29 de abril de 2016. Viernes.
LLANTO FRÍO
Belleza blanca de cactus (poema), en el jardín. F: FotVi |
-Llovizna fría, percusión del canto de los gorriones,
y una sensación de hartazgo infinito. Sin embargo, el cactus abre sus flores
blancas y cumple con su vocación de ser fiel a sí mismo y a la primavera, su
lugar de encuentro con la belleza. Nada sucede sin espera, también la de esperar
contra toda esperanza. En el umbral del alba, aguarda la luz, hasta darse a sí
misma posesión de la mañana. No antes. Ni el alba se precipita, ni la mañana se
resiste a ser día. Hay concordancia, o diversos corazones que laten al unísono;
hay armonía que hace posible un acorde (Bach), o la conjunción de cosas (un
racimo de cerezas), o unos pies danzando sin pisarse (un ballet). Llueve
química fétida sobre las instituciones en España; como razón vital, se ha
instalado el desacorde, la hostilidad, el garrotazo vil del teatro de
cristobitas, el arte de lo ignominioso; en política, al día de hoy, todo es una
flagrante ofensa al pueblo que vota y sufre, y al que se la van cerrando alas y
sueños. Ayer, en el Parlamento, se hizo burla de la sociedad que lo mantiene;
se ofendió a la pobreza, que es la que paga. Llovizna fría esta mañana; o quizá
llanto frío, Diario, en un tiempo en el que una de las pocas esperanzas que aún
puedan quedarnos sea la de contemplar el cactus con sus flores blancas (poema),
signo feliz de que en él (en su contemplación) todavía es posible la esperanza
(12:19:12).
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