera vez que voy a Urgencias, lugar donde, si vas con prisas (de morirte), te mueres urgentemente. Tres horas y media de espera, de aguardo (de plantón). Es decir, urgentemente atendido. Menos mal que el trato casi virtuoso del personal alivia la dilación. Luis Sanz, además de mi ángel conductor, Diario, es ángel de la paciencia y la serenidad. Al fin, he dicho gracias (a todos y a todas), y me he venido con unas pastillitas que contendrán los vuelos, dicen, de mi cabeza (20:38:52).

miércoles, 28 de enero de 2015


28 de enero de 2015. Miércoles.
LA JAULA DE MI CABEZA
 
Cabeza enjaulada, en mi colección. F: FotVi
 
-Esta mañana, me he levantado con vértigos. (Vértigo: de Vertīgo, -ĭnis: latín:: movimiento circular). Al ir a dejar la cama, las cosas inertes, estáticas, quietas de siempre de la habitación (libros, mesa, cama, estanterías, iconos), han empezado a moverse como peonzas locas, siniestras, hasta que, dando tumbos y buscando asegurar las piernas, desquiciadas, he logrado serenar mi cabeza y conseguir una cierta derechura. Luego, a lo largo el día, he seguido errabundo, volandero, tratando de agarrarme (quizá como la torre de Pisa) a la verticalidad, a la plomada, sin conseguirlo. Sin embargo, con la cabeza a pájaros, he leído (rezado), he escrito, he cocinado y, al fin, a mitad de la tarde, casi he superado la crisis. (La torre de Pisa, por el contrario, aún sigue aturdida, inclinada). Eso, sí, siento haberme perdido la novena de San Blas, que, además de suponerme contento espiritual, es, según la tradición, un alivio para la garganta: aunque carraspee alguna vez, se me rebele una palabra, o diga esto por aquello, y cosas así. A veces se me lía una palabra en la boca y la desligo carraspeando: es la ayuda de San Blas, que me endereza las palabras en la boca, cuando las dudo. A esta hora, Diario, estoy mejor del revuelo que he tenido en la cabeza a lo largo del día; espero ver mañana a San Blas: le pediré que, con la garganta, cuide asimismo la jaula de mi cabeza (20:48:35).

martes, 27 de enero de 2015


27 de enero de 2015. Martes.
GÓLGOTA DE JANA GÓRA
 
Vida, en Auschwitz. Polonia. F: Ch. Giner
 
-Hace 70 años, en Auschwitz, a 40 kilómetros de Cracovia, Polonia, una ideología y el fanatismo y los delirios que la acompañaron (el Superhombre, Nietzsche), asesinaban a un millón trescientas mil personas. También en otros lugares de Europa hubo otras matanzas, injustas y atroces, pavorosas. Es decir, la muerte se encontró con la ideología y entre ambas arruinaron la dignidad humana, degradándola hasta extremos de barbarie. A toda esta locura se la llamó Holocausto y ocurrió dentro de la Segunda Guerra Mundial. Yo he estado en Auschwitz y, desde el momento en que se pisa la puerta de entrada, donde campea el lema (o mitin nazi, ideológico) Arbeit macht frei (El trabajo os hará libres), empieza el vómito a dar saltos en el estómago. Se rebelan las entrañas. Yo (como tú, tal vez, si has estado allí) pude contener el vómito, pero no las lágrimas; me recogí en mí mismo y lloré en mis manos. Fue un llanto hermoso, regenerador, que me hizo caminar por aquel lugar como por un recinto sagrado; yo, cristiano, pensé: «Aquí sigue el Gólgota», y pisaba casi con unción aquellas calles y pabellones cercados por la humillación de las alambradas. Luego vi que, en el Santuario de Nuestra Señora de Szęstokowa, el pintor polaco Jerzi Duda Gracz (ateo entonces), interpretó que Auschwitz había sido en el siglo veinte el Calvario de la muerte del Hijo de Dios, y pintó a Cristo con la cruz a cuestas caminando por entre aquellas personas a las que el odio había pretendido arrebatar su dignidad hasta el extremo de parecer despojos vivientes, sombras de humanidad, o la nada humillada. Tan es así que a este Vía Crucis se le llama Gólgota de Jana Góra y es una obra que estremece, a la vez que sonroja. Estremece por la crueldad que detalla, y sonroja porque todo aquello, pensé, fue idea y obra de seres humanos como yo, en una circunstancia sin Dios. El hombre, sin Dios, se exilia de sí mismo, se neutraliza como hombre para que aparezca sólo su fisiología, su bestialidad, su dimensión diabólica. Hoy, Diario, en el 70 aniversario de Auschwitz, pido a Dios nos libre de ser víctimas o verdugos de un Holocausto como aquél, de un Gólgota tan crecido e insultante como aquél (19:51:08).

lunes, 26 de enero de 2015


26 de enero de 2015. Lunes.
PALABRAS AFILADAS
 
Tertulia de tambores jónicos, en Priene. Turquía. F: FotVi
 
-Estos días, sol y frío van de la mano; aquí, en el sureste. Y en este duelo de sensaciones, casi siempre vence el frío, el chorro inclemente del invierno. («Quítate de esa corriente, no te refríes», me decía madre cuando era niño). El sol manda sus rayos, que parecen quebrarse antes de llegar a nosotros, y el frío, su viento del noroeste que corta como una lengua de tertuliano con cabreo. Frío que vence al sol. (Casi siempre ocurre que se cabrean más los tertulianos que dicen ser más tolerantes, y los que son más o menos progresistas; los que andan dentro del centro de ambos extremos, sólo sonríen. Yo apenas veo tertulias, pero, a pesar del sol, tengo frío). Salvo los diálogos de Platón, así como los de teatro, novelas, salmodias monacales y los de ir por casa para entenderse, los debates (cualquier debate) alimentan mis jugos gástricos, y, a causa de que me producen ardores, no me gustan. Me gusta dialogar, pero no debatir. A mí no me gusta altercar, contender, discutir, combatir, guerrear por nada: son sinónimos de debatir. Dialoga la persona y debate el animal salvaje, aunque sea persona. En el diálogo alientan el conocimiento, la pausa, el sosiego en la palabra, el destello de la idea, la pequeña luz de la duda, la luciérnaga del silencio; en el debate, por el contrario, se sacan dagas dialécticas, miradas feroces, manos en crispación, labios trémulos. Es, a veces, una guerra de lobos, que, en vez de colmillos, usan palabras afiladas. Por algo, Paul Valéry, con la sabiduría en musas del poeta, dijo: «En todo debate, lo que se defiende no es una tesis, sino a uno mismo». Y siempre una tesis, aunque sea falsa, es más que uno mismo. Entretanto, un tal Alexis Txipras, mandatodo de un partido populista (comunista), llamado Syriza, ha ganado las elecciones en Grecia, y, al igual que la nieve que vio Ángel González en la catedral de imágenes de su cabeza de poeta, las tertulias, Diario, están que arden (18:55:37).

sábado, 24 de enero de 2015


24 de enero de 2015. Sábado.
MI RECUERDO LIBRE
 
Libertad blanca, en el jardín. F: FotVi
 
-Sigue el frío refriando al sol, que sólo es sol cuando sube a lo más alto de la bóveda (celeste) y, sonoro y tibio, y ataviado de amarillos como si fuera un trigal tendido, se derrama sobre las cosas, encendiéndolas de vida y sueños. Y en este invierno de anticiclones y nevadas, y de sol tan frío, un aniversario: el de la muerte de Gregorio Ordoñez, asesinado hace 20 años por ETA, y al que yo hoy, Diario, deseo desenterrar con un verso de Octavio Paz («Hoy recuerdo a los muertos de mi casa») y una sentida oración. Él, con su muerte, liberó un poco la libertad que ahora tengo, que tenemos todos, por lo que, agradecido, le ofrezco mi recuerdo amigo y libre (20:36:45).

viernes, 23 de enero de 2015


23 de enero de 2015. Viernes.
MOLESTANDO
 
 
San Vicente Mártir, en Molina de Segura. F: FotVi
 
-Ayer deletreé (leí letra a letra) las palabras f-r-í-o, V-i-c-e-n-te: ayer fue mi santo e hizo frío. Y, refiriéndome al frío y aunque me escalde, exclamé: «¡Por fin el invierno. Brrr…!», e hice nido en los bolsillos para las manos. Decir que Vicente mártir fue un santo mediático de principios del siglo IV; la fama de su martirio se extendió pronto por aquel mundo de imperio y traficantes, de herejías y santidad. El cristianismo, que, se extendía con la velocidad del aliento del boca a boca de la palabra (¡qué poder el de la palabra!) y excitado por una fe novedosa que acercaba a Dios al hombre -tanto que se decía haberse hecho el mismo Dios hombre-, empezó a ser, primero calumniado y luego perseguido. Vicente, joven diácono, desmontaba tinglados imperiales e injustos con su palabra, o «lo políticamente correcto» de entonces, como lo de que Roma y el Emperador eran dioses y otros himnos y zalemas políticas. El cristianismo salvaba mares, continentes, circos, dioclecianos, apostasías, encuentros y desencuentros con la Escritura, filosofías…, y se iba desplegando con la fuerza del ciclón místico que es la fe. La fe, que decían mover montañas -ya se ve-, creaba, sin embargo, monstruos que la perseguían a cada paso. (A cada paso de sus miedos de mostruos). Era perseguida entonces con el mismo odio con el que lo es ahora en numerosas partes del mundo. (En la misma Europa de ahora, donde echó sus primeras raíces e hizo floresta en logro de virtudes, tanto morales como sapienciales, y aun políticas). Vicente, recordado con arrobo en martirologios y escritos, y loores litúrgicos, fue martirizado en Valencia por un tal Daciano, del que nadie recuerda otra cosa sino la de que fue un fanático asesino; o un yihadista ejemplar de los de entonces. Y es pavoroso y bello decir que, como Jesús, Vicente sufrió muerte de cruz, pero desde la humildad de una cruz en forma de aspa, no como la del maestro, que, de arriba abajo y de lado a lado, abarcaba cielo y tierra, yendo más allá de todo horizonte. Pues, entre miedos, quizá, pero con la fuerza de la fe, murió en cruz. Y fue cantada así su vida crucificada: «Con los ojos de la fe hemos contemplado un grandioso espectáculo: la victoria total del santo mártir Vicente. (…) Cuando su cuerpo, en el que estaba el trofeo de Cristo vencedor, era arrojado desde una barquichuela, él decía en silencio: “Se nos arroja, pero no pereceremos». Esto escribía San Agustín de Hipona, siglo IV, de Vicente, diácono y mártir, y santo. Pues eso, Diario: arrojados, pisados, aviñetados, pero contándolo (de Palabra) para quien lo quiera oír; es decir, viviendo… y molestando, todavía, sin pretenderlo (12:07:19).

miércoles, 21 de enero de 2015


21 de enero de 2015. Miércoles.
¿ODIO RELIGIOSO?
 
Medusa, en el templo de Apolo. Dídima. Turquía. F: FotVi
 
-Leo en la prensa (ABC), que determinadas conductas occidentales, apoyadas en algo tan impalpable e inducido como la «libertad de expresión» (que no tiene límites: la progresía y Cameron dixerunt) es «el combustible que acelera las llamas del odio religioso». Sólo que no entiendo juntos, como nombre y adjetivo que se dicen y explican, vecinos que se dan la mano y se saludan, lo de «odio» y «religioso». Odio (o escorpión) y religión (o amistarse con Dios) no cuadran; odio y religión se dan (o deberían darse) la espalda. Si la religión provoca odio, no es religión, es un escorpión tratando de inyectar veneno en la idea de Dios y en la mente de los que a él se ligan, o en él están, por la fe. Nadie ha definido a Dios como lo hizo Juan, el discípulo que se sintió amado. Dios es amor, escribió, y «y el que no ama no conoce a Dios». El que mata en el nombre de Dios, no ama a Dios, porque no le conoce; quizá lo intuya como mano poderosa que dé salida a sus violencias interiores, a sus miedos agresivos, a su mente enferma; pero éste no es el Dios de la fe, el que revelan los evangelios, el Dios que, para calmar tormentas, también las íntimas, las del espíritu, sólo usaba la palabra y no la espada. El otro, el dios del odio, no deja de ser un ídolo cruel o un muñeco de terracota que usa metralletas kalashnikov para arrojar muerte y navajas que, en vez de pan (ejemplo), asierran cuellos. Si no es amor, Dios no es Dios; sólo sería dios con minúscula, cosa, una ficción, quizá una frase mordaz e ingeniosa de Nietzsche, como la que dice «Dios ha muerto, su piedad por el hombre lo ha matado», o cosa así. En todo caso, Diario, yo quizá no ame como Dios manda; y quizá sin quizá: no amo; pero de lo que sí estoy seguro es de que no hay en mí el más mínimo odio, que, en nombre de la religión, me lleve a matar o a excluir, por lo que no hay nada que sea capaz de acelerar en mi ADN «las llamas de ningún odio religioso». Nada; ni siquiera este artículo de prensa, tal vez bien intencionado, pero desafortunado, que acabo de leer (19:15:56).

lunes, 19 de enero de 2015


19 de enero de 2015. Lunes.
LA OTRA MEJILLA DE LA PAZ
 
Dos gotas de luz, de paz, en el jardín. F: FotVi
 
-Saqué la cabeza, hice un bostezo amplio, libre (la soledad me lo permite), abrí un ojo, luego el otro, y vi que llovía. Ha sido esta mañana, al levantarme. Pero más que ver, me emociona especialmente sentir llover. Sentir el ruido de la lluvia; su palpitar. Con la lluvia cayendo, siento su pulsación, la fe de la tierra al mojarse, quizá su vibrar de madre. Al notar la lluvia, la tierra debe decirse: «¡Fecundada!», e irá y se palpará su vientre (tierramadre), y notará su gestación. Unos versos: «Yo he mordido hoy la tierra, la he gustado / por si sabía a dátil o a manzana… / y me ha sabido a madre su bocado». Son versos de casi hace un siglo; y son versos que me gustan (como si no fueran míos). Y decir que, luego de Platón, leo la prensa. Antes a Platón y a otros ilustres, para distinguir el bien del mal, lo bello de lo feo, y saber que el deseo de amar y su hallazgo me dan la inmortalidad. Primero leo a Platón, y luego la prensa, casi siempre reflejo o noticia (mala noticia) de lo innoble y perverso, de lo terrible y pavoroso. Salvo alguna vez; leo una frase: «Espero que Bolinaga encuentre en la muerte la paz que no tuvo en vida». Ortega Lara, sin odio y poniendo la otra mejilla de la paz, da una lección de perdón y gracia, de indulto, a quien lo tuvo sepultado durante 532 días en un zulo de muerte, en Mondragón, País Vasco, por orden de ETA. Contra el odio, pues, la otra mejilla de la paz, en la palabra, donde andan Dios y la poesía. (No lo digo yo; lo dice Platón)... La paz, Diario, o la música serena que alumbra y anima la convivencia en la polis, la ciudad (20:30:25).

domingo, 18 de enero de 2015


18 de enero de 2015. Domingo.
ABRIR EL LIBRO DE LA NIEVE
 
Donde la nieve, en Lagos de Plitvice. Croacia. F: FotV
 
-Ha seguido el frío hoy, y ha lloviznado. O sesión de invierno, al que sólo ha faltado un pequeño vuelo de nieve. ¡Ver volar la nevada! La nieve puede ser algo así como un libro que despierta sin letras, todo blanco de piedad y paz, con escritura sólo interior, de templo lírico. En octubre vi nevar en los Lagos de Plitvice, Croacia. Y comprendí que la nieve es literatura blanca: las cosas y el mundo se ven y se viven de distinta manera a como son en la realidad cotidiana. La nieve es la otra lectura de las cosas que apacigua la mirada y llena de misterios el paisaje. Llovizna frío, Diario; pero sin nieve. Nostalgia de no poder abrir el libro de la nieve y leer sus versos de pureza, quizá de niñez intocada, libre, de mirada blanca, y rebelde, no obstante (21:00:49).

sábado, 17 de enero de 2015


17 de enero de 2015. Sábado.
VIENTO Y SOL FRÍOS
 
Frío en el bosque, en Riga. Letonia. F: FotVi
 
-Viento y sol fríos; y algo de sueño, también frío. El azul, esta mañana, es puro, como bruñido, y hace del cielo una bóveda azul, espléndida, con resonancias azules, que azulean incluso mi mirada. Mientras el viento agita las hojas de mi Libro de la sHoras, yo rezo, con el viento. Y, si es verdad como dice Octavio Paz que «las estrellas escriben», yo afirmo que el viento lee, conmigo. O yo leo y él (como el acompañante del pianista, sentado a su lado) me pasa las hojas, agitándolas y leyéndolas a un tiempo, con sus himnos y salmos. Solo que el viento, al leer, es más impaciente que yo, más niño festivo que yo, pues, además de pasar (y leer) las hojas del Libro de las Horas, se siente con el deber a la vez de excitar y leer las hojas del olivo y avivar en la calle papeles con algún texto escrito que se resista a morir hasta ser leído. En la calle hay papeles anónimos (hojas tal vez de un libro) que se niegan a morir, hasta ser leídas. Por eso yo leo cualquier papel con letras escritas que encuentro. En una hoja de periódico (ABC) que mañana es posible que sea objeto de lectura en la calle para el viento, se puede leer que en Niamey, capital de Níger (África), el domingo pasado fueron quemadas siete iglesias. ¿Razón? La ira de manifestantes islamistas por las nuevas caricaturas del profeta Mahoma en la libre y jocosa expresión del último número del semanario (me muero de risa) Charlie Hebdo. ¿Se montará en Niamey el mismo carnaval grotesco e hipócrita que en París? ¿A que no? Por Niamey no pasa el Sena, y es muy difícil que alguien diga esta vez algo así como «¡Yo soy iglesia!», al modo como se dijo en París: «Yo soy Charlie Hebdo». Viento y sol fríos esta mañana, Diario; pero más frío y encogido el corazón, por tanta caricatura de libertad como nos venden a precio de indignidad y desprecio los mandatarios del títere y la mascarada que mal gobiernan Europa  (21:14:28).

viernes, 16 de enero de 2015


16 de enero de 2015. Viernes.
CICLONES
 
Paloma de paz, en el parque. F: FotVi
 
-Vivimos tiempos de anticiclón meteorológico y de ciclones ideológicos y confesionales. Un ciclón político y religioso, la yihad; otro ciclón, sólo religioso (o con un tanto de sal política, para dar sabor, quizá a la trama), el papa Francisco. El ciclón yihadista, tormentoso y maligno, cruel, guerrero, de machete y sangre arrastrada en el suelo y volteada a las paredes; el otro ciclón, Francisco, pacífico e inerme, de mano y conceptos extendidos, palabra ante todo, o armonización y acorde, en la palabra. Acorde, de acordar, por el diálogo; pues en el diálogo se suele llegar a acuerdos; se suele hacer acorde. Aunque dialogar siempre es y será o un «ganar perdiendo»; o un «perder ganando». En todo diálogo se suelen perder palabras y ganar, quizá, miradas, y también (aunque haya miles de palomas volando en la incertidumbre de la guerra y la cólera) una paloma de la paz, en la mano. Quizá. ¡El zureo de una paloma de paz en la mano; hermoso! Y soltar luego la paloma y que, volando, extienda la paz, como lluvia y sol benéficos, para colmar un paraíso. No lluvia torrencial ni sol de justicia, sino, por bonancibles y versallescos, benéficos ambos. No creo en nada por lo que (obligado) tenga que matar o morir; la muerte mata sola, sin mi ayuda; y yo me voy muriendo solo, sin otra ayuda que la del tiempo que pasa, aunque como diría Octavio Paz, el tiempo «no fue, no llegó a ser, no será nunca». La muerte no está en el tiempo, sino que va con nosotros. Por eso, ¿por qué adelantarla? Nosotros mismos la conducimos a nuestro propio fin. Hoy el anticiclón meteorológico se ha moderado y ha dejado escapar unas gotas de lluvia; el ciclón yihadista, sin embargo, sigue matando o intentándolo, y el otro, el ciclón Francisco, sigue soltando, por allá por donde pasa, palomas de paz (en las palabras), Diario; la palabra, esa lluvia, que, caída, fecunda y nunca mata, y siempre vuelve lluvia otra vez sagrada (18:47:45).

miércoles, 14 de enero de 2015


13 de enero de 2015. Martes.
SOLEDAD, TAN CRUDA
 
Soledad, tan cruda, en el jardín. F: FotVi
 
-He vuelto; otra vez. Siempre vuelvo. Cada vez leo menos a los de ahora y más a los de siempre. Siempre vuelvo a leer a Dios en la Biblia (o lo que no es nacionalismo bíblico) y a Grecia en sus filósofos y en sus poetas; más en sus filósofos. Y a España, en Cervantes y Quevedo, con Juan de la Cruz y Borges, y Ortega y Neruda, y ese «don ebrio» que fue (y es) Claudio Rodríguez, todos ellos asomados siempre al balcón de la excelencia, de lo innombrable, de lo que sólo unos pocos, tocados por un aura divina, pueden decir y contar, con luz … (Borges y Neruda, aunque de Argentina y Chile, por la lengua que hablaron y en la que se sintieron magos de la palabra, del lenguaje, hasta morirse en él y seguir viviendo, son españoles). ¡Me cuesta tanto leer repeticiones o bodrios envueltos en papel de celofán! ¡Estos bodrios y repeticiones de ahora! He vuelto al Banquete de Platón, y he vuelto al regocijo de los discursos de Pausanias, Aristófanes, Agatón, Sócrates, el más brillante, sobre Eros y el amor... Amor, dice Platón (haciéndose eco de la teoría de una tal Diotima), es el deseo de cosas buenas (la belleza) y de la felicidad, con la aspiración de alcanzar, amando, la inmortalidad. Qué bellas y terribles cosas dicen los sabios, y con qué sencillez y grandeza avisan de que vivir es hermoso, sobre todo en un simposio (sympósion, o tiempo de las bebidas), luego de haber comido bien. Si me dejan, Diario, viviré entre libros, sencillos unos (ejemplo: los tebeos) e importantes otros; también entre los libros litúrgicos, en los que se reviste de cercanía el misterio, la trascendencia, pues los libros, además de avivar mis sueños, alivian mi soledad, tan cruda, por invernal (20:03:42).

lunes, 12 de enero de 2015


12 de enero de 2015. Lunes.
POMPA Y HUMO
 
Pompa y humo, en Éfeso. Turquía. F: FotVi
 
-Si lo visible se viste de pompa y humo, yo, que creo profundamente en lo Invisible, suelo ser agnóstico con lo visible. Ayer, en París (y en la marcha contra el terrorismo), yo vi mucho humo y mucha pompa; mas, como diría El Principito (Saint-Exupéry): «Lo esencial es invisible a los ojos». Quizá, Diario, fuera esa la causa de por qué vi más humo y pompa que espíritu (21:22:16).

domingo, 11 de enero de 2015


11 de enero de 2015. Domingo.
REZAR HOY
 
Tristeza, en el jardín. F: FotVi
 
-Yo, hoy, no me voy a lamentar ni manifestar por el terror yihadista (islamista) acaecido estos días en París. Yo, hoy, voy a rezar; una vez dejada atrás la noche y sus pesadillas, ya lo he hecho: rezar hoy al alba, en el momento de la pureza de la luz, cuando el despertar sonoro de todo, también de lo que clama sin oírse. El rezar no mata, y salva; al menos me salva a mí y, a mi entorno, lo salva de mí. A mí, el rezar (no el miedo) me salva del odio y me da la paz; paz que a mi vez intento trasmitir como el saludo o las miradas. ¿Ingenuidad? Tal vez, pero la ingenuidad no mata ni contamina y es libro abierto de lo candoroso y sincero, la otra acepción de lo ingenuo. Ya lo dijo alguien: «Rezad por los que os persiguen». ¡Terrible ingenuidad! Y otro ingenuo: «No tengáis miedo», lo decía el 22 de octubre de 1978 Juan Pablo II, en la plaza de San Pedro, y en el momento en que iniciaba su feliz papado. Ah, y porque soy ingenuo y candoroso, y sincero, y prefiero la paz y no la guerra, y porque defiendo la libertad de expresión, he de decir (decirme) que «yo no soy Charlie Hebdo», no lo soy; pero sí estoy con los que han muerto a causa de Charlie Hebdo; y, aunque hayan pretendido ofenderme alguna vez con sus adiposos y procaces y procelosos dibujos, con sus gracietas de sal gorda, rezo por los asesinados a manos de una barbarie, que nunca se justificará, y menos poniendo como causa (o escusa) la fe. Y aún más: no tengo nada que perdonarles a los fallecidos, porque, aunque hayan insistido en hacerlo, a mí no me han ofendido nunca, ni creo que a ningún creyente de bien; también a una viñeta se le puede poner la otra mejilla. ¿Y será políticamente incorrecto decir que tal vez los que por ofender hacen mofa de cosas que otros aman, y en las que creen, y por las que darían su vida, en realidad solo acaban ofendiéndose a sí mismos? No lo diré; pero no porque se trate de algo políticamente incorrecto -que en determinados asuntos lo soy (políticamente incorrecto) y lo quiero seguir siendo-; sino por deferencia a los fallecidos en la redacción del Charlie Hebdo, en París. Lo «políticamente correcto» me lo salto yo (y con ser bajito) a la pata coja y no me causa ningún respeto lo que digan estos o aquellos, sobre todo si estos o aquellos son adictos al barato anabolizante de la recurrente y mal llamada progresía (ya sea de derechas o de izquierdas), o a su vacío intelectual; para los muertos, sí, todo el respeto, por los que rezo (18:53:08)

viernes, 9 de enero de 2015


9 de enero de 2015. Viernes.
TODO ÁNGEL ES TERRIBLE
 
Ángeles (y no terribles), en el jardín. F: FotVi
 
-Ayer oí hablar, en tertulias y noticieros, de anonadamiento («Me siento anonadado/a»), una palabra esta que, además de parecer referirse a algo que está hundido, también significa sorpresa y desconcierto. Sorprenderse es darse de pronto de bruces con algo que no se espera. Y luego de la sorpresa, si lo sorprendente es un atentado (metralletas kalashnikov y muerte en el centro de París), llega el desconcierto. Desconcierto por algo que se rompe, que es abatido. Entonces la armonía en la orquesta de nuestro mundo (occidental y fatuo) se quiebra, y, en grandes palabras y no menos grandes minutos de silencio, llegan las lamentaciones. Lamentaciones en un mundo hedonista y confiado, y sin embargo no feliz. Decir Europa (y aun Occidente en general) es decir solo Economía, diosa que a cada momento exige adoración y pleitesía, y dedicación exclusiva. Los otros dioses y diosas menores que la cortejan (Bolsa, Mercado, Prima de Riesgo, Deuda…; incluidos Gobiernos, Malversadores de Fondos, Corruptos, Mafias, etcétera), la inciensan y la regalan sin pudor, única celebración valorada por los incautos servidores de esta deidad. Para nada se habla de principios, de raíces benefactoras del árbol y sus frutos, de virtud y logros del espíritu. El Espíritu de Europa (y de Occidente), como tal espíritu invisible e inspirador de buenas causas, no solo económicas, se ha desvanecido; ya no hay Espíritu (o muy menguado, si lo hay), sino Materia. Desplazado lo Invisible (Dios, el concepto del bien y del mal, lo utópico y lo moral, lo digno y lo justo…), solo quedan la Ganancia avariciosa y el Desplome de lo honesto, dos nuevas deidades. Ahora, ante una nueva barbarie, la de la Yihad o islamismo coránico extremo, que como el ébola ha acabado por invadir Europa, solo valen lamentaciones y echar policías a la calle, pues, visto que ni la Economía ni la Materia salvan, se han acogido a Fobos, el dios del miedo, que «miraba con ojos de fuego» y «ponía en fuga al luchador más tenaz». (Homero). El miedo se ha echado a la calle y trata de defender con armas (la policía parapetada, mortífera) lo que no es capaz de defender con valores que nazcan del espíritu. Yo sé que la fe mueve montañas, no así las armas, que al final solo matan, mientras las montañas, hasta las del fondo del mar, permanecen donde estaban. Última hora: han matado al mal; pero con otro mal, el de las armas: los yihadistas, en París, han sido aniquilados. Quizá Rilke, el poeta, tuviera razón: «Todo ángel es terrible», y más, Diario, si se trata del ángel del miedo (19:31:08).

miércoles, 7 de enero de 2015


7 de enero de 2015. Miércoles.
OÍR LAS COSAS
 
Hablando al día, en el jardín. F: FotVi
 
-A veces no sé si escribir de esto o de lo otro: del silencio (donde Dios grita -dicen), por ejemplo, o del decir de las estrellas; del estar (sin estar) del aire que respiro o de las palabras que apenas nadie dice, como dédalo o entelequia, o alfaguara. Me gustaría ver el aire como veo al pájaro que lo corta y contarlo, decirlo luego, como se dice «hola» o «he leído este o aquel libro», hablar con él y oír lo que me dice. Decir: «¡He oído el aire!», y gozarme en lo oído. Hablar del aire con el mismo aire, pero con el aire que respiro, no con el otro que es colérico, vendaval, ira, a veces. Es decir, hablar (pues sé que hablan) con las cosas que no oigo. Hablan el árbol, y el sol que se pregunta en las ramas del árbol cómo será el frío, y la noria que da vueltas y vueltas sin alcanzarse nunca (asombrada ella) a sí misma, y con el libro que no he leído, y con el que, una vez leído, sigue callado (o a mí me lo parece), aunque yo lo ensalce; hablar, como hace el poeta con sus versos o el místico con sus dudas, versos y dudas que, a la postre, los alzan en levitación, en dulces derivas. ¿Tú oyes esta palabra que acabas de leer? No la oyes y, sin embargo, sigue hablándote, como te hablaba cuando la leías, cuando se decía en tus ojos. Yo, de mañana, salgo a oír las cosas, y hablan; pero sólo cuando afino el cuerpo y ensancho el alma las oigo. Si pongo el oído solo, no las oigo; pero si el oído con el alma, entonces son un clamor de música y ayes; música y ayes, porque también hay dolor en las cosas que no se oyen. Desde el alma, se oye lo callado y se ve la Invisible. Y como dijo en un feliz verso de fe y melancolía del mar Jorge Luis Borges: «Quien lo mira, lo ve por vez primera, / siempre». Como el que pone el alma a oír las cosas cada día, que, al fin, Diario, acaba siempre por oírlas (20:19:57).

lunes, 5 de enero de 2015


5 de enero de 2015. Lunes.
PERO SI SON MAGOS
 
Vieron una luz, en el cielo. F:FotVi
 
-Creo en los Reyes (pero si son Magos). Creo tanto en ellos que me gusta hacerme niño (o ser niño) para creer más. No me gustan los reyes de dame pan y dime tonto; o de viajar en una nube para no pisar la tierra. En general, no me gusta el Poder (secreto: aunque sea mitrado). Me gustan las coronas, si se ostentan desde una cruz; es decir, desde el servicio y el amor. (¡Qué cosas dices -me digo-: suenan a demagogia! Pero son verdad, por eso las digo -me respondo-, aunque parezca que suenan a andrajo demagógico, u oficioso). Realeza coronada de amor, pues; es decir, de espinas. Y, sin abandonar la cruz, echarse a andar y tocar las llagas del dolor desde la misma llaga. Ser llaga y, desde su interior de pus y miedo, de crudeza y repugnancia, tratar de curarla. Rey, para curar heridas de clavos, de abandonos. Y porque creo en los Reyes Magos, les escribo mi carta, todos los años; y, en ella, les pido (y le doy) cosas. Este año, entre otras cosas, le he pedido ser cada vez más niño y creer más en las utopías; no en brujos y en oráculos (aunque sean de Delfos), ni en pachangas políticas ni discursos de época (navideños); este año les he pedido la utopía de que se cumpla por lo menos uno de los ensueños proféticos de Isaías; o sea: que de las espadas se forjen arados, de las lanzas, podaderas, que no haya pueblos que alcen sus espadas contra otros pueblos y que no se adiestren ya más para la guerra. Y, a cambio, les he dado mi admiración y mi deseo de seguirlos, de ir en su séquito. Entre tanta cabalgata-Disneylandia y desfiles-Carnaval, prefiero, Diario, a unos Magos que se arrodillen ante la sencilla claridad de un Niño y le ofrezcan (pues de fuego se trata) lo que más suele arder y brillar, su amor (19:40:55)

sábado, 3 de enero de 2015


3 de enero de 2015. Sábado.
NAVIDEAR
Navideando, en San Pedro del Pinatar. F: FotVi
-Ayer, entre las Salinas y el Mar Menor, en San Pedro del Pinatar, «navideando». «Navidear», o pasear la Navidad. Es una palabra hermosa, que no aparece en el Diccionario de la Real Academia; sus sabios mentores, por haber nacido ayer mismo la palabra, aún no la han detectado y tenido en cuenta. Algún día (una vez conocida y analizada, y halladas sus raíces de mineral y agua, de aliento, y luz), la incluyan, quizá, en el bosque (o lugar de los gorjeos orales y callados) del Diccionario. Ese mundo donde el verbo se hace letra impresa y acampa ante los ojos para ser leído y entendido, y masticado, y poderlo hacer así llama de poema o pisar firme de prosa. Camino y vida, en todo caso. Y la alegría de poder hilar y decir con él (el verbo) los pensamientos todos, ya sean estos bellos o encierren la fealdad. Ayer, pues, el día segundo del año nuevo, con sol y plata en el Mar (llamado Menor, pero con sueños de océano), y desde el Molino de la Calcetera hasta el de Quintín, o molinos de la sal, anduve (goloso yo de belleza y otros vigores, y para no dejar caer en las coces del desaliento al alma), anduve, digo, navideando; es decir, insuflándome espiritualidad, contemplación, Dios, más humanidad; o ser, Diario, más y mejor yo (19:29:31).