8 de abril de 2016.
Viernes.
AMBICIÓN
Telaraña, o tiranía, en Salinas y Arenales de S. Pedro del Pinatar. F: FotVi |
-Digo poder, y se me cruza una astilla de zozobra en
la garganta, una astilla encendida, clamorosa, astilla de fuego. Hay veces que
el poder desnuda a la persona de principios, desvistiéndola de dignidad. Sobre
todo, si el poder es ambición y no libro o código en la mano para ejercer de
regulador y balanza entre lo equilibrado y lo indecoroso, entre lo recto y lo
torcido. Ayn Rand, filósofa y escritora judía, llamó «mala hierba» - como el
cardo o la cizaña en un trigal -a la ambición de poder. Y dijo más: mala
hierba, «que sólo progresa en el solar yermo de una mente vacía». Y una mente
vacía en el poder, es algo sórdido que sólo anuncia desgracias y una infame historia,
o una historia de desagüe. Pero lo más terrible es que el ambicioso de poder (a
cualquier precio) se transforma luego en obseso de poderlo perder, de quedarse
sin el juguete devorador de niños tontos que se lo dieron, y va eliminando
obstáculos, incluso a aquellos niños tontos, hasta convertirse en tirano. Y puede
darse el caso de que una democracia con defectos, pero liberada, se torne, con
el tirano, en democracia con más defectos, y encadenada además, o cautiva, de la
tozuda estupidez del arbitrario opresor, de su deshumanización y vanidad, de su
vaciedad intelectual. Sánchez, Rivera, Iglesias, Rajoy, ¿«mala hierba» ambos dos,
y dos, con sólo ambición de poder? Me noto una astilla encendida de zozobra en
la garganta, Diario, que me ahoga (13:09:32).
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