31 de octubre de 2023. Martes.
REZAR, LLEVAR LA PAZ EN LA BOCA
-Llama mi sobrina Paqui
desde Las Palmas y me dice que anteayer estuvo en un encuentro rezando por la
paz en Israel. El hecho de rezar, en sí mismo, es ya como llevar la paz en la
boca, como si volara de los labios una paloma y se posara en el azul celeste,
allá donde lucen las estrellas. Sólo el que vive la paz interior es capaz de
rezar y de dar paz al mundo. Jesús dijo: «La paz os dejo, mi paz os doy; yo no
os la doy como el mundo la da». (Juan 14:27). Una lágrima, en el acorde de la
oración universal, se hace clamor de paz, y en mis párpados llora. Llora,
porque la guerra mata la voz de Jesús. Jesús vino para dejarnos su paz, la paz
de la cruz, la del «Padre, perdónalos, no saben lo que hacen», la que hace
brotar saludos en las manos y risas en la boca, la paz que el mundo no da. La
paz de Jesús, desde el amor, construye, eleva, compone la sinfonía de la
hermandad, se hace sonido de bondad y bienestar, y la cruz es la batuta que
dirige este concierto de armonía, siempre con el evangelio que no se cierra, y
que tantas veces, sin embargo, Diario, clama en el desierto, en el desierto de
la maldad y la barbarie.